He aquí que el discípulo le pregunta al maestro
- ¿Cómo te entrenas tú para obtener la sabiduría?
El mentor responde:
- Cuando como, como; y cuando duermo, duermo.
- Pero eso lo hace todo el mundo -replica el discípulo.
Y el maestro dice:
- No es cierto. La mayoría de las personas cuando come piensa en mil cosas diferentes; cuando duerme, sueña con miles de cosas. Yo, amigo mío, cuando como, como; y cuando duermo, duermo. Y así me entreno en la Sabiduría.
Reflexión
La mente tiene una rara habilidad para estar en el antes y en el después, pero no en el momento presente. Es por esa razón por la que casi todo lo hacemos mecánicamente, igual que mecánicamente pensamos y hablamos, con un nivel de conciencia muy pobre. Desde la semiconsciencia o conciencia dormida, nuestras actividades se torna maquinales, faltas de brillo e intensidad. La mecanicidad empobrece, herrumbra el ánimo y el cerebro, le roba vitalidad e intensidad a la mente. No hay nada tan mecánico e hipnótico como los pensamientos incontrolados, esos automatismos que se nos imponen, anegan la mente y la desertizan, causando obsesiones, temores infundados, preocupaciones sin sentido y distracciones inútiles que impiden conectar con el momento presente y vivirlo con toda su plenitud.
La vida es una sucesión de hechos, situaciones y acontecimientos, y hay que vivirlos con una actitud de atención y sosiego, sacándole su enseñanza a cada instante y aprovechando cada circunstancias para elevar el dintel de la conciencia.
La conciencia es darse cuenta, percibir, percibirse, captar.
El desarrollo de la conciencia reporta ecuanimidad, lucidez, intensidad y sabiduría, de tal modo que vale mas un día de conciencia que miles de días de semiconciencia o conciencia crepuscular.
Hay que proponerse estar más atento, vivir más cada situación y momento, cultivar metódicamente la atención mediante la práctica de la meditación sentada y luego estando más atento y perceptivo a cada actividad cotidiana.
LIBRO: LOS MEJORES CUENTOS ESPIRITUALES PARA LA VIDA DIARIA pág. 23-24 / AUTOR: Ramiro Calle / EDITORIAL: Kailas
- ¿Cómo te entrenas tú para obtener la sabiduría?
El mentor responde:
- Cuando como, como; y cuando duermo, duermo.
- Pero eso lo hace todo el mundo -replica el discípulo.
Y el maestro dice:
- No es cierto. La mayoría de las personas cuando come piensa en mil cosas diferentes; cuando duerme, sueña con miles de cosas. Yo, amigo mío, cuando como, como; y cuando duermo, duermo. Y así me entreno en la Sabiduría.
Reflexión
La mente tiene una rara habilidad para estar en el antes y en el después, pero no en el momento presente. Es por esa razón por la que casi todo lo hacemos mecánicamente, igual que mecánicamente pensamos y hablamos, con un nivel de conciencia muy pobre. Desde la semiconsciencia o conciencia dormida, nuestras actividades se torna maquinales, faltas de brillo e intensidad. La mecanicidad empobrece, herrumbra el ánimo y el cerebro, le roba vitalidad e intensidad a la mente. No hay nada tan mecánico e hipnótico como los pensamientos incontrolados, esos automatismos que se nos imponen, anegan la mente y la desertizan, causando obsesiones, temores infundados, preocupaciones sin sentido y distracciones inútiles que impiden conectar con el momento presente y vivirlo con toda su plenitud.
La vida es una sucesión de hechos, situaciones y acontecimientos, y hay que vivirlos con una actitud de atención y sosiego, sacándole su enseñanza a cada instante y aprovechando cada circunstancias para elevar el dintel de la conciencia.
La conciencia es darse cuenta, percibir, percibirse, captar.
El desarrollo de la conciencia reporta ecuanimidad, lucidez, intensidad y sabiduría, de tal modo que vale mas un día de conciencia que miles de días de semiconciencia o conciencia crepuscular.
Hay que proponerse estar más atento, vivir más cada situación y momento, cultivar metódicamente la atención mediante la práctica de la meditación sentada y luego estando más atento y perceptivo a cada actividad cotidiana.
LIBRO: LOS MEJORES CUENTOS ESPIRITUALES PARA LA VIDA DIARIA pág. 23-24 / AUTOR: Ramiro Calle / EDITORIAL: Kailas
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1 comentario:
Gracias por compartir esta cita. Saludos!
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