El aceptar algo o alguien equivale a pedirlo ya que el otro/a se va a sentir con derechos como si el acuerdo fuera mutuo o igual entre ambos.
La
paradoja consiste en ver como alguien te exije cosas cuando no has
pedido sino que has permitido.
Por
tanto, conviene ser sincero con uno mismo y coherente con lo que se
piensa / siente y así evitarnos sorpresas desagradables.
Juan Carlos Medina
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