martes, 27 de noviembre de 2007

Estúpido respeto hacia las formas


Un hombre fue invitado a comer a una mansión de unas personas muy ricas, y llegó al ágape ataviado con ropas modestas. Al instante, advirtió que los anfitriones eludían saludarlo y que los camareros evitaban servirlo. Como vivía cerca, corrió a su casa y se vistió con una túnica muy cara y lujosa. Así volvió al banquete donde nadie había reparado en su ausencia. A su regreso, los dueños de la casa lo recibieron cortésmente y los criados mostraron ante él grandes ademanes de respeto.


Llegado el momento de la cena, aquel hombre se quitó la túnica y la arrojó en medio de los manjares.


¿Porqué haces esto? - le preguntaron extrañados los anfitriones


Ha sido mi túnica y no yo quien ha recibido vuestros respeto y atenciones. Que sea ella la que se quede a comer.


Dicho lo cual, aquel hombre abandonó aquella casa.





Fuente: "Los 120 mejores cuentos de oriente", Ramiro Calle







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sábado, 24 de noviembre de 2007

ENSEÑALE A LOS NIÑOS


Enséñale a los niños a creer en los ideales y que aquellas cosas que no se ven también son realidades.


Diles que el amor no se ve, pero se puede sentir, que la música tiene una explicación pero que las melodías salen del corazón.


Enséñales a tener esperanzas, pues todos los días sale el sol. Y no les digas que sale porque existe una ley de gravedad o que el sistema solar se mantiene por una perfecta estabilidad de las fuerzas centrifugas y centrípetas. Enséñales que el sol sale porque Dios trae la luz por esa estrella resplandeciente.Enséñales el respeto por las cosas simples y por la naturaleza.


Enséñales a rezar, a cerrar los ojitos y que se imaginen a su ángel guardián que los protege y los guía.


Enséñales todos los días a trabajar en un pequeño proyecto, diferente siempre.


Estimula su creatividad con sus juguetes y con otros juguetes que ellos mismos puedan crear.


Enséñales a sonreír y siempre acarícialos, sean quienes sean esos niños, porque no sabes en que pueden convertirse mañana, tal vez sean ellos quienes te den su mano amiga o te nieguen el saludo cuando menos lo esperes. Tal vez sean tu médico, tu amigo, tu asaltante, o tu juez.Enséñales que la vida es aprender a ser feliz y que la vida nos dará muchas alegrías, pero nosotros debemos darle también un sabor a la vida.


Enséñales que debemos darle un poco de alegría a todas las cosas y que todo lo que llegue a nuestras manos o a nuestra vida, siempre debemos dejarlo mejor de lo que estaba cuando lo encontramos.


Enséñales que todo aquello que tome contacto con nosotros debe siempre mejorar.


Enséñales el valor del respeto, de la fe, de la confianza, enséñales a ser inteligentes y que no desprecien sus sentimientos, enséñales a amar y que en todo momento sepan que tienen el derecho de vivir y ser cada uno lo que en su vida quiera ser. Enséñales que cuando sean adultos deben querer y respetar a los futuros niños.

Liliana Serantes




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PELEA




Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida. Él les dijo:


“¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!… ¡es entre dos lobos!


“Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, egolatría, competencia, superioridad.


“El otro es Bondad, Alegría, Paz, Amor, Esperanza, Serenidad, Humildad, Dulzura, Generosidad, Benevolencia, Amistad, Empatía, Verdad, Compasión y Fe.


Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra”.


Lo pensaron por un minuto y uno de los niños le preguntó a su abuelo:


“¿Y cuál de los lobos crees que ganará?” El viejo cacique respondió, simplemente… “El que alimentes.”



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EL PATITO Y LA GATITA


-¿Cómo es que usted se inició en la vida espiritual? –preguntó uno de los discípulos al maestro Sufi Shams Tabrizi.

-Mi madre decía que yo no estaba lo suficientemente loco como para internarme en un hospicio, ni era lo suficientemente santo para entrar en un monasterio –respondió Tabrizi.

–Entonces decidí dedicarme al sufismo, donde aprendemos a través de la meditación libre.

-¿Y cómo le explicó eso a su madre?

-Con la siguiente fábula:

Alguien le acercó un patito a una gata para que la gata lo tomara a su cargo. El patito seguía a su madre adoptiva por todas partes, hasta que un día, ambos llegaron frente a un lago.

