José María Pilón
Jesuita y Parapsicologo
LOS EXPEDIENTES SECRETOS, DE MANUEL CARBALLAL
- ¿Te has encontrado con casos en que los servicios secretos utilicen a personas con verdaderas capacidades psíquicas para investigar determinados sucesos?
- Contundentemente, sí. Hay dos tipos de utilización de los videntes en el mundo del espionaje y de la investigación policial; por un lado, el que se ha venido comentando, el de la desinformación y la manipulación de las creencias que pueda tener un político, un empresario, un delincuente o quien sea; por otro lado, hay otro tipo de informes en los que se relatan episodios o consultas realizadas a psíquicos aparentemente auténticos. Hay, por ejemplo, una serie de casos de secuestros de ETA y del GRAPO, muy difíciles de resolver, en los que CESID, como anteriormente el CSED, acudió a psíquicos tan conocidos en España como el Padre Pilón, un sacerdote jesuita que además es radiestesista. En los casos de Ibarra, del general Villaescusa o de Oriol, fue requerido por la Policía, la Guardia Civil y por el que sería el director general de CSED, general Casinello, a través de las familias de las víctimas, protagonizando episodios alucinantes en los que nos encontramos al Padre Pilón, vestido de paisano, por los montes de Euskadi con el péndulo en ristre, buscando a los secuestrados por ETA, mientras era seguido por una dotación de veinte a treinta policías y guardias civiles que no tenían pistas, que no sabían por dónde tirar y que acudieron a un psíquico, en este caso a un radiestesista, como última posibilidad para la investigación. Y esto es lógico, porque los funcionarios de CESID o de la policía son, ante todo, personas y como tales pueden creer, o no, en estas cosas
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