Descripción: Entrevista en la ya cerrada CNN+ de Antonio San José con Elsa Punset, con motivo de su libro Brújula para navegantes.
“Es de lo que estamos hechos, de emociones” Virginia Woolf
-"Brújula para navegantes emocionales" es un manual para mejorar nuestro bienestar y nuestras relaciones con los demás.
-Para ser dueños y no cautivos de nuestras emociones, como hubiese dicho Shakespeare.
-Y aborda asuntos como el establecimiento de los vínculos afectivos en la infancia, las herramientas para la resolución de conflictos, y a mí me parece muy interesante el ayudar a comprender las emociones de los demás, el aprendizaje del amor, el significado del dolor, el significado del miedo.
-Sí.
-Estas cosas que parecen normales que no les prestemos atención pero que a todos nos abruman en algún momento de nuestra vida.
-Claro, es que vivimos con ello minuto a minuto. Es que las emociones son algo, es de lo que estamos hechos, de emociones.
Y distinguimos entre emociones positivas y negativas, aunque realmente es una mala distinción, la distinción tendría que ser entre emociones útiles y perjudiciales. Porque algunas emociones nos ayudan a transformarnos y parte de la vida es la transformación. No hay que estancarse.
Y a veces las emociones llamadas negativas, la ira, la tristeza, el miedo sobre todo, hacen que las personas se estanquen en determinados patrones y para eso es muy importante comprender cómo funcionamos emocionalmente. Que nuestro cerebro se conforma en los primeros años de nuestra vida con unos determinados patrones emocionales y eso simplemente significa que tendemos a reaccionar de determinadas maneras ante determinados estímulos y tenemos un cerebro con el que estamos constantemente jugando una partida de pócker.
Curiosamente, pero eso es un cerebro que nos engaña, nos engaña porque él quiere que logremos sobrevivir en un mundo que percibe como muy agresivo y entonces nos está diciendo constantemente que hay peligros por todas las partes. Y nos fijamos tanto en esos peligros. Y los inventamos tanto a menudo que tenemos esta capacidad prodigiosa que no tienen los demás animales de inventar peligros (tanto de cosas buenas, también), y entonces a menudo los seres humanos se estancan en estos miedos, en estas iras mal expresadas, en vez de realmente dedicarse a fomentar sus emociones positivas y a vivir.
-En un mundo donde todo se mide, los afectos, también se miden los juicios morales, por ejemplo, lo hace la Universidad de Harvard, a través de eso que llamamos la encuesta del "juicio moral".
-Sí.
-Y yo me pregunto cómo deciden los humanos y cómo se puede saber qué es bueno y qué es malo.
-Hay varias teorías, este test en particular que mencionas de la Universidad de Harvard es de un biólogo llamado Marc Hauser, que es digamos uno de los grandes especialistas en moralidad. El ha escrito un libro que se llama "mentes morales" para saber si naturalmente somos morales o no. Su impresión es que sí y la impresión en general de los expertos es que los humanos son naturalmente empáticos y tienden a la justicia social siempre y cuando el entorno y el cerebro no les esté diciendo "cuidado, esto es peligroso". Es decir, el humano cuando siente que está en un entorno justo, democrático, transparente, lo que nos dicen los expertos es que tendemos a reaccionar de forma justa, democrática y transparente.
Ahora bien, si pensamos que tenemos delante una banda de ladrones o de tramposos, entonces hacemos trampas y tratamos mal a los demás.
Por eso, el entorno es tan importante en nuestras tasas de felicidad.
-Las emociones hemos de aprender a conocerlas. Nos puedes decir entonces que no basta con amar, ¿por qué no basta con amar?
-Porque las emociones aunque son algo natural, son algo que tenemos que aprender a conocer, es decir, esa masa informe de emociones tenemos que aprender a comprenderla y a hacer de ella nuestra aliada.
-Tampoco basta con escuchar.
-No, hay que escuchar atentamente, porque a veces escuchamos y oímos más que escuchamos. Hay que aprender a escuchar de verdad.
-Y tampoco basta con llorar...
-No, porque hay que superar el dolor.
-Hay que llorar y luego hay que superar el dolor.
-Sólo así se supera.
-No hay que estancarse en esas emociones negativas.
