miércoles, 16 de junio de 2010

Alfred Kinsey, El cientifico del Sexo


Kinsey recopiló en su obra El comportamiento sexual en el hombre publicada en 1948, miles de entrevistas personales que, aunque adolecen de algunos problemas legales, metodológicos y técnicos importantes, sus resultados han coincidido en gran medida con los posteriores estudios sobre la conducta sexual masculina realizados en otros países y en otros momentos diferentes.

Sobre la base de más de 5.300 entrevistas personales con hombres de raza blanca, Kinsey llegó a una serie de conclusiones acerca de la homosexualidad:

El 37% de los hombres entrevistados experimentaron alguna vez un orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.
El 13% de los varones sintieron deseos homosexuales, sin que se produjera por ello contacto físico alguno.
El 25% de ellos tuvieron experiencias homosexuales no incidentales entre las edades de 16 a 55 años.
El 18% mantuvieron igual número de relaciones heterosexuales que homosexuales durante un período mínimo de 3 años, entre las edades de 16 a 55 años.
El 10% tuvo una conducta estrictamente homosexual durante un período de 3 años como mínimo y entre las edades ya reseñadas.
Sólo un 4% manifestaba una conducta estrictamente homosexual durante toda su vida y ya manifiesta durante la adolescencia.
La homosexualidad existía a todos los niveles sociales y ocupacionales.

De su trabajo de 1953 sobre el Comportamiento sexual en la mujer, Kinsey realizó 5.490 entrevistas a mujeres de raza blanca de las cuales el autor deduce que:

Un 13% de mujeres habían experimentado algún orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.

Sólo un 3% de las mujeres habían sido predominantemente homosexuales durante un período de 3 años como mínimo.

Las mujeres, en contraste con los hombres, no solían ser promiscuas y tenían sus relaciones homosexuales sólo con 1 ó 2 compañeras en el 71% de los casos.

Estos resultados, llevaron a Kinsey a confeccionar la Escala de Kinsey sobre la heterosexualidad-homosexualidad, donde el grado 0 manifestaba una heterosexualidad completa sin ambajes y el 6 una homosexualidad exclusiva y dominante. Kinsey afirma que la mayoría de las personas se encontraban dentro del número 1 o 2 en su escala.

Las conclusiones que extrajo Kinsey difería radicalmente de la apreciación de la homosexualidad como fenómeno minoritario: la mitad de los varones de la muestra estudiada habían tenido, según el autor, al menos una experiencia homosexual (a nivel físico o de fantasía), aunque era muy frecuente que hubieran tenido más de una, o incluso una vida homosexual exclusiva (4%). Por tanto, este tipo de sexualidad no era excepcional, lo que venía a indicar que la homosexualidad en sí no era un índice de patología mental, como sostendrían posteriormente Churchill en 1967, Silverstein en 1972 o Martin y Lyon también el mismo año, quienes argumentan en sus estudios que la mayoría de homosexuales masculinos y femeninos se identifican con su propio sexo, al contrario de lo que a menudo se considera en cuanto al afeminamiento del varón o la masculinización de la mujer.

El estudio de Kinsey recibió numerosas críticas en lo que a su metodología y resultados.


VIDEO I



VIDEO II




VIDEO III













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