Inmediatamente el patito entró en el agua, mientras que la gata, desde la orilla, gritaba: “¡Sal de ahí!

¡Te vas a morir ahogado!”

Y el patito respondió: “No, madre, descubrí lo que es bueno para mí, y esto es que estoy en mi ambiente. Voy a continuar aquí, aunque tú no sepas lo que significa un lago.”

Paulo Coelho.




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LA TRISTEZA Y LA FURIA



En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...

Había una vez... un estanque maravilloso.Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y mas rápidamente aun, salió del agua...

Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.


Jorge Bucay





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Tú eres tú y yo soy yo



Yo hago lo mío y tu haces lo tuyo.



No estoy en este mundo para satisfacer tus expectativas.


Y tu no estás en este mundo para satisfacer las mías.


Tu eres tú y yo soy yo. Si por alguna casualidad nos encontramos es hermoso.Si no no hay nada que hacer.


Fritz Perls













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De la utilidad de los enemigos


El hecho de tener amigos es considerado como uno de los mayores bienes de la existencia y, verdaderamente, nada es tan precioso como la amistad.

La dificultad está sin embargo, en que no siempre se buscan verdaderos amigos sino aliados, a fin de ser uno aceptado y apoyado incluso en sus malos aspectos. ¿Conocéis a muchas personas que acepten que sus amigos sean totalmente sinceros con ellas y no aprueben, en modo alguno todo lo que dicen o hacen? A la menor crítica se sienten traicionadas y se enojan.

Todo el mundo sabe que si se quiere ganar los favores de alguien, hay que aprobarle, hacerle cumplidos, adularle. Es por ello que o bien porque rechazan oír la verdad, o bien porque no tienen ningún interés en decirla, vemos a un montón de gente que pasa su tiempo engañando y engañándose.¡Y todos se imaginan que así serán felices! Pues bien, no, porque esas cosas no son más que manifestaciones de la naturaleza inferior que sólo puede traerles complicaciones y decepciones.

Quien quiere evolucionar verdaderamente no engaña a los demás y, sobre todo, acepta las observaciones y las críticas. E incluso, si es realmente sabio comprenderá que es útil el hecho de tener enemigos ¿Por qué? Para poder progresar. Me diréis: “Pero enemigos ya se tienen, a veces incluso demasiados” Sí, se tienen, pero no se saca de ellos ningún provecho, porque no se ha comprendido aún como considerarlos.

Si comprendéis bien las cosas, veréis que ellos son vuestros verdaderos amigos. Porque son despiadados; no os perdonaran nada; os indicarán todo lo que no va bien. Me diréis: ¡Pero a menudo exageran! Sí, es verdad, pero esto no cambia la cuestión os sirven de microscopio y a veces son muy útiles los microscopios; ¡los científicos se sirven de ellos todos los días! Permiten ver detalles que, sin ellos, pasarían desapercibidos.

Por tanto, si queréis verdaderamente vuestro progreso, debéis aceptar que, para ello, vuestros enemigos son a menudo más útiles que vuestros amigos. Son ellos quien os obligan a trabajar, a corregiros, a encontrar soluciones a los problemas que os ponen y así, gracias a ellos, os hacéis más fuertes, más inteligentes.

Hay que comprender bien la función de los enemigos. Si no se la comprende, se detestan, se sufre, se busca venganza, desembarazarse de ellos y entonces, ¡cuántas energías y tiempo perdido! Y sin embargo, incluso entre las personas más inteligentes se constata que muy pocos pueden aceptar a los enemigos; la gran mayoría nadan en la debilidad.

No se dan cuenta, de que, con sus amigos y todos sus cumplidos, se vuelven cada vez más débiles y vulnerables. Pues bien, os diré que, si he aprendido algo importante en la vida, es apreciar a mis enemigos. Sí, me han prestado grandes servicios. ¡Ah, los enemigos son algo importante! Desgraciadamente, nunca se les aprecia en su justo valor.Se erigen estatuas a aquellos que se consideran benefactores. Porque han salvado la patria o han descubierto vacunas, porque han sido grandes poetas, grandes filósofos, etc., se les pone en un pedestal. Y con razón, sin duda alguna; no digo que se les haya que deshonrar.

