jueves, 6 de diciembre de 2007

DEJANDO AL EGO DE LADO


Cuentan que un hombre llegó a la conclusión de que vivía muy condicionado tanto por los halagos y aceptación de los demás, como por sus críticas o rechazo. Dispuesto a afrontar la situación, visitó a un sabio. Éste, oída la situación, le dijo:

- Vas a hacer, sin formular preguntas, exactamente lo que te ordene. Ahora mismo irás al cementerio y pasarás varias horas vertiendo halagos a los muertos; después vuelve.


El hombre obedeció y marchó al cementerio, donde llevó a cabo lo ordenado. Cuando regresó, el sabio le preguntó:


- ¿Qué te han contestado los muertos?


- Nada, señor; ¿cómo van a responder si están muertos?


- Pues ahora regresarás al cementerio de nuevo e insultarás gravemente a los muertos durante horas.


Cumplida la orden, volvió ante el sabio, que lo interrogó:


- ¿Qué te han contestado los muertos ahora?


- Tampoco han contestado en esta ocasión; ¿cómo podrían hacerlo?, ¡están muertos!


- Como esos muertos has de ser tú. Si no hay nadie que reciba los halagos o los insultos, ¿cómo podrían éstos afectarte?






FRAGMENTO LIBRO "Los 120 mejores cuentos de las tradiciones espirituales de oriente", pág. 132 AUTOR: Ramiro Calle y Sebastián Vázquez. Editorial Edaf













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