Todos los grandes enemigos del orgasmo femenino
La culpa no es siempre de la pareja. El viejo mito de «no hay mujer frígida sino hombre inexperto», por el que se atribuía la anorgasmia femenina a la impericia de su partenaire, continúa siendo desmontado por la ciencia. Los investigadores han ido demostrado cómo la biología puede estar detrás de la dificultad de algunas mujeres para alcanzar el orgasmo. Y la genética podría jugar un papel en ello.
Para corroborarlo, científicos del Hospital St Thomas de Londres agruparon a 4.000 mujeres, de las que la mitad eran gemelas idénticas y la otra mitad mellizas (es decir, no compartían los mismos genes). Tras preguntarles por su vida sexual, encontraron que entre un 34 y un 45% de las diferencias a la hora de llegar al orgasmo eran debidas a los genes.
La explicación que apunta Tim Spector, el profesor de genética epidemiológica que lideró el estudio, es que la dificultad para alcanzar el orgasmo puede haber sido «una forma evolutiva de ver si el hombre era capaz de demostrar que podía ser un buen compañero, paciente y atento, a la hora de cuidar la descendencia. Tal vez, las mujeres que tenían orgasmos con mucha facilidad no eran muy buenas seleccionando a sus parejas».
Esta hipótesis nos puede parecer un tanto traída por los pelos, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que diversas enfermedades y trastornos, así como algunos fármacos, pueden convertirse en auténticos enemigos del orgasmo femenino. Entre estos fármacosencontramos la píldora y el resto de anticonceptivos hormonales combinados. «Tiene cierta lógica, ya que inhiben la ovulación, y es precisamente en la ovulación cuando se produce un pico agudo hormonal que aumenta el deseo sexual», señala la doctora Carmen Menéndez, directora médico del Instituto Palacios de la Mujer. «No obstante, este efecto secundario se ha descrito tan sólo en un 10% de las usuarias».
Antidepresivos
La mala relación entre los antidepresivos ISRS y los orgasmos es también más que conocida: propician la secreción de serotonina -lo que produce una sensación de bienestar-, pero también inhiben la función del sistema nervioso simpático, muy implicado en la respuesta sexual. Eso sí, hay una buena noticia: según una reciente investigación de la Universidad de Texas -en la que se estudió a 50 mujeres que sufrían problemas sexuales derivados del consumo de antidepresivos-, 30 minutos de ejercicio diario pueden aumentar el flujo sanguíneo y la excitación, mejorando la capacidad de estas mujeres para llegar al orgasmo.
También algunas enfermedades y trastornos pueden ser el anticlímax para una mujer. Como la diabetes: se estima que el 38% de las diabéticas tienen dificultades para alcanzar el orgasmo; se debe al daño neurológico y vascular causado cuando la enfermedad ha permanecido sin control durante un periodo prolongado de tiempo.
Una circulación defectuosa es otro de los fantasmas que acechan en la alcoba: «Cualquier problema relacionado con la vascularización puede desencadenar dificultades en la respuesta sexual femenina», señala la doctora Menéndez. Porque la hipertensión arterial o la aterosclerosis no influyen solamente en la erección masculina, sino también en el proceso de excitación de la mujer.
FUENTE: EL MUNDO
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