miércoles, 30 de septiembre de 2009

Diferencia Aterosclerosis y Arteriosclerosis


¿Qué es la aterosclerosis?

La aterosclerosis es un tipo de arteriosclerosis causada por la acumulación de placa en el revestimiento interno de una arteria. (Arteriosclerosis es un término genérico que significa engrosamiento o endurecimiento de las arterias). La placa está formada de depósitos de sustancias grasas, colesterol, productos de desecho de las células, calcio y fibrina, y puede desarrollarse en las arterias medianas o en las grandes. La pared de la arteria se engruesa y pierde su elasticidad.

La aterosclerosis es una enfermedad lenta y progresiva que podría empezar incluso en la niñez. Sin embargo, la enfermedad tiene el potencial de progresar rápidamente.

¿Cuál es la causa de la aterosclerosis?

No se sabe exactamente cómo empieza la aterosclerosis ni cuál es su causa. Algunos investigadores opinan que existen factores de riesgo que se pueden asociar con la aterosclerosis, incluyendo los siguientes:

Los niveles elevados de colesterol y triglicéridos.
La presión alta de la sangre.
El fumar.
La diabetes mellitus (diabetes de tipo I).
La obesidad.
La inactividad física.
Dieta alta en grasa saturada


¿Cómo progresa la enfermedad?

Existe una acumulación gradual de placa o engrosamiento del interior de las paredes de la arteria, que causa una disminución en la cantidad de flujo de sangre y una disminución en el suministro de oxígeno a los órganos vitales del cuerpo y a las extremidades.

Un ataque al corazón puede ocurrir si se reduce el suministro de sangre oxigenada al corazón. Una embolia cerebral puede ocurrir si el suministro de sangre oxigenada al cerebro se corta. La gangrena puede ocurrir si se reduce el suministro de sangre oxigenada a los brazos y las piernas.

¿Cuáles son los síntomas de la aterosclerosis?

Los signos y síntomas de la aterosclerosis pueden desarrollarse gradualmente, y pueden ser escasos a medida que la placa se acumula en la arteria. Los síntomas también pueden ser diferentes dependiendo de la arteria afectada. Sin embargo, cuando se bloquea una arteria importante, los signos y síntomas pueden ser severos, como los que se producen en el ataque al corazón, el ataque cerebral, el aneurisma o el coágulo sanguíneo.

Los síntomas de la aterosclerosis pueden parecerse a los de otras condiciones cardíacas. Consulte a su médico para el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la aterosclerosis?

Además del examen y la historia médica completa, los procedimientos para diagnosticar la aterosclerosis pueden incluir uno, o la combinación de los siguientes:


Cateterización cardiaca - con este procedimiento se toman rayos X tras inyectar un contraste en una arteria - se utiliza para localizar los estrechamientos, las oclusiones y otras anomalías de una determinada arteria.
Los ultrasonidos Doppler - se utiliza un transductor especial para enviar ondas sonoras a un vaso sanguíneo para evaluar el flujo de la sangre. Un receptor de audio amplifica el sonido de la sangre al moverse a través de dicho vaso. Si el sonido es débil o no se oye nada puede indicar una obstrucción del flujo sanguíneo.
La comparación de la presión de la sangre - se comparan las cifras de presión de la sangre obtenidas en los tobillos y en los brazos para determinar si hay alguna limitación en el flujo de la sangre. Cuando las diferencias son importantes puede indicar un estrechamiento de los vasos que podría ser causado por aterosclerosis.
La angiografía radioisotópica en reposo (También llamada MUGA.) - un escáner nuclear para ver cómo se mueven las paredes del corazón y cuánta sangre se expulsa con cada latido que se realiza cuando el paciente está en reposo.
El escáner de Perfusión Miocárdica o escáner con Talio - un escáner nuclear que se realiza mientras el paciente está en reposo o después de que haga ejercicio y que podría descubrir áreas del músculo cardiaco que no están recibiendo suficiente sangre.



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martes, 29 de septiembre de 2009

Suplementos para la salud: cómo tomarlos para optimizar sus propiedades


Cada vez más personas incorporan a su dieta suplementos naturales ayudan a alargar y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, muchas veces su ingesta se realiza indiscriminadamente, sin consejo profesional, con lo que no siempre se absorben de forma efectiva. Para optimizar las propiedades de los complementos dietéticos, hay que tomarlos en el momento apropiado. Conozcamos los aliados de la salud que más se consumen y cómo debemos ingerirlos.

1. Nutrientes liposolubles. Incluyen los ácidos grasos esenciales (aceite de onagra, EPA/GLA, aceite de germen de trigo, lino, cártamo); las vitaminas A, D, E y K; los carotenoides; la lecitina de soja; la fosfatidilcolina y la coenzima Q-10. Deben tomarse preferentemente con las comidas y se absorben mejor mezclados con ensaladas aliñadas con aceite de oliva, queso fresco o yogur.

2. Vitaminas hidrosolubles. Son la vitamina C y las del grupo B. Se pueden tomar solas o con las comidas, aunque las del complejo B es preferible que se ingieran con alimentos. Las fórmulas de liberación sostenida aseguran la presencia de niveles efectivos de estas vitaminas durante horas, lo que incrementa su eficacia.

3. Minerales. Algunos minerales se pueden tomar en ayunas, aunque la mayoría se toman preferiblemente justo antes de las comidas. Una excepción es la dolomita (fuente natural de calcio y magnesio), que debido a que puede reducir la acidez del estómago, se recomienda ingerirla 1-2 horas después de comer.

4. Aminoácidos. Son los elementos constitucionales de las proteínas. Deben tomarse con agua o zumo (no leche) al menos media hora antes de las comidas para asegurar su absorción y evitar que entren en competencia con los aminoácidos procedentes de los alimentos. Algunos aminoácidos (L-fenilalanina, L-tirosina y L-glutamina) pueden activar la mente y no es recomendable tomarlos por la noche.

5. Enzimas digestivas. Para mejorar la digestión, se toman a mitad o al final de las comidas; para lograr efectos antiinflamatorios, antiagregantes o cicatrizantes, se ingieren en ayunas o alejados de los alimentos.

6. Pre y probióticos. Los prebióticos pueden tomarse con bebidas o comidas. Lo ideal es repartir la dosis diaria en dos tomas: una 30-60 minutos antes de comer y la otra antes de acostarse. Así se consigue un reequilibrio intestinal gradual y se reduce la formación excesiva de gases. Los probióticos se pueden tomar antes de comer o mezclados con alimentos que no estén demasiado calientes, ya que el calor excesivo puede afectar a la viabilidad de las bacterias beneficiosas.

