La Enuresis es la micción incontrolada más allá de los 4 o 5 años de edad. Esta afección puede suceder también durante el día, pero en este momento nos enfocaremos sólo a la enuresis nocturna. Normalmente, el control de esfínteres (controlar la micción) es un proceso que esta relacionado con la maduración del sistema nervioso central, el cual depende del aprendizaje y el condicionamiento. Por lo general, este desarrollo se lleva a cabo entre los 15 y los 18 meses de edad, en donde el pequeño aún no controla todavía “hacerse pipí”, pero ya empieza a ser educado a esto por los padres o personas a su alrededor, muchas veces mediante pañales entrenadores o también quitando el pañal y dejando que el niño sienta los efectos de mojarse la ropa y de la incomodidad que esto representa, lo cual es una alternativa mucho mejor que el pañal entrenador, pues el pequeño aprenderá más rápido mediante esta última técnica.
Si el aprendizaje y la maduración son exitosas, poco a poco el pequeño se acostumbrará a la sensación de orinar anticipadamente, y lo comunicará a los adultos antes de que se orine sobre la ropa o incluso sobre el pañal entrenador, avisará “pipí”, y entonces se le llevará al baño. Así aprende un pequeño normalmente a controlar sus esfínteres, al cabo de tres, cuatro y hasta cinco años, un niño ya puede controlar sólo esta necesidad fisiológica, y se puede atender casi sin ayuda a la hora de ir al baño.
¿Y cuando el pequeño no aprende?
Muchas veces controlar la orina es un proceso que no acaba de madurar del todo, muchas veces orinarse en la cama sigue sucediendo después de los cuatro, cinco o más años de edad, incluso este problema puede alcanzar la edad adolescente o rebasarla, y se puede presentar ya sea en forma continua o intermitente (por periodos). Este padecimiento es muy frecuente, ocurre con más regularidad de la que supones y tiene muchos remedios para combatirla. Lo principal es entender bien que es lo que sucede y luego tomar cartas en el asunto.
Tratamientos:
Hay muchas formas para tratar esta afección, muchas veces se recurre a la medicación o a tratamientos como “alarmas para detener la pipí”, u otras alternativas médicas. En realidad, el problema puede tener muy fácil solución, lo principal es que el padre o la madre no pierda la calma, pues muchas veces el enfado, la desesperación y el estrés de los padres pueden agobiar al niño y retrasar el proceso de controlar las esfínteres. Así que hay que tener paciencia y mucha comprensión, y entender muy bien lo que se puede hacer para después poder elegir la alternativa más adecuada.
Causas probables:
• Entrenamiento inadecuado del uso del baño.
• Vejiga pequeña (niños con micciones diurnas frecuentes).
• Iniciar demasiado pronto o demasiado tarde la educación de las esfínteres.
• Estrés, ansiedad o nerviosismo constante en el pequeño.
A considerar:
• DAR TIEMPO: Si el niño tiene más de cinco años y aún moja la cama, lo mejor es esperar hasta los 7 u 8 años para que el pequeño tenga dicha maduración. No debe en ningún caso presionar a su pequeño, ni mostrarle enfado o burla por lo que ocurre. Quizá sea una buena alternativa que, si el pequeño amanece mojado, en lugar de enfadarse o castigarle o hacerlo sentir culpable, darle la responsabilidad de lavar sus sábanas o su ropa, por ejemplo. Aquí se está enviando un mensaje de causa y efecto y de responsabilidad, y liberamos al pequeño de la culpa o tensión nerviosa que pudiese causarle un castigo, reproche o demás, y que pudiese ser la causa de esta afección.
• No pongas pañales, esto hará que el pequeño se acostumbre y que se desentienda del problema. Lo mejor es cubrir el colchón con una tela impermeable y sábanas encima.
• Evita restringirle la toma de agua: el niño no aprenderá de este modo, sino por medio de una maduración correcta de esfínteres y sistema nervioso.
• No hay que levantarlo por las noches a ir al baño, pues si no tiene ganas solo estarás interrumpiendo su sueño y no se lograra nada. Hay que esperar a que el mensaje de orinar llegue naturalmente incluso cuando el sueño es profundo.
UN PUNTO CLAVE: EMOCIONES DEL NIÑO
Creo que es el punto clave del problema. En medicina energética, una de las causas probables de esta afección es que existe un temor del pequeño hacia alguno de los padres, pudiese ser que el niño percibe a su padre o madre como una fuerte e intolerante autoridad que no le permite expresar o liberar sus emociones o lo que él piensa o siente respecto a alguna circunstancia con franqueza y espontaneidad. Esta severidad adulta percibida por el pequeño pudiese estar alterando de alguna forma su sistema nervioso, el cual impide entonces que se “orine emocionalmente” cuando se debe y “tiene ganas”, y esta necesidad tenga que posponerse para un momento donde el pequeño se siente liberado de la tensión o dureza del padre o la autoridad a cargo del pequeño (pudiese ser un abuelo, un maestro, una niñera, etcétera).
La enuresis es un caso de incontinencia, y es curioso observar que la incontinencia, en medicina energética, se debe a que uno controla de forma exagerada las emociones. Hay mucha lógica en esto, pues el proceso de liberación física del cuerpo se asocia con la liberación emocional, y si esta natural liberación se frena cuando es el momento apropiado, entonces esto se refleja en el cuerpo.
Es importante que el padre se auto-observe y tenga la humildad de reconocer si esta ejerciendo una influencia demasiado impositiva en el pequeño, tomando en cuenta que otros pequeños como hermanos o sobrinos, tiene porque reaccionar igual ante su carácter.,. Recordemos que todos los niños tiene sensibilidades distintas y una manera de entender y percibir las cosas. Si el padre se vuelve observador, quizá pueda entender al pequeño y pueda incluso ser su amigo y ayudar a que el niño exprese lo que siente y piensa sin necesidad de ser juzgado.
ADOLESCENTES
Si este padecimiento llega a la adolescencia, se pueden también considerar estas causas emocionales probables, pues sin duda evitarían llegar a remedios más severos, nocivos y poco funcionales, como medicamentos y demás. Un adolescente puede todavía tener la sensación de ser juzgado con severidad por parte de una autoridad. Estoy casi segura de que si el joven se atiende emocionalmente antes que tomar cualquier otra medida, y empieza a auto-observarse, a recobrar su seguridad interior y a valorar que el puede expresarse y dejar fluir lo que siente de formas creativas, entonces quizá quede sorprendido de como esta afección simplemente desaparece por donde vino. Un adolescente puede empezar a darse seguridad realizando alguna actividad ya sea deportiva o artística, en donde no debe perder de vista los momentos en donde sienta ansiedad, tensión o donde se exija controlarse emocionalmente.
La visualización es un arma poderosa. Si eres adolescente y quieres dejar de sufrir esta afección, algo que puedes hacer es visualízate todas las noches despertando seco y yéndote a estudiar o trabajar. Procura hablarte durante el día con palabras que te alienten y evita juzgarte o criticarte con severidad, ten seguridad en ti y en lo que sientes, y aprende formas creativas para liberar tus emociones y poder compartirlas con los demás.
Fuente: Salud Natural
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario