Una de las situaciones en las que Milton Erickson empleaba la alucinación positiva era cuando quería que un niño imaginara un animal peludo a su lado.
Más útiles, y más fáciles de inducir, son las alucinaciones negativas, por ejemplo: "Notarás el sonido del aire acondicionado, gente hablando fuera de la sala, y mi voz hablándote a ti, y todos estos sonido pueden ser arrastrados de dentro a fuera de tus oídos, y simplemente dejar de escucharlos".
Fuente: Especialista Universitario en Hipnosis Clinica (UNED).
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