7. Extractos herbales. Las hierbas para la digestión (jengibre, manzanilla, cardo mariano, diente de león…) se toman con los alimentos. Para otras funciones, pueden ingerirse con o sin comida: hamamelis para la circulación, espino blanco para la tensión, pasiflora para el sistema nervioso…

Excepto los complementos que deben ingerirse en ayunas, la mayoría pueden tomarse dentro o fuera de las comidas, en función de la susceptibilidad gastrointestinal de cada uno.

Por Rosa Guerrero








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La timidez positiva


Lejos de ser una limitación, a menudo, un carácter reservado permite a la persona desarrollar otras capacidades que le aportan valor en el mundo laboral, en la amistad o en la pareja. Texto Francesc Miralles

En la competitiva sociedad occidental en la que vivimos, a menudo la timidez es vista como una carencia, un obstáculo que nos aleja de nuestros objetivos y nos empuja a aislarnos. De hecho, la visión negativa de la timidez surge ya de la propia etimología del término, el cual procede de la voz latina “timidus”, que significa “temeroso”. Sin embargo, la psicología actual demuestra que las personas con timidez cuentan con otras ventajas que las hacen atractivas a la hora de relacionarse, de prosperar en el mundo laboral o de encontrar pareja.

Lo primero que deberíamos hacer es dejar de considerar la timidez como un lastre o una disfunción. Según el doctor en Psicología Philip G. Zimbardo, habría que empezar distinguiendo entre tres grupos o dimensiones:

Las personas con pánico a la interacción social ante el temor de defraudar las expectativas de los demás.

Las que tienen una baja autoestima y, por lo tanto, se enfrentan a un sentimiento de vergüenza a la hora de relacionarse con su entorno.

Las que no temen el contacto con los demás, pero prefieren la soledad porque se sienten más cómodos con sus ideas y actividades personales que con la gente.

A esta última categoría pertenecen las personas que no viven la timidez como un problema, sino como una opción personal. Ahora bien, antes de profundizar en las ventajas de este nivel de interacción, vamos a revisar la tipología de personalidades desarrollada por Carl Gustav Jung en la década de 1920.


Las relaciones sociales

Al establecer una distinción básica en dos grupos, el psiquiatra y psicólogo suizo afirmaba que “las personas introvertidas prefieren su mundo interno de pensamientos, sentimientos, fantasías, sueños y demás, mientras que las extrovertidas prefieren el mundo externo de las cosas, las actividades y las personas”.

La introversión no implica necesariamente timidez y falta de sociabilidad, aunque sí es cierto que las personas extrovertidas se caracterizan por su facilidad para relacionarse con los demás. En cualquier caso, para Jung los sujetos centrados en su mundo interior suelen ser más maduros que los que gastan sus energías en el mundo exterior, aunque estos últimos sean más valorados socialmente en nuestra cultura.

En términos generales, los introvertidos suelen ser reservados y se mueven en un círculo social pequeño en el que se producen pocas incorporaciones. No necesitan la excitación del contacto con los otros porque encuentran suficiente estimulación con su propia intimidad.Según los especialistas, desde la edad de 1 año ya es posible observar este rasgo del carácter, aunque eso no implica que el niño vaya a desarrollar necesariamente una timidez patológica.

Tanto si nuestra timidez es innata como si no, ésta no tiene por qué ser negativa, pues está comprobado que la timidez patológica depende directamente de las vivencias sociales acumuladas en nuestro proceso de evolución personal.

Así como el aislamiento en la infancia frena el desarrollo de las habilidades emocionales, un estudio llevado a cabo entre los hijos de soldados y oficiales norteamericanos demostró que estos niños presentaban una tasa de timidez más baja que el resto de población de niños su edad. Eso era debido a los frecuentes cambios de domicilio, que les habían obligado a desarrollar una mayor capacidad de adaptación para establecer relaciones con otras personas. Muy resumidamente, podemos afirmar que la timidez tiene un componente innato, pero se desarrolla de forma distinta según las experiencias personales acumuladas desde la infancia.


Conducta de un tímido patológico

Antes de llegar a las ventajas de la timidez para establecer relaciones de confianza y profundidad, veamos cómo reacciona el tímido patológico ante una situación de contacto interpersonal:

-Responde con cautela e incluso desconfianza ante cualquier novedad social.

-En un nivel de conducta, retira la mirada, se muestra silencioso e incluso puede verse paralizado ante el temor que le produce la situación.

-Fisiológicamente, suele reaccionar con ruborización, a la que en casos extremos se suman la sudoración y los temblores. Esto puede generar una dinámica de evitación que conduzca a una fobia social.

Cuando la timidez no es producto del miedo, sino que es asumida naturalmente como un rasgo de nuestra personalidad, la introversión presenta aspectos positivos de los que podemos sacar partido. En su libro El don de la timidez, el doctor Alexander Ávila expone que esta característica personal es una garantía de gentileza, sensibilidad y autoconciencia. Dicho de otro modo, las personas tímidas son deseables socialmente porque no invaden el territorio de los demás, son cuidadosos con las emociones ajenas y tienen una visión y comprensión más profunda del mundo. “Para que puedan ser felices–señala–, estas personas deben aprender a respetar su naturaleza sensible, por ejemplo, evitando los entornos rudos y las personas intrusivas. Por desgracia, a algunas de ellas las aconsejan en sentido contrario: ciertos programas de citas las alientan a que salgan más; a que vayan a fiestas, clubes nocturnos o bares para encontrarse con gente. En realidad, estos lugares congestionados, ruidosos y agresivos son los peores para los tímidos, porque trastornan su delicado equilibrio emocional y los dejan convertidos en jirones.”

Por consiguiente, para aprovechar los dones de la timidez positiva es importante elegir personas, lugares y situaciones donde van a ser comprendidas y valoradas, sin que ello implique desarrollar un sentimiento de pánico hacia otros entornos que no les sean propicios.


Las virtudes más valoradas

En su libro, el doctor Alexander Ávila invita a considerar la timidez como un valor social en lugar de un miedo paralizante. Para ello, es importante tomar conciencia de cuáles son las virtudes que hacen especiales a las personas introvertidas. Concretamente, él habla de siete dones que hacen de los tímidos personas altamente deseables, tanto emocional como socialmente:

1. Sensibilidad: Se ha definido como la capacidad de absorber la esencia de otras personas y reaccionar a un nivel emocional profundo. Esto permite a la persona tímida comprender y cuidar los sentimientos ajenos, lo cual es un don muy apreciado en muchos ámbitos y situaciones; desde una cita romántica hasta una reunión de negocios.

2. Fidelidad: Al interaccionar de forma más discreta con otras personas, los tímidos son menos proclives a cometer infidelidades y, por lo tanto, promueven la pareja de larga duración. También en el nivel de la amistad son leales al círculo íntimo y se muestran solidarios en los momentos de dificultad.