No obstante, creo que a nuestros enemigos deberíamos erigirles las más bellas estatuas ya que ellos son nuestros verdaderos benefactores: gracias a ellos podemos ser más precavidos, más inteligentes, más pacientes.

¿Os parece que esto no es serio? Bien, da lo mismo lo que os parezca. Pero intentad por lo menos reflexionar un poco sobre lo que os digo: no huyáis de vuestros enemigos, no los detestéis, antes bien preguntaros como se puede utilizar. Se realizará entonces todo un trabajo en vosotros.Con un gran ideal y el deseo sincero de progresar recibiréis el saber y la fuerza para utilizar todos los obstáculos que vuestros enemigos ponen en vuestro camino como escalones que os permitirán subir a los más alto.



“Las semillas de la felicidad” Pag. 175-178, editorial prosveta Omraam Mikhaël Aïvanhov

TIRA TU VAQUITA Y LIBERATE


Un maestro samurai paseaba con su discípulo, cuando vió a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.


Se aproximó al padre de familia y le preguntó:"En este lugar donde no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen para sobrevivir?


El señor respondió: "amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que da varios litros de leche todos los días. Así que la vendemos o lo cambiamos por otros géneros para nuestro consumo"


El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, se despidió y se fue. A mitad de camino, se volvió hacia su discípulo y le ordenó: "Busca la vaquita, llévala al precipicio que hay allá enfrente y empújala por el barranco.


"El joven, espantado, miró al maestro y le respondió que la vaquita era el único medio de subsistencia de aquella familia. El discípulo cabizbajo fue a cumplir la orden y empujó la vaquita por el precipicio.Un día, el joven agobiado por la culpa decidió regresar a aquel lugar. Quería confesar a la familia lo que había sucedido, pedirles perdón y ayudarlos. A medida que se aproximaba al lugar, veía una bonita casa con un coche en la puerta y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir.


El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años. El señor le respondió que seguían viviendo allí. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida? El señor le respondió: Teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió.


De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que puedes ver ahora.Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona cosas básicas para sobrevivir, pero que nos hace dependientes de la rutina.


Todo nuestro mundo se reduce a lo que la vaquita nos proporciona.Descubre cuál es tu vaquita y empújala por el precipicio. Tú te lo agradecerás, y tu Coach te acompañará a tirar la vaca y a desarrollar el potencial que llevas dentro.




Fuente: Concha Coach

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ASI ES LA VIDA


Un agricultor pacífico y tranquilo que vivía con su hijo vio un dia que su único caballo se había escapado del establo. Los vecinos no dudaron en acercarse a su casa y condolerse por su mala suerte.


¡Pobre amigo, qué mala fortuna. Has perdido tu herramienta de trabajo. ¿Quién te ayudará ahora con las tareas del campo? Tú solo no podrás, y te espera el hambre y la ruina.


Pero el hombre únicamente contestó:


Así es la vida.


Pero dos dias despues su caballo regresó acompañado de otro joven y magnífico ejemplar. Los vecinos esta vez se apresuraron a felicitarlo.


¡Qué buena suerte, ahora tienes dos caballos. Has doblado tu fortuna sin hacer nada! El hombre sólo musitó.


Así es la vida.


Pero a los pocos dias, el padre y su hijo salieron juntos a cabalgar. En un tramo del camino, el joven caballo se asustó y tiró de la montura al muchacho, que se partió una pierna en la caida. Nuevamente los vecinos se acercaron a su casa.


Sí que es mala suerte; si no hubiese venido ese maldito caballo, tu hijo estaría sano como antes, y no con esa pierna rota que Dios sabe si sanará.


El agricultor volvió a repetir:


Así es la vida.


Pero ocurrió que en aquel reino se declaró la guerra y los militares se acercaron a aquella perdida aldea a reclutar a todos los jovenes en edad de prestar servicios de armas. Todos marcharon al frente menos el hijo del agricultor, en esta ocasión con lágrimas en los ojos.


¡Qué desgracia la nuestra, no sabemos si volveremos a ver a nuestros hijos; tú en cambio tienes en casa al tuyo con una pequeña dolencia!


El hombre, una vez más, dijo:


Así es la vida.




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jueves, 1 de noviembre de 2007

Emperador y Mendigo


Un emperador estaba por salir de su palacio para dar un paseo matutino, cuando, a las puertas del mismo, se encuentra con un mendigo.


