Juan era piloto de un cazabombardero
en la guerra de las Malvinas. Después de muchas misiones en combate,
su avión fue derribado por un misil. Juan se lanzó en paracaídas.
Fue capturado y llevado a prisión.
A su
regreso a Argentina daba conferencias relatando su odisea y lo que
aprendió en prisión. Un día estaba en un restaurante y un hombre
lo saludó y le dijo: hola ¿ es usted Juan, el que era piloto en las
Malvinas y fue derribado ?
¿Usted
cómo sabe eso? Le preguntó Juan.
El hombre respondió:
porque yo doblaba su paracaídas y al parecer funcionó bien
¿verdad?
Juan casi se ahogó de la sorpresa y con mucha
gratitud le respondió: “Claro que funcionó. Si no hubiera
funcionado no estaría aquí hoy”.
Estando Juan solo esa
noche no pudo dormir meditando. Se preguntaba cuántas veces vio en
la base a ese hombre y nunca le dijo buenos días. Él era un
arrogante piloto y ese hombre solo era un humilde marinero. Pensó
también en las horas que ese marinero pasaba enrollando los
paracaídas de los pilotos. Teniendo en sus manos lo que le salvaría
la vida a alguien que no conocía.
Ahora Juan comienza sus
conferencias preguntándole a la audiencia: ¿Quién dobló hoy su
paracaídas?
Todos tenemos a alguien cuyo trabajo es
importante para que nosotros podamos salir adelante. Todos
necesitamos muchos paracaídas en el día. Uno físico. Uno
emocional. Uno mental. Y uno espiritual. A veces en los desafíos que
la vida nos lanza a diario perdemos la vista de lo que es
verdaderamente importante y las personas que nos salvan en el momento
oportuno. Sin que se lo pidamos.
-Dejamos de saludar.
-Dejamos
de dar las gracias.
-Dejamos de felicitar a alguien por su
trabajo.
Hoy. Esta semana, este año, cada día... trata de
darte cuenta...
¿Quién
dobla tu paracaídas?
En
tu casa, en tu familia, con tus amigos, recuerda reforzar en positivo
a quienes doblan nuestros paracaídas; es importante en el día a
día
Para los que doblan paracaídas para los otros y lo hacen
de la mejor manera posible!!
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario