Susana Rubio-Valdehita, Eva Mª Díaz-Ramiro, Jesús Martín-García y Lourdes Luceño-Moreno Universidad Complutense de Madrid Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, los factores de riesgo psicosocial son las condiciones presentes en una situación laboral, directamente relacionadas con la organización, el contenido del trabajo y la realización de la tarea, que pueden afectar al bienestar, la salud y el rendimiento de los trabajadores. Entre estos factores se incluye la carga mental como uno de los más importantes factores de riesgo psicosocial asociado a las características de la tarea. Los resultados de la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, reflejan el aumento de la carga mental como factor de riesgo laboral, ya que el 67% de los trabajadores encuestados manifestó estar sometido a elevadas demandas de tipo cognitivo, y aproximadamente el 20% respondió que siempre o casi siempre tenía que realizar varias tareas al mismo tiempo durante su jornada laboral. Existe, por tanto, una elevada relación entre las exigencias del trabajo (mantener un nivel de atención alto o muy alto, atender a varias tareas al mismo tiempo, realizar tareas complejas, complicadas o difíciles, disponer de informaciones claras y suficientes o trabajar con ordenadores) y la consideración del mismo como intelectual y emocionalmente exigente. Estar expuesto a condiciones de carga mental en el trabajo puede producir importantes problemas de salud en los trabajadores. La consecuencia más directa es el estrés laboral que, mantenido en el tiempo, puede dar lugar a problemas cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos, depresión, abuso de sustancias, trastornos psiquiátricos leves, burnout y baja autopercepción de la salud. Desde el punto de vista organizacional, la carga mental está relacionada con menores niveles de rendimiento, absentismo, accidentabilidad y una mayor propensión a abandonar la organización. | |
En determinados puestos de trabajo, la sobrecarga de trabajo puede originar en los trabajadores sentimientos de ansiedad y estrés que se manifiestan en forma de agotamiento tanto físico como psicológico. En estas condiciones, la carga mental puede ocasionar dos tipos de absentismo. Uno, de menor duración y gravedad, que se deriva de la necesidad de "escapar" del trabajo, siguiendo una estrategia de evitación de la situación desagradable, y buscando un tiempo para descansar y reponerse de la tensión ocasionada por el trabajo estresante. Otro, cuyas consecuencias para la salud del trabajador son más graves, que deriva en un aumento de la accidentabilidad y de las bajas por enfermedad. Así, los resultados de la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo muestran a las exigencias del trabajo como el factor de riesgo de accidente laboral más importante (32,1%). Dentro del factor de exigencias del trabajo se incluyen aspectos relativos al ritmo de trabajo excesivamente rápido, la presencia de cansancio o fatiga, las instrucciones de trabajo inadecuadas o inexistentes, la realización de tareas infrecuentes y el exceso de horas continuadas de trabajo, todos ellos propios del fenómeno que conocemos como carga mental. Esta misma encuesta pone de manifiesto cómo las situaciones de carga mental son causa de la aparición de problemas físicos y psicológicos, que, lógicamente, derivan en absentismo laboral. Así, aproximadamente el 20% de los trabajadores expuestos a elevadas exigencias presentan trastornos del sueño, el 18% tiene sensación continua de cansancio, el 17% sufre dolores de cabeza, el 16% se siente irritable y tenso, el 6% tiene problemas de memoria y dificultades para concentrarse y mantener la atención, el 5% sufre mareos, y el 3,5% padece problemas digestivos. En este artículo, se presentan los resultados de una investigación cuyo objetivo era comparar la carga mental de 233 trabajadores que habían sufrido baja laboral por causas médicas durante el último año, con la de 276 trabajadores sanos que no habían estado de baja. La utilización de un instrumento multidimensional para evaluar la carga mental, el NASA-TLX, permitió estudiar en qué dimensiones se produce una mayor diferencia entre ambos grupos. En general, los resultados permiten concluir que los trabajadores que han estado de baja médica sufren una mayor carga mental. Las mayores diferencias se obtuvieron en relación a las dimensiones esfuerzo, demanda mental, y frustración. Para los trabajadores que habían estado de baja, su puesto de trabajo resultaba más demandante y requería un grado de esfuerzo general mucho mayor. Además, este grupo de trabajadores se sentía bastante más inseguro, estresado, irritado, descontento, etc. con su puesto de trabajo, ya que las valoraciones obtenidas en la dimensión frustración fueron mucho más elevadas. Según el tipo de problema médico que había originado la baja, encontramos que los que percibían una elevada carga mental habían sufrido depresión, trastornos del sueño, ansiedad y problemas de espalda. El haber padecido problemas digestivos no resultó relacionado de forma significativa con la carga mental. Se confirman, por tanto, los resultados proporcionados por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que relacionan los problemas de salud y los accidentes laborales con la carga mental, de manera que los trabajadores que se enfrentan a condiciones inadecuadas perciben su trabajo como un importante factor de riesgo para su salud y su seguridad. Los resultados del estudio ponen de manifiesto la importancia de establecer las medidas de evaluación y prevención adecuadas en cuanto al diseño de los puestos de trabajo, de manera que se eviten sufrimientos innecesarios a los trabajadores. Es crucial que en las empresas, ya sean públicas o privadas, se introduzcan programas de promoción de la salud de los trabajadores y de prevención de riesgos laborales que tengan en cuenta la carga mental. El artículo original puede consultarse en la revista Ansiedad y Estrés: Rubio-Valdehita, S., Díaz-Romero, E. M., Martín-García, J. y Luceño-Moreno, L. (2010). La carga mental como factor de riesgo psicosocial. Diferencias por baja laboral. Ansiedad y Estrés, 16 (2-3), 271-282. |
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