El síndrome de Diógenes afecta sobre todo a personas mayores, haciendo que descuiden los hábitos de higiene y la alimentación y se aíslen socialmente, mientras acumulan todo tipo de objetos, incluso basura.
De vez en cuando escuchamos una noticia explicando que se ha desalojado el piso de una persona mayor, que acumulaba cientos de kilos de basura como consecuencia de sufrir el síndrome de Diógenes, pero ¿qué es eso de Diógenes?, ¿a quién afecta?, ¿cómo prevenirlo? Te descubrimos todas las claves sobre este trastorno.
¿Qué es el síndrome de Diógenes?
El síndrome de Diógenes toma su nombre del filósofo de la antigua Grecia Diógenes de Sinope, también conocido como ‘el Cínico’, aunque este hombre, al contrario de las personas que sufren el trastorno, se desprendió de cualquier pertenencia, predicando la austeridad y la banalidad de los convencionalismos sociales. Sin embargo, se caracterizaba por vivir en soledad y aislado e, incluso, despreciaba los usos sociales, algo que si comparten los pacientes con el síndrome.
El prototipo de este síndrome es una persona mayor, que vive sola y aislada de su entorno, que acumula gran cantidad de objetos, y que puede provocar problemas de convivencia con sus vecinos debido precisamente a esa basura que puede oler mal y atraer insectos o ratas. A pesar de que hablamos de desperdicios y suciedad, estos objetos tienen “algún sentido” para la persona que los atesora, que a veces los tiene ordenados y clasificados, mientras que, en otros casos, se trata de satisfacer un deseo de apego mal dirigido.
Causas del síndrome de Diógenes
Es un síndrome específico de personas de la tercera edad, que llegan a descuidar los hábitos de higiene y usos sociales, y puede producirse por el simple aislamiento social que les lleva a la falta de contacto con sus semejantes, o también puede ser producto de un problema psiquiátrico que lo desencadene, como depresión mayor o demencia. De ahí la importancia de establecer un diagnóstico claro para tratar los trastornos concomitantes en caso de que existan, ya que son los que mantienen el síndrome.
Hay que aclarar que, a pesar de considerarse una enfermedad propia de ancianos, algunos de sus síntomas pueden empezar a presentarse mucho tiempo antes. Entre los elementos determinantes para la aparición de este síndrome están la soledad y el aislamiento social que padece la persona, y que le van a llevar a una rigidez de pensamiento, autoalimentado, con el que justificará cualquier acción. Entre las principales causas de su aislamiento suele estar la pérdida de la pareja, algo que puede suceder en cualquier momento.
Síntomas del síndrome de Diógenes
Aunque la edad no es requisito definitorio, en la mayoría de los casos el síndrome de Diógenes aparece en personas ancianas, en las que se produce un paulatino deterioro del seguimiento de los usos y costumbres sociales, principalmente de la alimentación y la higiene, que va a ir en detrimento de la calidad de vida de la persona, debido a un aislamiento social continuado, un trastorno mental concomitante, o un componente hereditario. Entre los síntomas más característicos del síndrome de Diógenes destacan:
- Aislamiento social, alejándose del contacto con los demás, y manteniendo las relaciones mínimas necesarias para adquirir los objetos o la comida que precisa para sobrevivir.
- Abandono progresivo de la higiene personal, lo que le va a llevar de verse aseado a exhibir una apariencia muy descuidada, sobre todo en fases avanzadas.
- Deterioro físico, con apariencia descuidada y pérdida de peso, debido a que abandona la regularidad en el comer y, cuando lo hace, come cualquier alimento.
- Realizan acciones sin atender al convencionalismo social y sin cuestionarse si su actitud es correcta o no, siempre y cuando consigan aquello que quieren o necesitan.
- Justificación de sus acciones, más allá de lo lógico, lo que se refuerza con el aislamiento, porque con el único criterio que cuentan es con el propio.
- Acumulación, ya sea dinero, u otros objetos que a juicio de los demás son desperdicios, pero que para esta persona son “preciados tesoros” que debe acumular y custodiar.
- Pensamientos intrusivos de que le llegará una época de crisis y pobreza, lo que le induce a acumular todo aquello que cree que va a necesitar cuando llegue ese momento.
Diagnóstico del síndrome de Diógenes
Para hacer un correcto diagnóstico del síndrome de Diógenes hay que distinguir entre este trastorno y otras conductas que pueden llevar a confusión; quizás el síntoma más evidente del síndrome es la acumulación de objetos, pero este comportamiento lo podemos encontrar también en personas que sufren trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de adicciones o conducta del coleccionista. Veamos cómo diferenciarlo de estos casos:
- En el trastorno compulsivo existe un impulso irrefrenable de repetir una determinada conducta, que le va a liberar de una angustia acuciante. Este ritual o conducta repetitiva puede ser la de comprar algún objeto, tendiendo luego a acumularlo.
- En el trastorno de adicción, ya se trate de una adicción a las compras, o la adquisición ilícita de objetos (cleptomanía), se produce una intrusión de pensamiento que genera angustia en la persona, y que se libera cuando adquiere el producto que le obsesiona. La persona adicta, una vez conseguido el objeto, pierde el interés por el mismo y puede regalarlo, tirarlo a la basura, o acumularlo.