Suponiendo el pedido de una limosna, le preguntó:


- ¿Qué quieres?


El mendigo lo miró y le dijo:


- Me preguntas de una manera... como si tu pudieras satisfacer mi deseo.


El emperador le respondió:


- Por supuesto que puedo satisfacer tu deseo... ¿Cuál es?


Y el mendigo le dijo:


- Piensa dos veces antes de prometer.


El emperador, comenzando a molestarse, insistió:


- Te daré cualquier cosa que pidas. Soy una persona muy poderosa, y extremadamente rica... ¿qué puedes tú desear que yo no pueda darte?


El mendigo le dijo:


- Es un deseo muy simple... ¿ves esta bolsa que llevo conmigo?... ¿puedes llenarla con algo valioso?


- Por supuesto - dijo el emperador. Y Llamó a uno de sus servidores y le dijo:


- Llena de dinero la bolsa de este hombre. El servidor lo hizo... y el dinero, apenas ingresado a la bolsa, desapareció. Echó más y más, y el mismo desaparecía al instante. La bolsa del mendigo, por lo tanto, siempre estaba vacía. El rumor de esta escena corrió rápidamente por toda la ciudad y entonces una gran multitud se reunió en el lugar, poniendo en juego el prestigio del emperador. Entonces el emperador le dijo a sus servidores:


- Estoy dispuesto a perder mi reino entero, pero este mendigo no se va a salir con la suya, ya que me dejará en ridículo frente al pueblo. Diamantes, perlas, esmeraldas... uno a uno los tesoros del emperador iban ingresando en la bolsa, la cual no parecía tener fondo. Todo lo que se colocaba en ella desaparecía inmediatamente.


Era el atardecer y habiendo quedado el emperador ya sin ninguna cosa que colocar en la bolsa del mendigo (habiendo llegado incluso a desprenderse de joyas que habían pertenecido a su familia por siglos), se tiró a los pies del mendigo y, admitiendo su derrota, le dijo:


- Has ganado tú, pero antes que te vayas, satisface mi curiosidad: ¿cuál es el secreto de tu bolsa? El mendigo le dijo: - ¿El secreto?... está simplemente hecha de deseos humanos.

Anónimo




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FABRICA DE SUEÑOS




Ana Aguilera

QUIERO



Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy, hoy podés contar conmigo. Sin condiciones.


Bucay




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EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO


-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe, bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro sin mirarlo le dijo:

-Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...

– y haciendo una larga pausa agregó- si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-Encantado, maestro –titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien – asintió el maestro. Se quitó el anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó – toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete antes y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y solo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que pasaba por el mercado – más de cien personas – y abatido por su fracaso, montó su caballo y regreso. Cuanto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación. - Maestro – dijo

– lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

- Qué importante lo que dijiste, joven amigo – contestó sonriente el maestro – debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego dijo: - Dile al maestro muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más de 58 monedas de oro por su anillo. - ¡¿¿58 monedas??! – exclamó el joven. -sí – replicó el joyero – yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente... El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido. - Siéntate – dijo el maestro después de escucharlo - .

Tú eres como este anillo: una joya valiosa y única. Y como tal, solo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

Jorge Bucay




Cuento extraído del libro "Déjame que te cuente", de Jorge Bucay








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CARTA DE UN SOCIALISTA SOBRE LA RELIGIÓN

Jean Jaurés

El socialista Jean Jaurés nació en Castres, Francia. Fue diputado por el Partido Obrero Francés en 1889, manteniéndose como parlamentario hasta 1898. Posteriormente fue elegido también en las elecciones de 1902, 1906, 1910 y 1914. Murió en 1914.En 1904 fundó el periódico L’Humanité. En 1905 consigue unir bajo su liderazgo a los socialistas franceses, formando la Sección Francesa de la Internacional Obrera.

Fue precisamente el diario L’Humanité el que publicó esta carta dirigida a su hijo que me han enviado y que reproduzco.