3. Atención: Un estudio sobre la actividad vocal y la capacidad de escuchar demostró que las personas muy locuaces no son percibidas como buenos interlocutores. Dicho de otro modo, quien habla mucho deja poco espacio –y tiene poca paciencia– para escuchar a los demás. El oyente sensible, en cambio, atiende al otro y entiende sus anhelos y motivaciones personales.

4. Reflexión: Las personas introvertidas son más profundas a la hora de analizar las paradojas de la existencia y desarrollar nuevas ideas. Por eso, una vez conocidas, acaban resultando más interesantes que las que expresan con gran facilidad una visión superficial de la vida.

5. Modestia: Esta virtud no debe ser confundida con la falta de recursos personales, es más, a menudo refleja todo lo contrario. El tímido realiza su trabajo sin ponerse medallas, pero con un alto grado de exigencia. Del mismo modo, en la amistad o en la pareja puede renunciar al protagonismo y ganarse el respeto y el amor del otro.

6. Misterio: Es una característica que puede chocar a primera vista, pero que es muy apreciada socialmente. Las personas que exhiben de manera muy obvia sus capacidades y emociones pierden en seguida la fascinación que generan en un primer momento. En cambio, las que se muestran cerradas despiertan la curiosidad de los demás, que adivinan en ellas un valioso mundo interior.

7. Suavidad: Otro don de los tímidos que debe subrayarse es su incapacidad de cometer actos gratuitos de agresión y violencia. Por su naturaleza sensible, no intentan imponer su punto de vista ni ofenden a los demás con sus actitudes. Al contrario, se muestran gentiles, tiernos y cariñosos con su entorno, con lo que cosechan el aprecio de los demás.


Humildad y afán de superación

El psicólogo y terapeuta familiar Carl D. Schneider afirma que un sentimiento tan denostado como la vergüenza, en realidad, resulta muy útil socialmente, ya que promueve valores tan importantes como la humanidad y la humildad. De alguna forma, nos ayuda a poner límites entre nosotros y el resto de las personas, con lo que afianzamos nuestra intimidad y aprendemos a distinguir la esfera privada de la pública.

La vergüenza también es un indicador de que hay algo en lo que tenemos que superarnos. Como ejemplo, la novelista Carmen Posadas explicaba en un artículo cómo se valió de este sentimiento para fijarse metas: “Cuando de niña no lograba expresar en público lo que quería (…), cuando un chico me miraba por la calle y yo, como una imbécil, me chocaba contra una farola –es cierto, me pasó una vez en Sitges–, cuando en clase me preguntaban la lección que sabía de memoria y no lograba balbucear ni mu, yo decía para mis adentros: ‘Ya verán’. No era un ‘ya verán’ vengativo ni resentido, yo nunca le he echado a los demás la culpa de mis debilidades. Era más bien una forma de poner en marcha mi voluntad.”

Muchas veces se identifica timidez con falta de ambición, pero ser tímido no significa en ningún caso no ser ambicioso, más bien todo lo contrario. Significa que se está llevando a cabo un intenso trabajo interior, como la crisálida que espera pacientemente en el capullo a que le crezcan las alas para poder levantar el vuelo.

Si entendemos que de puertas adentro se puede vivir con intensidad, aventura y profundidad, tendremos un mundo que ofrecer a las personas de nuestra confianza. En este sentido, los tímidos no son pobres en emociones y experiencias. Simplemente, guardan un tesoro que sólo ponen al alcance de las personas que se hagan dignas de ellos.


Fuente: Revista Integral

lunes, 28 de septiembre de 2009

Programados para creer (Redes 39)



¿Rechazarías ponerte la chaqueta de un asesino en serie? ¿Atribuirías a fuerzas "superiores" algunos fenómenos inexplicables? Redes analiza el origen de nuestras creencias en lo sobrenatural. Para ello, Eduardo Punset entrevista al psicólogo de la Universidad de Bristol, Bruce Hood, cuyos estudios intentan aclarar, de la mano de la neurociencia, por qué somos tan crédulos.










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Cómo superar el zapping amoroso

Frente al hábito continuado de relaciones de ‘usar y tirar’, una perspectiva a largo plazo nos permite gozar de la relación de pareja en toda su profundidad. “Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando logramos mirar de manera perfecta a una persona imperfecta.” Sam Keen

Sucede a veces que los intercambios amorosos de corta duración son elegidos voluntariamente. Es el caso de los singles vocacionales. Pero también ocurre a menudo que la persona se ve empujada hacia relaciones temporales que desgastan su ilusión en un proyecto de mayor compromiso. Por Francesc Miralles

La irrupción de internet como vehículo para establecer contactos ha hecho que muchas personas, especialmente a partir de los 30 años, empiecen por el sexo y piensen luego en la intimidad. Así, lo que al principio es un juego divertido y excitante acaba siendo una fuente de frustración. Porque hay que decir que incluso los singles más convencidos sueñan, antes o después, con una pareja estable con la que compartir la vida.


¿CUANTO DURA EL AMOR?

Al buscar el porqué del carácter efímero de muchas relaciones amorosas, algunos científicos se han centrado en el estudio de las feromonas –las hormonas de la felicidad–, que, al parecer, sólo garantizan siete años de pasión. Esta expectativa discutible es reducida aún más por algunos pesimistas, como Fréderic Beigbeder, el polémico autor de 13,99 euros. En su novela El amor dura tres años, Beigbeder prevé la siguiente hoja de ruta en el desarrollo de toda relación: en el primer año, el enamoramiento hace que los miembros de la pareja disfruten de los aspectos positivos de la relación. En el segundo, hacen cada vez menos el amor, pero no lo consideran grave. En el tercer año, emergen los verdaderos problemas, que, o bien se saldan con la ruptura, o bien, con la apatía. Si la pareja no se atreve a romper, según el autor francés, empieza el juego de las infidelidades para compensar las carencias de la relación. Precisamente, sobre esta vía de escape se ha hecho recientemente una encuesta entre hombres y mujeres, y los motivos más mencionados para buscar satisfacción fuera de la pareja fueron la decepción con el compañero, la falta de actividad sexual, una baja autoestima o, simplemente, la curiosidad.

Beigbeder afirma que nuestra poca tolerancia hacia las limitaciones de la pareja es lo que nos lleva al zapping amoroso, cambiando de compañero o compañera como quien cambia de canal. Según el autor, “existe una gran contradicción entre el amor y el mundo actual, donde la civilización del deseo, siempre hedonista, destruye los sentimientos. Es un rasgo generacional y especialmente masculino esta enorme dificultad para pasar el resto de la vida junto a la misma persona. Entre el placer a corto plazo y la felicidad, la sociedad nos impulsa a elegir lo primero. Vivimos en la era del zapping amoroso. Consumimos muchos productos constantemente y eso nos conduce a consumir también personas.”


LA RESILIENCIA SENTIMENTAL

Al igual que sucede con la televisión, el zapping amoroso puede provocarlo el aburrimiento o la saturación de estímulos. Sin embargo, existe otro factor que puede ser incluso más destructivo en las relaciones estables: la falta de paciencia.