- El coleccionista es una persona cuyo comportamiento se centra en acumular objetos de un solo tipo, con la única finalidad de terminar una colección completa. Normalmente, cuando se finaliza ésta se inicia una nueva, pues el individuo obtiene la satisfacción tanto durante el proceso de búsqueda de nuevos componentes de la colección, como al verla completada. La conducta de coleccionista también se caracteriza por dedicar mucho tiempo a limpiar y admirar cada uno de los elementos acumulados. A pesar de que esta actitud podría dar pistas de un desorden mental, no está considerado como tal. Por lo tanto, si nos ciñésemos al tipo de objetos que se pueden encontrar en la casa de cada uno de los tres casos anteriores, no se diferenciarán demasiado de los que suele almacenar una persona con síndrome de Diógenes, y es por ello que hay que realizar una exploración psicológica en caso de duda, para descubrir la motivación que genera dicha acumulación de objetos. Además, hay que tener en cuenta que este síndrome puede ser producto de haber sufrido un trastorno obsesivo o una adicción previamente.
Por lo tanto, si nos ciñésemos al tipo de objetos que se pueden encontrar en la casa de cada uno de los tres casos anteriores, no se diferenciarán demasiado de los que suele almacenar una persona con síndrome de Diógenes, y es por ello que hay que realizar una exploración psicológica en caso de duda, para descubrir la motivación que genera dicha acumulación de objetos. Además, hay que tener en cuenta que este síndrome puede ser producto de haber sufrido un trastorno obsesivo o una adicción previamente.
Esto quiere decir que un joven puede mostrar alguno de los síntomas anteriormente descritos, pero para dar un correcto diagnóstico hay que descartar otros trastornos que puedan generarlos, ya que el descuido de la higiene y alimentación, una conducta desajustada a las normas y usos sociales, e incluso la acumulación de basura pueden deberse a que la persona esté en un proceso de depresión mayor, o porque exhiba rasgos antisociales de la personalidad.
Tratamiento del síndrome de Diógenes
Es importante señalar que, al tratarse de un adulto, y mientras no se encuentre incapacitado, el afectado por síndrome de Diógenes tiene la potestad de acceder o no a seguir el tratamiento que se le propone, algo que, a priori, como hemos visto, es difícil que acepte, debido a esa autoalimentación de pensamientos que llevan a creer a estos pacientes que ellos tienen la razón, y toda su conducta es justificable, con lo que la eficacia del tratamiento será nula, más allá de limpiar la basura acumulada en su casa, cuando haya peligro de salubridad para él mismo o los vecinos.
Si la persona está incapacitada para decidir, o acepta la ayuda que se le ofrece, el tratamiento del síndrome de Diógenes se basa en una intervención que se ajusta a las siguientes pautas:
- Cuidado adecuado de su higiene personal, de forma que recupere su imagen, con la que pueda presentarse ante los demás sin producir sentimientos de rechazo o pena.
- Intervención en su dieta, para tratar de paliar los efectos negativos que ha tenido sobre el organismo una inadecuada alimentación, además de para ganar peso.
- Intervención familiar, donde se trata de implicar a los parientes cercanos para que comprendan que la situación del paciente se debe a un trastorno en su conducta, y no tanto a un deterioro propio de su edad.
- Trabajo a nivel cognitivo con terapia psicológica, para tratar de combatir los pensamientos sobre la llegada de una próxima situación de crisis o pobreza, y de la necesidad de acumular.
- Limpieza a fondo de la basura acumulada, necesitando a veces para ello usar productos industriales de desinfección.
- Tratamiento farmacológico cuando se requiera, en el caso de que el síndrome de Diógenes se presente a la vez que otro trastorno como depresión mayor, obsesión o adicción.
Como se ha indicado, el tratamiento se complica en la medida en que la persona se ha “acostumbrado” a su estilo de vida, mostrando además rigidez de pensamiento, lo que le dificulta el cambio; para evitar llegar a esta situación lo mejor es prevenir el síndrome de Diógenes, para lo cual te ofrecemos algunos consejos:
- Mantén ordenada tu casa y evita acumular aquello que no vayas a necesitar, ya que tienes un espacio limitado.
- Deshazte de lo que ya no usas o se ha quedado anticuado, para dar espacio a nuevos objetos.
- Mantente activo mentalmente, buscando actividades que impliquen ejercicios de memoria y nuevos aprendizajes, de forma que conserves una mente ágil.
- Cultiva la empatía. Acepta que los demás puedan tener su propio punto de vista, y aprende a ponerte en el lugar del otro, evitando así la rigidez de pensamiento.
- Camina a diario por espacios abiertos, donde poder tener tu momento de esparcimiento y relajación.
- Comunícate con tus allegados y cultiva tus amistades, de manera que por lo menos una vez a la semana hagas una “visita social”.
- Colabora con los demás. Realiza tareas donde se primen las actividades colaborativas, ya sea desarrollando una afición, o participando en alguna ONG.
- Comparte tus preocupaciones. Procura hablar de aquellas situaciones que te acucien y provoquen angustia, de forma que la comunicación con otros te sirva como camino de liberación de esas tensiones internas.
- Cuida tu imagen. Intenta arreglarte antes de salir, cuida tu presencia, y procura alabar la de amigos o familiares cuando te reúnas con ellos.
- No te aísles. Evita las actividades en solitario que te hagan pasar mucho tiempo aislado, incluso cuando se trate de hobbies.
- Vigila tu peso como indicativo de tu salud; si observas que varía mucho, tanto si aumenta como si disminuye, acude al especialista.
Escrito por Juan Moisés de la Serna, Doctor en Psicología, Master en Neurociencias y Biología del Comportamiento
FUENTE: WEB CONSULTAS
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