miércoles, 19 de diciembre de 2007

¿De qué está lleno mi vacío?


Cuando la clase empezó, silenciosamente cogió un frasco vacío y empezó a llenarlo de piedras de unos seis-siete centímetros de diámetro. Después de hacer esto, el profesor preguntó a la clase si el frasco estaba lleno. La clase en pleno contestó que sí.

Entonces el profesor cogió piedras más pequeñas y las metió también en el frasco. Después de meter unas cuantas, agitó el frasco ligeramente. Las piedrecitas, por supuesto, se colaron entre los espacios que las piedras más grandes habían dejado, llenando los espacios vacíos. Después de hacer esto, el profesor volvió a preguntar si el frasco estaba lleno, a lo que la clase volvió a responder que sí. Los estudiantes se rieron.

El profesor entonces cogió una caja de arena y lo echó en el frasco. Por supuesto, la arena ocupó el espacio que seguía estando vacío.

"Ahora", dijo el profesor, "quiero que vosotros veais en esto vuestra vida. Las rocas grandes son las cosas realmente importantes como la familia, la pareja, la salud, los hijos. Cosas que si todo lo demás se pierde y sólo esas se quedan, vuestra vida estaría todavía llena. Las chinas o piedras más pequeñas son las otras cosas que importan como el trabajo, la casa, el coche. La arena es todo lo demás. Las cosas sin importancia. Si ponéis la arena en el frasco lo primero de todo, entonces no tendréis espacio ni para chinas ni para piedras.

Lo mismo se puede aplicar a vuestra vida. Si malgastáis vuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendréis sitio para las cosas que realmente son importantes. Prestad atención a las cosas que son esenciales para vuestra felicidad. Jugad con vuestros hijos, tomaros tiempo para ir a haceros un chequeo médico, llevad a vuestra pareja a bailar. Siempre habrá tiempo para el trabajo, para limpiar la casa o arreglar un electrodomÉstico... Cuidad de las piedras grandes primero, que son las cosas que realmente importan. Poned claras vuestras prioridades. Lo demas es tan solo arena."

Los estudiantes aplaudieron el brillante discurso del profesor. Y entonces... Un estudiante inconformista cogió el frasco que los otros estudiantes y el profesor estaban de acuerdo en que estaba lleno y procedió a verter un vaso de agua en él. Por supuesto ésta rellenó los espacios que todavía quedaban vacíos, haciendo que el frasco estuviera ya completamente lleno.

Quería compartir un cuento para reflexionar con vosotr@s. No brilla por su calidad literaria pero el mensaje es cristalino.Tan sólo añadiría un par de cosas... (1) No sólo es importante no perder de vista lo que realmente es importante para nosotros, lo que de verdad deseamos, sino que se hace necesario, en ocasiones, recordarnos a cuáles de estos sueños y proyectos ya hemos dado cabida en nuestras vidas. (2) Os propongo que respondáis a la pregunta "¿De qué está lleno mi vacío?". Quizás la respuesta os sorprenda.

Publicado por Laia de Bolòs Gaudin

http://terapiasexualypareja.blogspot.com/2007/12/cuando-la-clase-empez-silenciosamente.html