Con todos sus defectos y limitaciones, las parejas de la generación de nuestros padres y abuelos tenían una visión compartida a largo plazo. Sobre todo en los países en los que no existía la posibilidad de divorciarse, por muchos problemas que tuviera la pareja, a menudo no quedaba más remedio que armarse de paciencia y esperar a que pasara la borrasca. Es cierto que la imposibilidad de separarse generaba frustración en muchos casos, pero hay que reconocer que, en otros, permitía una regeneración basada en la paciencia y el esfuerzo. Muchas parejas de ancianos que hoy nos causan admiración por el respeto y armonía que demuestran pasaron por todo tipo de crisis emocionales.

En el extremo opuesto de la resiliencia sentimental está la baja tolerancia de las parejas actuales ante los problemas cotidianos. Así como en el pasado un matrimonio podía pasar por periodos de desencuentro que se prolongaban meses, hoy en día, a veces basta con un par de conflictos que no se resuelvan en seguida para tirar la toalla. Tal vez eso se deba a que se espera encontrar una situación más favorable con otro compañero o compañera de vida. Pero lo cierto es que con la ruptura, se evita muchas veces afrontar una carencia personal que hará fracasar otras relaciones. Se entiende erróneamente que la culpa viene de fuera, con lo que se anula cualquier esfuerzo para cambiar.

Antes de que eso suceda, merecería la pena preguntarnos qué hemos hecho mal o, mejor aún, qué es lo que no hemos hecho para salvar la relación. Sobre esto, la escritora Anaïs Nin opinaba: “El amor nunca muere por causas naturales. Muere porque no sabemos rellenar su fuente. Muere de ceguera emocional, de nuestros errores y traiciones. Muere a causa de nuestras enfermedades y heridas del corazón, de cansancio, por falta de riego. Cuando se vuelve opaco y deja de brillar, entonces el amor muere.” Esta visión del amor es una invitación a tomar parte activa en su vitalidad. Así, en lugar de medir su ciclo natural en años o feromonas, se trata de decidir cómo queremos que sea nuestra relación.

Boris Cyrulnik asegura en sus ensayos sobre la resiliencia que, por pésima que sea la situación de partida –por ejemplo, a causa de un pasado traumático–, nadie está condenado a fracasar en su trayectoria vital. Del mismo modo, toda pareja tiene la capacidad de superar sus dificultades, aprender de ellas e iniciar una nueva etapa con más sabiduría y complicidad. De hecho, este neurólogo francés que conoció los campos de concentración incide en la importancia de la pareja estable para sanar las heridas más profundas. Y es que tras estudiar cientos de casos, llegó a la conclusión de que un vínculo afectivo fuerte puede devolver la confianza en la vida a personas que han padecido grandes maltratos y humillaciones. Esto es así, en palabras del propio Cyrulnik, porque “el amor es fundamental para reconstruirnos”. Para ello, sin embargo, es necesario apostar por un compromiso emocional sólido.


MIEDO AL COMPROMISO

Buena parte de los abonados al zapping amoroso no llegan a profundizar nunca en sus relaciones por el endémico miedo al compromiso. En especial, aquellas personas que vienen de experiencias de pareja traumáticas se cierran en banda y huyen despavoridas ante el intento del otro de lograr una mayor implicación.
Según la psicóloga Silvia Salinas, coautora del libro Amarse con los ojos abiertos, detrás del miedo al compromiso se oculta, en realidad, el temor a entregarse al otro incondicionalmente. Como no podemos prever qué sucederá en la relación ni si resultaremos dañados, muchos adoptan una postura defensiva.

Es una problemática en la que convergen dos temores que se complementan: el miedo al abandono y el miedo a la invasión. La terapeuta apunta que “la situación más conocida, aunque bien puede darse al revés, es aquélla donde la mujer sufre el miedo al abandono y el hombre a la invasión. En este caso, la mujer, que abriga el temor a ser abandonada, se protege de esa posibilidad mediante la acción y despliega estrategias de acercamiento que supuestamente evitan el abandono. Ese movimiento hace que el hombre se sienta invadido, golpeando justamente en su miedo básico y se genera un alejamiento preventivo que realimenta la sensación de abandono cerrando el círculo vicioso”. Se trata de una dinámica compleja, sobre todo por la manera en la que repercute en posteriores relaciones. A quien ha sufrido el abandono se le encienden todas las alarmas al menor signo de duda por parte del otro, mientras que quien está condicionado por el miedo a la invasión se pone a la defensiva cada vez más pronto. Para evitar ambos extremos, la solución es hallar un equilibrio en el que haya una zona de encuentro y otra de intimidad personal.


COMPARTIR LA LIBERTAD

En su libro El secreto de la seducción, María del Carme Banús explica que, además de la falta de comunicación y de confianza, una pareja puede entrar en crisis porque ha levantado sus cimientos en una de estas situaciones extremas:

1. Todo es común. Dos personas que tratan de hacerlo todo juntas y raramente dejan entrar en el círculo a terceras personas. Aspiran a pensar y a actuar como un solo organismo, hablan siempre en plural y nunca muestran desacuerdo en nada. Pero la pareja un día se rompe. ¿Qué ha sucedido? Probablemente se han asfixiado, porque el mundo de la pareja era tan estrecho que no permitía a cada uno desarrollar su individualidad. Cuando el aire se ha hecho irrespirable, uno de los dos pincha la burbuja.

2. Todo es privado. Dos personas que tienen tanto miedo a perder la libertad que, aunque son pareja, tienden a actuar por separado. Cada miembro tiene su propio círculo de amigos y sale con ellos por su lado. Raramente comparten hobbies e intereses, y basan la relación en el respeto por el espacio del otro. Todo parece ir de maravilla hasta que un día se termina. ¿Qué ha sucedido? Ambos se han desarrollado de un modo tan individual que se han distanciado. Cada uno ha seguido su evolución egoístamente y ahora no hay un espacio común mínimo sobre el que construir la relación.

Para evitar el zapping amoroso de una forma inteligente, hay que huir de ambos extremos y buscar el equilibrio entre la vida privada y la de pareja. Disponer de un 50% de mundo propio permite alimentar el otro 50% –el de la pareja–, con lo que al final, los descubrimientos de cada uno acaban revirtiendo en el núcleo afectivo y reforzando los lazos.

Naturalmente, este equilibrio no nos garantiza un trayecto en común libre de baches y sobresaltos, pero nos ayudará a minimizar los altibajos porque cada persona se apoyará sobre sus propios pies. Cuando en lugar de dos medias naranjas, cada miembro de la pareja es una naranja entera, los dramas se relativizan, así como la tendencia a culpabilizar al otro.

