viernes, 27 de mayo de 2011

Amar es...

El amor no conoce de comienzos ni de finales, aparece cuando menos lo esperas. Es un sentimiento que no entiende de razones porque no pasa por la mente; no se analiza, sólo se siente; tampoco conoce el egoísmo porque se entrega a través de lo que siente. Amar a alguien más es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel de que nada necesitas; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero.

Amar a alguien es poder disfrutar cualquier experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta; es vivir cada instante como si fuera el último que puedes compartir, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuera la primera vez que le tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa. Amar es atreverte a mostrarte indefenso y sin poses, revelando tu verdad honesta y transparente; es descubrir frente a la otra persona tus propios sentimientos y tus áreas vulnerables; permitirle que conozca quien verdaderamente eres sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerle de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tú mismo sin pedir reconocimiento alguno, y de esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; amar es ser veraz, sin miedo ni vergüenza.

Amar a alguien es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirla y valorarla como una muestra de la humanidad entera; es reconocer a través de ella el milagro indescriptible de la naturaleza humana con toda su grandeza y sus limitaciones; amar es apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad como sus lados oscuros y sombríos; amar a alguien es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.

Amar es también atreverte a establecer tus propios límites y mantenerte firme; es respetarte a ti mismo y no permitir que la otra persona viole aquello que consideras tus derechos; es tener tanta confianza en ti mismo y en la otra persona, que sin temor a que la relación se perjudique te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirla o lastimarla. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verla con aprecio, sin idealizarla; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegara un día en el que, evidentemente los caminos se separaran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos."


("LIBRO DEL BIOQUANTUM" de Martín Peña)



Fuente: Suzanne Powell









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