domingo, 22 de agosto de 2010

Parir por la boca



La selección natural ha hecho que otros anuros aprovechen las cavidades corporales de que disponen para alojar en un entorno seguro a sus crías. La rana chilena Rhinoderma darwini aloja a las crías en las bolsas gulares de los machos, unas cavidades que actúan como órganos de resonancia en sus cantos de cortejo.

El lugar donde la rana australiana Rheobatrachus alberga a sus crías es mucho más insólito: el estómago. El origen de esta conducta es enigmático, porque el estómago es un lugar especialmente preparado para destruir cualquier materia comestible, la de los huevos incluida. Las hembras que ingieren los huevos paralizan los movimientos del estómago y dejan de producir secreciones ácidas y de comer durante varias semanas.

Seguramente las ranas que iniciaron esta práctica trataron simplemente de comerse a sus huevos para alimentarse, como hacían con frecuencia en situaciones de escasez. Pero algunos huevos, por un accidente fortuito, segregaron prostaglandinas, unos inhibidores naturales de la actividad del estómago. Como la práctica de incubar en el estómago era ventajosa para la supervivencia de las crías, fue favorecida por la selección natural.

Fuente: Galeon













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