Inevitablemente, en toda relación de largo recorrido hay altibajos; es decir, momentos en los que nos sentimos más cerca de la pareja y periodos en los que nos refugiamos en nuestro espacio individual. Si somos conscientes de ellos y los aceptamos con naturalidad, tendremos una visión a largo plazo que nos permitirá vivir la más excitante aventura al alcance de un ser humano.

La escritora Madeleine L’Engle lo resume así: “Hay tiempos en los que el amor parece haber terminado, pero estos desiertos del corazón son simplemente el camino hasta el próximo oasis, que es mucho más frondoso y bello después de haber cruzado el desierto.”


RITUALES PARA MANTENER VIVA LA RELACIÓN

Además de la paciencia y de una actitud receptiva para afrontar los problemas, toda pareja necesita establecer unos rituales como punto de encuentro que les libere del estrés y la monotonía cotidiana. Éstas son sólo algunas propuestas:

- Establecer, al menos, una cita semanal. Las parejas que llevan juntas muchos años corren el riesgo de ser engullidas por la inercia. Para evitarlo, vale la pena organizar una noche a la semana una cena romántica o bien regalarse una salida al cine para dos.

- Leer por partida doble. Un libro compartido puede ser una rica fuente de diálogo. Es, además, una manera de romper con las conversaciones cotidianas que pueden llegar a aburrir.

- Sorprender con un regalo. No es necesario esperar a los días señalados para hacer el regalo de rigor. Un pequeño detalle inesperado puede hacer más por la relación que recordar el cumpleaños de nuestra pareja, aunque es conveniente que no se nos pase de largo.

- Expresar el amor. Además de mostrar respeto y cercanía, es importante verbalizar lo que se siente en el día a día. Sin abusar, un correo electrónico enviado al trabajo del compañero puede alegrar su jornada y estrechar los vínculos.

- Apagar el televisor. En vez de dejarse abducir por la pantalla, hacer algo interactivo como charlar, practicar un deporte o cocinar juntos. Es la mejor manera de mantener viva la relación.

- Prohibido quejarse. Transmitir cotidianamente lo que sale mal contribuye a crear una pesada nube de negatividad sobre la pareja. Para evitarlo, se puede declarar prohibido protestar un día a la semana y reservar esa jornada para hablar únicamente de cosas agradables. La prohibición puede ampliarse progresivamente hasta abarcar toda la semana.


JUNTOS, PERO NO A TODAS HORAS

Compartir actividades une a la pareja, pero siempre se necesita un espacio privado de libertad para que ninguno de los dos se sienta asfixiado por el otro. Tanto los descubrimientos comunes como los individuales enriquecen la pareja.


Fuente:
Revista Integral






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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cuentos para Aprender a Aprender


Descripción: Los presentes relatos nos aportan un conjunto de principios que muestran las luces y sombras de la condición humana hacia la libertad y el descondicionamiento mental. A lo largo de este interesante yameno libro se conecta con toda una colección de grandezas y miserias humanas: el amor, la pasión la dependencia, el miedo, el engaño, la avaricia, la incertidumbre, y la búsqueda del sentido de la vida, emociones milenarias que sirven de pretexto para que el autor realice una magistral muestra de las claves de la felicidad humana.
(Voz) Jose Maria Doria


Así es la vida


Esto también pasará


La princesa enamorada


Hermanos


Discípulos y Doncella


La belleza y la fealdad


La verdad










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Seducción










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martes, 22 de septiembre de 2009

Como corderos al matadero



Decía Sócrates que "todos estamos condenados a muerte por la naturaleza". Todos somos este cordero con miedo a morir.







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La tendencia al divorcio puede adivinarse a partir de una fotografía


Dos estudios demuestran que las imágenes preconizan el futuro

El grado de intensidad de la sonrisa de un niño o de un joven en una fotografía puede indicar la tendencia de éstos a divorciarse en el futuro o, por el contrario, de estar felizmente casado para siempre, señala un estudio reciente. Aplicando un proceso de decodificación de la expresividad facial, un grupo de científicos “adivinó” con un alto nivel de aciertos qué adultos se habían divorciado y cuáles no, sólo con observar fotos de su juventud o de su niñez. Esto fue posible porque, según los científicos, la actitud sonriente en las fotografías indica cierta disposición emocional subyacente, y que tiene consecuencias tanto directas como indirectas en la vida de las personas. Por Yaiza Martínez.

¿Qué vida le espera a un niño o a un joven que en una foto sacada en el colegio o en la universidad muestra una amplia sonrisa o, por el contrario, parece triste o serio? Si se quiere averiguar, basta con observar bien la foto.

Científicos de la DePauw University de Chicago aseguran que hay, al menos, un aspecto de la vida de los adultos que ya puede deducirse de las instantáneas que les hayan sacado durante su infancia o durante su juventud: si van o no a divorciarse de mayores.

El profesor de psicología de dicha universidad, Matt Hertenstein, afirma en la revista Science and Religion Today, que dos rigurosos estudios realizados por él mismo y sus colaboradores han demostrado que la observación y la medición de las expresiones infantiles y juveniles pueden servir para predecir si las personas tendrán, algún día, una feliz vida marital o todo lo contrario.

Disposición emocional subyacente

En un artículo titulado “Smile intensity in photographs predicts divorce later in life” (“La intensidad de la sonrisa en las fotografías predice el divorcio años después”) los científicos explican detalladamente ambos estudios, basados en la hipótesis previa (también mantenida por otros investigadores) de que la actitud sonriente en las fotografías indica cierta disposición emocional subyacente, que tiene consecuencias tanto directas como indirectas en la vida de las personas.

En el primer estudio fueron examinadas 306 personas (204 mujeres y 102 hombres), de edades comprendidas entre los 23 y los 87 años de edad. Los participantes fueron mayormente caucásicos, pero en el experimento también participaron afroamericanos y personas de otras razas.

A las fotografías de estas personas cuando estaban en la universidad se les aplicó un procedimiento de codificación de una investigación anterior, realizada por otros científicos, en la que se habían analizado las expresiones de emociones positivas en jóvenes universitarias, y las experiencias de estas niñas en su edad adulta.

Siguiendo dicho procedimiento, en las fotos de los participantes en el estudio de Hertenstein fueron consideradas dos unidades de acción muscular facial (la que hace que la mejilla se levante, y la que hace que la comisura de la boca se estire también hacia arriba), como reflejo de una expresión emocional positiva.

Por otro lado, los participantes también tuvieron que contestar a tres preguntas sobre su vida personal: si actualmente tenían una relación estable, si la habían tenido alguna vez, y si se habían divorciado en algún momento.

La combinación de todos los datos recopilados, tanto los de la encuesta como los de la decodificación de las fotos, reveló que entre las personas con sonrisas de menor intensidad en la juventud (la intensidad de las sonrisas fue valorada en una escala de entre 2 y 10 puntos), la tendencia al divorcio era mayor que entre las personas que sonreían más en esa etapa de sus vidas.

