Por Claudia Mendieta.
La violencia en la pareja no comienza un día puntual sino que se producen una serie de situaciones conflictivas de intensidad creciente, a lo largo del tiempo, hasta desembocar en un primer acto violento. Estas situaciones conflictivas son difíciles de señalar como comienzo de malos tratos puesto que en ellas la violencia no suele aparecer.
En numerosas ocasiones en las relaciones de pareja existe de manera” muy acentuada, un sometimiento de uno sobre otro a través de amenazas, control continúo de su vida, obligación a someterse a las decisiones y opiniones del otro, Como comentamos en el programa anterior, estas situaciones causarían en la persona sobrecarga emocional y física, inseguridad, baja autoestima, sentimientos de culpa, impotencia y en ocasiones depresión.
En general, la violencia en la pareja sigue un ciclo comprendido por una serie de fases que suelen ser repetitivas.
La primera fase o fase de tensión creciente se caracteriza porque las conductas violentas de tipo psíquico y las agresiones verbales aumentan de manera notable. El agresor se muestra algo más agresivo aunque no de forma exagerada.
La siguiente fase es la llamada fase de activación o agresión. En esta fase se dan agresiones físicas, psicológicas y/o sexuales. Es posible que también, durante el acto violento, pueda darse la destrucción de propiedades tanto comunes como personales.
La fase de arrepentimiento es aquella en la que la tensión del agresor disminuye hasta desaparecer. Éste pide perdón asegurando que no volverá a ocurrir. Si la persona cede en este momento, creyéndolo y perdonándolo, en general, las agresiones se producirán cada vez con mayor frecuencia e intensidad. Si no se para el ciclo en esta fase, este se volverá a repetir hasta que se corte definitivamente.
Así como no se puede establecer un perfil concreto sobre el maltratador, si se pueden describir ciertas características acerca de su conducta. En primer lugar resulta importante señalar que el maltratador no es un enfermo mental, pudiendo ser consciente y responsable plenamente de su conducta violenta.
Puede decirse que tiene comportamientos diferentes según el contexto en el que esté. Si está fuera de casa puede ser educado, amable, seductor, respetuoso. En cambió, cuando está en su casa, utilizará la violencia para dominar a su pareja. El maltratador si es un hombre tiene actitudes sexistas hacia la mujer, dificultando que ésta tenga relaciones con otras personas (también por ser extremadamente celoso). En general, las conductas realizadas por su pareja no serán de su agrado, criticándolas continuamente.
En cuanto a la asunción de responsabilidad, ésta es nula principalmente porque no cree que exista ningún problema y en el caso en que piense que lo hay, no sería suyo sino de su pareja, del trabajo, del dinero, del alcohol, etc.
Si su pareja decidiese abandonarlo, utilizaría numerosas estrategias para que volviera a su lado o no llegara a marcharse. De nuevo, si la víctima cediera en este momento, resultaría aún más difícil terminar con la situación.
¿Por qué no denuncian las mujeres los malos tratos?
Existen numerosos factores que apoyan el que las mujeres no denuncien. En relación a cómo perciben que sería su vida tras una denuncia el factor más relevante sería la dependencia económica y afectiva hacia su pareja, en el caso en que éstas no tengan formación para poder trabajar o que nunca lo hayan hecho a pesar de tener formación específica en algún área (no tienen recursos económicos para poder subsistir).
El miedo sería otro factor importante, relacionado con la posibilidad de que las agresiones fueran cada vez más intensas y que incluso éstas pudieran extenderse a sus hijos y familia.
También podría pasar que por los sentimientos de culpabilidad, comentados con anterioridad, perciban la denuncia como fracaso matrimonial y familiar, prefiriendo continuar con la situación violenta, unido con la vergüenza social que le produciría hacer pública su situación.
Desafortunadamente, a pesar de las numerosas campañas promovidas por los medios de comunicación, muchas mujeres no denuncian los malos tratos por desconocer sus derechos, por no saber que lo que están viviendo es maltrato, por no conocer los recursos legales, jurídicos y sociales de los que podrían disponer y en el caso de mujeres inmigrantes o con alguna discapacidad (como la sordera) por barreras de comunicación que dificultan poner en marcha las acciones pertinentes.
Los hombres porque no denuncian: Existen muchas razones: miedo a las burlas de sus amigos(por los clichés culturales),humillación y vergüenza. Temor a que le impidan ver a sus hijos o que los acusen falsamente.
¿ De qué servicios y recursos dispongo? Los recursos generales son:
- Servicios de información de Emergencias Sociales: Atención directa y telefónica. Colaboran con los servicios de ambulancia, policía municipal, comisarías, etc.
- Centros de estancias breves: El número de días de estancia varía según las comunidades autónomas. En estos centros podrás dormir y comer con tus hijos.
- Casas de acogida: Centros de acogida temporal de unos seis meses de posibilidad de estancia. Aquí contarás con atención social y psicológica si lo deseas.
- Pisos tutelados: Estos pisos están dirigidos a mujeres con cargas familiares no compartidas. Aquí también tendrás la posibilidad de disponer de atención social y psicológica para facilitar la inserción y normalización en los ámbitos personal, social y familiar.
Seguridad tras el divorcio: Si has conseguido quedarte en tu casa y dispones de una orden judicial deberás tomar una serie de medidas de protección para evitar que tu ex pareja pudiera intentar agredirte de nuevo. Lo primero de todo, ten apuntado el teléfono de la policía en un lugar accesible o pregrabado en la memoria del teléfono para poder llamar con rapidez en una situación de emergencia.
Como medidas de protección sería recomendable que cambiaras la cerradura y el número de teléfono (solicita a tu compañía telefónica que tu número de teléfono y dirección no se dé a nadie por motivos de seguridad). Intenta informar a las personas cercanas de tu situación para que se mantengan también a alerta e intenta pedir en el trabajo o un cambio de destino o un cambio de turno. Procura frecuentar lugares diferentes a los que eran habituales anteriormente para los dos.
Si decides cambiar de domicilio no le digas a nadie excepto a las personas de confianza donde se encuentra.
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