Bueno y porqué poner limites a una proximidad / intimidad entre vecinos, compañeros/as de trabajo, etc...
Los extremos se tocan, y las apariencias engañan.
Los extremos se tocan porque del amor al odio no hay nada y las apariencias engañan porque las personas parecen estables pero no lo son.
Cuando se da una relación muy cercana entre personas, una amistad intima, las expectativas mutuas se agrandan y eso provoca decepción, frustración, susceptibilidad fácilmente.
Si eso se da en cualquier entorno, no causa problemas porque con alejarse si la situación se complica es suficiente.
Si la intimidad se produce entre vecinos, en el trabajo, etc... la actividad laboral, el día a dia del vecindario, etc... puede pasar de buena a hostil en un instante por una palabra que siente mal o un cambio de planes ejerciendo la propia libertad que moleste al otro/a.
Por tanto, poner límites en relaciones humanas obligadas son necesarios ya que en general somos muy suspicaces, variables y rencorosos con quien más aprecio tenemos al menor contratiempo o mínima agresión.
Por tanto,
Los extremos se tocan, y las apariencias engañan.
Los extremos se tocan porque del amor al odio no hay nada y las apariencias engañan porque las personas parecen estables pero no lo son.
Cuando se da una relación muy cercana entre personas, una amistad intima, las expectativas mutuas se agrandan y eso provoca decepción, frustración, susceptibilidad fácilmente.
Si eso se da en cualquier entorno, no causa problemas porque con alejarse si la situación se complica es suficiente.
Si la intimidad se produce entre vecinos, en el trabajo, etc... la actividad laboral, el día a dia del vecindario, etc... puede pasar de buena a hostil en un instante por una palabra que siente mal o un cambio de planes ejerciendo la propia libertad que moleste al otro/a.
Por tanto, poner límites en relaciones humanas obligadas son necesarios ya que en general somos muy suspicaces, variables y rencorosos con quien más aprecio tenemos al menor contratiempo o mínima agresión.
Por tanto,
Si quieres tener buenos vecinos, pon grandes murallas.
Juan Carlos Medina
Psicólogo
Psicólogo
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