Carácter es destino

En el segundo estudio se llevó a cabo un análisis similar, en este caso con 55 personas de una media de edad de 50 años.

Los participantes presentaron en este caso fotos de distintas épocas de sus vidas (entre los cinco y los 22 años), porque se sabe que la evaluación en distintos momentos y contextos produce un índice de la emotividad más fiable.

Las preguntas destinadas a este grupo fueron directamente sobre el matrimonio, y no sobre otro tipo de relaciones estables que los adultos hubieran podido tener en el pasado: si estaban casados ahora, si lo habían estado con anterioridad, y si se habían divorciado alguna vez.

Los resultados revelaron un patrón similar al del estudio anterior: la intensidad de las sonrisas reflejadas en las fotografías sirvió para predecir la tendencia de los participantes al divorcio.

Los científicos explican que dichos resultados son coherentes con suposiciones previas de otros investigadores, que señalaban que las tendencias emocionales influyen en la vida de las personas a través de procesos sociales, cognitivos, biológicos y actitudinales.

Retos pendientes

A pesar de acercarse a la “adivinación”, los investigadores reconocen que la presente investigación está limitada en algunos aspectos, porque no ha contemplado algunas variables -como la del atractivo de los participantes- que podrían resultar clave a la hora de establecer las “tendencias” al éxito o fracaso marital.

Por otro lado, los investigadores señalan que en futuros estudios se podrían examinar las relaciones entre la intensidad de la sonrisa y los resultados generales en la vida, no sólo en lo referente al matrimonio.

Y es que, tal y como indica la literatura reunida a este respecto, a partir de segmentos muy limitados de comportamiento no verbal se puede inferir con exactitud toda una variedad de características, entre ellas el estatus socioeconómico, las evaluaciones en educación, la orientación sexual, y algunas otras facetas de la personalidad.


Fuente: Tendencia21






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Interpretación de los cuentos


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lunes, 21 de septiembre de 2009

Científicos japoneses crean la crema de la eterna juventud


FRENA EL ENVEJECIMIENTO DE UNA PROTEÍNA

Hacía 50 años que se conocía ya por qué envejece la piel, pero no como evitarlo. La culpa la tiene una inquieta proteína llamada Serpin B3. Cuando ella crece, elimina el estrato córneo que crea la piel: o sea la barrera de protección natural que los humanos poseemos. Por eso envejecemos.

Lo que han descubierto ahora un grupo de científicos japoneses es cómo parar los pies a la Serpin B3: con una aminoácido que frena el crecimiento de esta proteína. De esta forma el estrato córneo puede cumplir su función de barrera protectora y se detiene radicalmente el envejecimiento cutáneo.

La Doctora Kataguiri, que ha dirigido la investigación, dice que el descubrimiento no sólo se podrá aplicar para evitar el envejecimiento, sino también en casos de problemas alérgicos, ya que consigue recuperar la capa córnea de la piel.

El grupo de científicos japoneses ha recibido por su descubrimiento el premio más prestigioso de la Industria Cosmética, algo así como un Nóbel de la Investigación estética. El hallazgo se ha plasmado en una crema que acaba de llegar al mercado español.
















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Los animales son conscientes de lo que saben, según la psicología comparada

Los estudios revelan que algunas especies presentan complejas aptitudes mentales

Un reconocido especialista en cognición animal ha publicado recientemente un artículo en el que revisa los resultados obtenidos en investigaciones sobre metacognición en especies no humanas. Las evidencias obtenidas son claras: algunas especies son conscientes de lo que saben, y actúan en consecuencia. Los hallazgos servirán para explicar la emergencia de la autoconciencia en humanos. Por Yaiza Martínez.



David Smith, psicólogo especializado en psicología comparada de la Universidad de Búfalo, en Nueva York, declara que cada vez hay más evidencias de que los animales comparten con los humanos semejanzas funcionales en el conocimiento, concretamente, en el metaconocimiento consciente.

Esto quiere decir que los animales, como nosotros, tienen la capacidad de saber lo que saben y de expresar, controlar o regular sus estados mentales.

Smith ha llegado a esta conclusión a través de extensos estudios sobre el conocimiento animal, explica la Universidad de Búfalo en un comunicado. Sus hallazgos ayudarán a entender mejor el surgimiento de la autoconciencia humana.

Paralelismos funcionales constatados

La psicología comparada es una rama de la psicología que busca el conocimiento de la conducta humana y de los mecanismos que la provocan a través del estudio de otras especies, y comparando los comportamientos encontrados en éstas con los de los humanos.

Esta disciplina parte de la teoría de la evolución, ya que sin una continuidad biológica entre especies no podría explicarse la semejanza entre ellas en este sentido. Además del estudio de conductas, la psicología comparada también se encarga de analizar la anatomía o las estructuras cerebrales.

En un artículo publicado por la revista especializada Trends in Cognitive Science, Smith y sus colaboradores hacen una revisión del rápido desarrollo en esta área de investigación, describiendo trabajos realizados y constatando los logros conseguidos hasta ahora, así como las perspectivas de progreso continuado.

Según declara el científico: “los psicólogos han estudiado la cuestión de si los animales tienen o no conocimiento de sus propios estados cognitivos observando delfines, palomas, ratas, monos y primates, y aplicando paradigmas de percepción, memoria y privación de alimentos”.

Hasta ahora, los resultados obtenidos de estas investigaciones han proporcionado “evidencias de que algunas especies presentan paralelismos funcionales con la conciencia y la auto-conciencia de lo que se sabe del ser humano”, aunque aún no se ha confirmado la existencia de un paralelo experiencial completo.

Entre las especies que presentan dichos paralelismos estarían los delfines y los monos macacos, considerados monos del Viejo Mundo.

Emergencia filogenética de la mente humana

En Trends in Cognitive Science los científicos relatan, por ejemplo, el experimento original sobre metacognición animal realizado por el propio Smith y otros científicos con un delfín llamado Natua a principios de los años 90.

En este experimento, Natua fue sometido a varias pruebas en las que las órdenes le eran dadas en diversos tonos, a veces confusos o ligeramente variados. Estas pruebas resultaban muy difíciles para el delfín, que cuando no estaba seguro dudaba y titubeaba claramente entre las opciones ofrecidas (la incertidumbre es un estado personal y subjetivo).

En cambio, cuando el animal estaba seguro de lo que se le estaba pidiendo, nadaba rápidamente hacia la respuesta elegida.

Al contrario que Natua, afirma el psicólogo, las palomas sometidas a investigación en diversos estudios no han expresado ninguna capacidad de metacognición. Tampoco en los monos capuchinos se han podido constatar evidencias de esta capacidad. Este último hallazgo invitaría a la reflexión y suscitaría muchas preguntas importantes sobre el surgimiento de la mente reflexiva en los primates, sugiere Smith.

