Descripción
La máquina más asombrosa de la naturaleza y el mayor reto al que se enfrenta la ciencia es una pequeña masa de células nerviosas de apenas kilo y medio de peso forjada, eso sí, tras millones de años de evolución. El cerebro, sede de la memoria, de los sentimientos y de la inteligencia, es también el reducto de la mente, de la consciencia y de todo lo espiritual. Se trata, en definitiva, del lugar donde se esconde la esencia misma de cada persona.
Hoy, con nuestra tecnología hemos conseguido poner al descubierto las bases biológicas de este órgano y hemos logrado desvelar algunas pautas de su funcionamiento. Sin embargo, aún no podemos entender, por ejemplo, por qué se recuerdan unas cosas y no otras o por qué la mente es capaz de preguntarse por su propia existencia, por el sentido de la vida o por la naturaleza de la muerte.
Cerebro, el último enigma es una formidable incursión que nos llevará¡ al centro de control de nuestro organismo en compañía a de un selecto equipo de divulgadores y expertos en neurobiología.Estos investigadores analizarán lo que la ciencia sabe sobre el origen y la estructura del cerebro y lo que la tecnología actual puede descubrirnos de sus misterios y también de sus enfermedades.
El ordenador que se inventa la Evolución
Nuestro cerebro se ha formado a partir de una estructura rudimentaria, característica de los reptiles, que sólo era capaz de responder de forma automática a ciertos estímulos y controlar funciones básicas, como la respiración o el metabolismo. Con la aparición de los mamíferos, también se desarrollaron nuevos tejidos alrededor de ese cerebro reptil, que reside en el tallo encefálico. Así, surgieron la corteza y el sistema límbico, aparecieron la memoria y el aprendizaje y se multiplicaron las emociones. ¿Qué distingue entonces el cerebro humano del de los chimpancés, nuestros parientes más cercanos?
Según los expertos, las diferencias son cuantitativas. No es que tengamos algo diferente, sino que los humanos tenemos más neuronas y más neocorteza, lo que nos permite hacer más cosas y más complejas. De hecho, la corteza cerebral humana ocupa el 76 por 100 del órgano, mientras que en los chimpancés apenas supone el 72 por 100. Muchos científicos creen que ese sutil 4 por 100 explica la enorme distancia entre nuestra formidable inteligencia social y tecnológica, en la que consumimos gran parte de nuestra energía, y la de estos animales.
Una máquina viva llena de misterios
La ciencia desconoce cómo el cerebro humano ha desarrollado esa consciencia superior que nos permite percibirnos a nosotros mismos.
Distribución de tareas
A pesar de su aspecto aparentemente similar, las dos mitades simétricas que forman la corteza cerebral cumplen funciones distintas. En la izquierda se genera el pensamiento lógico, verbal, analítico, matemático y racional. El derecho es poético, imaginativo, subjetivo, creativo y emocional.
A su vez, el cerebro está dividido en varias regiones, que reciben información de los órganos y receptores sensoriales y controlan el movimiento de algunos músculos.
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