“Querido hijo, me pides un justificante que te exima de cursar religión, un poco por tener la gloria de proceder de distinta manera que la mayor parte de los condiscípulos, y temo que también un poco para parecer digno hijo de un hombre que no tiene convicciones religiosas. Este justificante, querido hijo, no te lo envío ni te lo enviaré jamás.No es porque desee que seas clerical, a pesar de que no hay en esto ningún peligro, ni lo hay tampoco en que proceses las creencias que te expondrá el profesor. Cuando tengas la edad suficiente para juzgar, serás completamente libre; pero, tengo empeño decidido en que tu instrucción y tu educación sean completas, no lo serían sin un estudio serio de la religión.

Te parecerá extraño este lenguaje después de haber oído tan bellas declaraciones sobre esta cuestión; son hijo mío, declaraciones buenas para arrastrar a algunos, pero que están en pugna con el más elemental buen sentido.¿Cómo sería completa tu instrucción sin un conocimiento suficiente de las cuestiones religiosas sobre las cuales todo el mundo discute? ¿Quisieras tú, por ignorancia voluntaria, no poder decir una palabra sobre estos asuntos sin exponerte a soltar un disparate?Dejemos a un lado la política y las discusiones, y veamos lo que se refiere a los conocimientos indispensables que debe tener un hombre de cierta posición.

Estudias mitologías para comprender historia y la civilización de los griegos, de los romanos, y ¿qué comprenderías de la historia de Europa y del mundo entero después de Jesuscristo, sin conocer la religión, que cambió la faz de del mundo y produjo una nueva civilización?En el arte, ¿qué serán para ti las obras maestras de la Edad Media y de los tiempos modernos, si no conoces el motivo que las ha inspirado y las ideas religiosas que contienen? En las letras, ¿puedes dejar de conocer no sólo a Bossuer, Fenelón, Lacordaire, De Maistre, Veuilot y tantos otros que se ocuparon exclusivamente en cuestiones religiosas, sino también a Corneille, Racine, Hugo, en una palabra a todos estos grandes maestros que debieron al cristianismo sus más bellas inspiraciones?Si se trata de derecho, de filosofía o de moral, ¿puedes ignorar la expresión más clara del Derecho Natural, la filosofía más extendida, la moral más sabia y más universal? –éste es el pensamiento de Juan Jacobo Rousseau-.Hasta en las ciencias naturales y matemáticas encontrarás la religión: Pascal y Newton eran cristianos fervientes; Ampere era piadoso; Pasteur probaba la existencia de Dios y decía haber recobrado por la ciencia la fe la fe de un bretón; Flammarion se entrega a fantasías teológicas.¿Querrás tu condenarte a saltar páginas en todas tus lecturas y en todos tus estudios?

Hay que confesarlo: la religión está íntimamente unida unida a todas las manifestaciones de la inteligente humana; es la base de la civilización y es ponerse fuera del mundo intelectual y condenarse a una manifesta inferioridad el no querer conocer una ciencia que han estudiado y que poseen en nuestros días tantas inteligencias preclaras.Ya que hablo de educación: ¿para ser un joven bien educado es preciso conocer y practicar las leyes de la Iglesia?

Sólo te diré lo siguiente: nada hay que reprochar a los que las practican fielmente, y con mucha frecuencia hay que llorar por los que no las toman en cuenta. No fijándome sino en la cortesía, en el simple “savoir vivre”, hay que convenir en la necesidad de conocer las las convicciones y los sentimientos de las personas religiosas. Si no estamos obligados a imitarles, debemos, por lo menos, comprender, para poder guardarles el respeto, las consideraciones y la tolerancia que les son debidas. Nadie será jamás delicado, fino, ni siquiera presentable sin nociones religiosas.

Querido hijo: convéncete de lo que te digo: muchos tienen interés en que los demás desconozcan la religión; pero todo el mundo desea conocerla. En cuanto a la libertad de conciencia y otras análogas, eso es vana palabrería que rechazan de consumo los hechos y el sentido común. Muchos anticatólicos conocen por lo menos medianamente la religión; otros han recibido educación religiosa; su conducta prueba que han conservado toda su libertad.Además, no es preciso ser un genio para comprender que sólo son verdaderamente libres de no ser cristianos los que tienen facultad para serlo, pues, de lo contrario, la ignorancia le obliga a la irreligión.

La cosa es muy clara: la libertad, exige la facultad de poder obrar en sentido contrario. Te sorprenderá esta carta, pero precisa, hijo mío, que un padre diga siempre la verdad a su hijo. Ningún compromiso podría excusarme de esa obligación.