En general, toda esta área de investigación abre nuevas vías al estudio de la mente de los animales, a su emergencia filogenética (de las relaciones evolutivas entre las distintas especies), y está permitiendo a los investigadores trazar los antecedentes de la conciencia humana.

Metacognición, lenguaje y herramientas

El científico explica que la metacognición es una capacidad humana sofisticada relacionada con la estructura jerárquica de la mente.

Los procesos de control ejecutivo metacognitivos, por un lado, controlan y supervisan la cognición de nivel más elemental. Por otro lado, la metacognición está relacionada con la auto-conciencia o conciencia de sí mismo, en la que la incertidumbre y la duda –que son estados personales y subjetivos- pueden producirse.

Por último, la metacognición estaría vinculada a la conciencia enunciativa, que nos permite ser concientes de nuestros propios estados de conocimiento y comunicárselos a otros.

Por todo, resulta un objetivo esencial para la psicología comparada establecer con seguridad si los animales comparten o no con los humanos la capacidad metacognitiva. De hecho, la metacognición rivalizaría con el lenguaje o la utilización de herramientas en su potencial para establecer continuidades o discontinuidades importantes entre la mente humana y la mente animal, asegura el científico.

Patrón esencialmente idéntico

David Smith es un reconocido investigador en el campo de la cognición animal. Sus trabajos han aportado algunos de los principales resultados en esta área, incluyendo muchos de los resultados de investigaciones realizadas con primates del Viejo Mundo y del Nuevo Mundo, en las que estas especies participaron en tareas computacionales.

En 2003, por ejemplo, la Universidad de Búfalo publicaba los resultados de una investigación de Smith y de sus colaboradores, en la que se reveló que algunos animales conocen sus límites cognitivos.

El estudio, que fue realizado con monos y delfines, reveló que éstos utilizaban la respuesta 'incierta' siguiendo un patrón esencialmente idéntico al utilizado por los seres humanos. En definitiva, que los animales sabían cuándo sabían algo y cuando no, de una manera muy parecida a nosotros.



Fuente: Tendencia21



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sábado, 19 de septiembre de 2009

El Poder de la Palabra (Louise L. Hay)


Descripción: Descubre y reconoce que tus palabras tienen efecto directo sobre tu experiencia de vida... Haz que tus palabras sean integras, claras y lleven energia positiva...



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jueves, 17 de septiembre de 2009

El origen de la crítica


La crítica nace durante la más temprana experiencia de socialización a manos de sus padres. Es imposible crecer sin haber experimentado un gran número de situaciones de castigo.

El teórico de la personalidad Harry Stack Sullivan denominaba gestos prohibitivos a estas situaciones de castigo. Por su misma naturaleza los gestos prohibitivos son temibles y rechazables.

Todos los niños crecen con residuos emocionales de los gestos prohibitivos. Retienen el recuerdo consciente e inconsciente de todos aquellos momentos en que se sintieron malos o fueron reprobados. Estas son las inevitables cicatrices que el crecimiento deja en su autoestima.

Esta experiencia es también el punto de partida de la crítica que se nutre de estos sentimientos de “no está bien”. Queda aun una parte de usted dispuesta a creer que es usted malo tan pronto como alguien se enfada con usted, o cuando usted comete un error, o cuando no alcanza un objetivo.

Esta sensación temprana de no estar bien es la razón por la cual los ataques de la crítica parecen encajar tan bien con lo que usted ya cree sobre sí mismo. Su voz es la voz de un padre censurador, la voz castigadora y prohibitiva que configuró su conducta en la infancia.

El volumen y la maldad de los ataques de una crítica están directamente relacionados con la fuerza de sus sentimientos de malestar. Si los tempranos gestos prohibitivos fuesen moderados, la crítica adulta atacaría rara vez. Pero si le dieron enérgicos mensajes acerca de su maldad durante la niñez, la crítica adulta disparará sobre usted a la menor oportunidad que se presente.

Hay cinco factores principales que determinan la fuerza de sus iniciales sentimientos de malestar:

1. La medida en que se hicieron pasar por imperativos morales cuestiones de gusto, necesidades personales, de seguridad o buen juicio.
Cuando la cuestión no es en realidad más que una cuestión de gusto, no cumplimiento de tareas o mal criterio, pero los padres hacen sentir moralmente mal al niño, están sentando las bases de una baja autoestima.
Es importante reconocer que determinadas expresiones y frases transmiten fuertes mensajes morales. Si un niño oye que perezoso, o egoista o que tiene un aspecto desastroso o se comporta como un atolondrado, las situaciones específicas se olvidan muy pronto. Pero le queda una duradera sensación de maldad.


2. La medida en que los padres dejaron de diferenciar conducta e identidad.
El niño que es un “mal chico” recibe el mensaje de que él ni su conducta no son buenas. Cuando sea adulto, su crítica atacará tanto su conducta como su valía. Los padres que distinguen cuidadosamente entre la conducta inapropiada y la bondad básica del niño crían a niños que se sienten mejor consigo mismos y tienen una crítica interior mucho más suave.


3. La frecuencia de los gestos prohibitivos. La frecuencia de los mensajes negativos de los padres tiene un impacto sobre los iniciales sentimientos de valía.


4. La consistencia de los gestos prohibitivos. Una educación incongruente nos deja confusos, pero el carácter aleatorio de los ataques nos lleva a una penosa conclusión. No era lo que usted hacía -a veces estaba bien, a veces no- sino que era usted. Había algo malo en usted.
Los niños que han experimentado una educación incongruente sienten a menudo una inefable sensación de culpa. Se sienten como si hubieran hecho algo malo, pero como nunca pueden conocer las reglas, no tienen ni idea de qué han hecho mal.


5.La frecuencia con que los gestos prohibitivos estuvieron vinculados a la cólera o rechazo paterno.
Los niños pueden tolerar una buena dosis de crítica sin experimentar una considerable lesión en su sentido de la valía personal. Pero si la crítica va acompañada de cólera o rechazo paterno (amenanzantes o reales), tiene una enorme potencia.
La cólera y el rechazo transmiten un mensaje inequívoco: “Eres malo, y te rechazo”. Como esto es lo más terrible que puede oir un niño, con toda seguridad lo recordará. Mucho después de concluido el incidente el niño retiene la fuerte impresión de maldad.
Y la crítica utilizará esta sensación de maldad para fustigarle psicológicamente y maltratarle en la edad adulta.



AUTOESTIMA Evaluación y Mejora Pág 26-26, Aut. Matthew McKay y Patrick Fanning de. Martinez Roca












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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los humanos que no evolucionan



Aún en la actualidad existen tribus que no tienen lengua desarrollada, que practican religiones extrañas ademas del canibalismo, y no conocen el metal. Los humanos que no evolucionan.