-Y no hay receta mágica tampoco.
-No, no hay receta mágica pero no es tan difícil como las personas piensan. Yo creo que la receta mágica está en perder el miedo a sufrir. Perder el miedo a cambiar. Y ver la vida en vez de como una línea recta del nacimiento a la muerte, verla como un paisaje que tendrá sus momentos álgidos y tendrá esos desiertos en que nos queremos estar pero que sin embargo nos ayudan a seguir el camino.
-Eso de no basta con llorar y hay que aprender a superar el dolor, es tanto como decir: el duelo.
-Claro porque todas estas emociones tan duras intentamos distraernos de ellas. Y es imposible. La vida está llena de emociones buenas y malas.
Las emociones son casi nuestra piedra de toque, repercuten directamente en nuestro comportamiento. Somos mente, cuerpo y emociones. Lo que no podemos hacer es a las emociones ignorarlas porque luego pasan al inconsciente y entonces nos controlan ellas como marionetas.
Es un espejismo creer que la infancia y la juventud nos iguala, en una sociedad donde la juventud es muy importante y además la juventud tiene esta sensación de poder comerse el mundo y a menudo no nos explican cuando somos jóvenes que esto se termina y se termina muy deprisa y luego te encuentras con la vida que has elegido tal vez a una edad muy temprana.
Los conocimientos académicos no sirven para vivir la vida, la procedencia social y académica no sirven a las personas para sentirse bien consigo mismo que es lo más importante. Serán muy inteligentes pero no tienen inteligencia emocional, no sabían comportarse.
El miedo a las emociones negativas, no nos enseñan la introspección, nos enseñan distrayéndonos, a distraernos de ellas, pero no a ir a cada paso de cada emoción vital, conociéndonos.
En nombre de un ideal o una ilusión eso ya es muy personal podemos ir. Yo creo que todos no hemos venido aquí para lo mismo, cada uno tiene que seguir su camino.
En el caso de los griegos intentaron contestarnos y nos dijeron: lo más importante es "conócete a ti mismo". Yo creo que nos equivocaron, no terminaron de decirnos cómo, pero ya digamos que a medida que fuimos avanzando en la historia de la filosofía nos decían menos y menos lo que teníamos que hacer, lo más que escuchábamos era "renuncia a tus deseos" y yo creo que desde luego en ningún caso hay que renunciar a los deseos y a las emociones.
Las emociones son una especie de masa negra, por eso nada de reprimirse. Las emociones son la vida. Sin emociones no hay nada.
domingo, 01 de junio de 2008, 15:05:00
ELSA PUNSET ESTUDIÓ FILOSOFÍA Y LETRAS. ES AUTORA DEL LIBRO " BRUJULA PARA NAVEGANTES EMOCIONALES".
Cuando nacemos nos dicen que no somos creativos, que la creatividad es un don de unos pocos, y a mí me dijeron que todos somos creativos, que había que encontrar una forma de expresarse.
"La sensación que yo tuve es que se podía hablar de las emociones de una forma más práctica como con la piel. Yo soy una persona muy emocional y a lo largo de mi vida me daba cuenta de que me habitaban todas estas emociones, pero que con todo lo que me habían enseñado, no me habían enseñado tal vez una de las cosas más importantes, es a reconocer estas emociones, a ponerles nombre y a convivir con ellas. Y claro el problema con eso es que si tú no te conoces bien a ti mismo y no conoces bien tus emociones, no controlas bien tu comportamiento. Esto es algo que muchas personas no se dan cuenta. Entonces no comprenden en qué emoción estamos navegando en un determinado momento del día o en una determinada etapa de la vida, es una pena porque realmente entonces nos dejamos llevar ciegamente por una corriente. Por eso tengo que lograr realmente transmitir lo que es una emoción y cómo podemos lograr a través de esta emoción una mejor vida.
Todos tenemos una brújula, y es una brújula interior, cada uno tiene la suya. No pensamos, sino sentimos, estamos hechos de emociones. Al ignorarlas ellas nos controlan, y no hace falta rebelarse, hace falta conocerlas y entonces las podemos guíar. Muchas personas se sienten perdidas, expresando esta falta de rumbo, es la necesidad de encontrar una brújula."
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