Miguel Blanco entrevista a Juan José Revenga sobre los canivales de Papúa (18/09/10)

martes, 15 de septiembre de 2009

Interrogación Socrática


Es el método que Sócrates utilizaba para exponer las incongruencias lógicas de los argumentos de los estudiantes.

Son tres las principales líneas de interrogación que se puede utilizar:

1. Preguntas que denuncian la hipergeneralización “¿Es cierto que usted siempre es torpe?¿En todas las tareas particulares?¿Que no hace nunca una a derechas?

2. Preguntas que denuncian una defectuosa denominación “¿Es cierto que obtener una puntuación baja significa que es usted torpe?”

3. Preguntas que denuncian la falta de pruebas “Qué pruebas tiene para pensar que la gente cree que es usted torpe?”






AUTOESTIMA Evaluación y Mejora Autores: Matthew McKay y Patrick Fanning Ediorial Martinez Roca





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domingo, 13 de septiembre de 2009

Los Yanomamis


Los yanomami (también llamados yanomamö), son una etnia indígena americana caracterizada por su solidaridad y respeto hacia la naturaleza, la misma está dividida en cuatro grandes grupos: sanumá, yanomam, tomate y yanam.

Hablan lenguas diferentes pero se entienden entre ellos. Se denominan también la nación yanomami.







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La infidelidad y su tratamiento




Introducción


La infidelidad en las relaciones de pareja tiene consecuencias devastadoras. Es la primera causa de divorcio (Hall y Fincham, 2006) no solamente en occidente sino en otras muchas culturas estudiadas (Betzig, 1989). Puede causar al traicionado angustia y le puede desencadenar ataques de furia y sentimientos de humillación (Buunk y van Driel, 1989; Daly y Wilson, 1988; Lawson y Samson, 1988) también está asociada a la depresión mayor y a la ansiedad (Cano y Leary, 2000).

No todas las parejas en las que se da la infidelidad se separan, algunas se reconcilian y continúan su relación superando el problema. El proceso de reconciliación es difícil y muchas veces es necesaria la intervención terapéutica para llevarlo a cabo. La infidelidad se considera, además, uno de los más difíciles asuntos a tratar en la terapia de pareja (Whisman, Dixon, y Johnson, 1997).

En el artículo se discute en profundidad qué se considera y qué no se considera infidelidad y se recomienda el estudio particular en cada pareja, teniendo en cuenta los criterios de los dos.

Dentro de la línea de establecer tratamientos basados en la evidencia, se están obteniendo los primeros resultados alentadores basados en estudios empíricos sobre su eficacia (Gordon, Beaucom y Snyder, 2004; Atkins, Eldridge, Baucom, y Christensen, 2005); pero dada la limitación de estos estudios, actualmente se está poniendo en común la experiencia de los profesionales, tanto clínicos como investigadores, lo que permitirá establecer métodos de tratamiento basados consensuados sobre los que se podrán continuar los estudios empíricos que los validen (Dupree, White, Olsen, y Lafleur, 2007). En todos los que consideran encuentran como elemento fundamental la propuesta de que se dé un proceso de perdón que lleve a la reconciliación.

El perdón

El perdón es un proceso que tiene efectos saludables en la persona que perdona promoviendo su salud mental; y se recomienda a la persona que ha sufrido la infidelidad, tanto si se da la reconciliación como si no se da. Se menciona la metáfora del anzuelo de S. C. Hayes:

Quien nos ha hecho daño nos ha clavado en un anzuelo que nos atraviesa las entrañas haciéndonos sentir un gran dolor. Queremos darle lo que se merece, tenemos ganas de hacerle sentir lo mismo y meterle a él en el mismo anzuelo. Si nos esforzamos en hacerlo, lo haremos tirando de él desde el anzuelo donde él nos ha metido. Cuando hablamos de hacer algo, o pensamos en hacerlo, estamos intentado meterlo en el anzuelo. Mientras lo metemos o lo intentamos, nos quedaremos dentro del anzuelo, porque para salir nosotros tendremos que sacarle a él antes. Si salimos del anzuelo, tendremos cuidado de no estar muy cerca de él porque nos puede volver a meter en el anzuelo y si alguna vez nos juntamos tiene que ser con la confianza de que no nos va a volver a hacer daño.

Se puede afirmar que la reconciliación que se busca en la pareja después de la infidelidad tiene que pasar por un proceso de pedir perdón y perdonar. El propósito del artículo es profundizar en como se puede llevar a cabo el proceso de reconstrucción de la pareja en el contexto de la infidelidad.

La superación de la infidelidad

Los procesos propuestos en el artículo que llevarán a la reconstrucción de la pareja son:

Evaluación de la pareja y de la infidelidad.
La desactivación de las reacciones emocionales iniciales.
El proceso de perdón, que puede ser unilateral o bilateral. Durante este proceso se toma la decisión de separarse o de luchar por la pareja y reconstruirla. En este último caso, se pasa a la fase siguiente.



La reconciliación y reconstrucción de la pareja. Con la reescritura del contrato base y el establecimiento de los métodos de control para su cumplimiento y el reestablecimiento del vínculo y el amor en la pareja.


Evaluación de la infidelidad


En la evaluación de la infidelidad Gordon y otros (2004) proponen considerar una serie de elementos que han podido influir en la aparición del affaire:

Aspectos de la propia relación, como alto grado de conflicto, falta de calidez emocional.
Factores externos a la relación como exceso de trabajo, persecución de alguien externo a la relación.


Características del que ha sido infiel, por ejemplo, no estar a gusto con las relaciones sexuales, ira y castigo al traicionado, inseguridades hacia el mismo, trastornos de personalidad.

Características del traicionado, por ejemplo, malestar en la proximidad emocional, en las relaciones íntimas, historia de su desarrollo, dificultades emocionales o conductuales a largo plazo.


El proceso hacia la reconciliación: pedir perdón y ser perdonado


En el artículo se proponen y se detallan los siguientes pasos hacia la reconciliación

- El conocimiento y/o análisis de lo que ha ocurrido

- El proceso de pedir perdón

Reconocer que lo que hizo causó daño u ofendió al otro
Sentir de verdad el dolor del otro
Analizar su propia conducta
Definir un plan de acción para que no vuelva a ocurrir
Comprometerse con reconstruir la pareja.
Pedir perdón explícitamente al otro.
Restituir el daño causado.

- El proceso de perdonar

Análisis y reconocimiento del daño sufrido
Elegir la opción de perdonar.
Aceptación del sufrimiento y de la rabia
Establecer estrategias para autoprotegerse
Una expresión explícita de perdón

- La reconciliación y la reconstrucción del amor

Finalmente, en el artículo, se hacen algunas consideraciones sobre las dificultades específicas en este tipo de problemas; en concreto aspectos éticos y de confidencialidad del terapeuta hacia los miembros de la pareja.

24/8/2009








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