Son prácticas que aunque no son verdadera motivación, sino motivadores aparentes, favorecen a ésta. Son conductas que puedes aplicar desde el día uno en tu trabajo. No necesitan el tiempo que la verdadera motivación requiere (pues recuerda que hay que descubrir qué es lo que realmente quiere la otra persona y ello lleva tiempo).
A continuación comparto contigo las mejores prácticas que puedes aplicar para motivarte o motivar a los demás para trabajar dando el máximo. Como de costumbre, resultados científicamente probados
Delega responsabilidades
Si delegas responsabilidades en alguien éste verá que confías en sus capacidades para conseguir el objetivo. Las responsabilidades delegadas motivan al trabajador a dar lo mejor de sí mismo para no defraudar a quien puso su confianza en él.
Da libertad
Similar que antes. Si das libertad a tu trabajador quiere decir que confías en su buen criterio. Éste no querrá defraudar tu confianza.
Haz ver los resultados obtenidos
Cuando fruto de un trabajo bien hecho se obtengan buenos resultados para la empresa hay que decírselo al trabajador. Saber que el trabajo bien hecho es valorado le motivará para seguir trabajando a su máximo nivel.
Celebra con él o ella las pequeñas victorias
La celebración es la recompensa del guerrero. No todo es lucha sino también placer. Las pequeñas victorias que se consiguen por el camino se han de celebrar. Libera tensiones y demuestran cuanto se aprecia el trabajo bien hecho.
Reconoce el trabajo bien hecho
Cuando haga algo bien hecho ve directo a él o ella, mírale a los ojos con una sonrisa, estréchale la mano y dile: “Felicidades, has hecho un trabajo fantástico. Sigue así”. Le subirás la autoestima y la moral. Además, verá recompensado su esfuerzo y le motivarás a seguir en esa línea de trabajo.
Haz divertido o entretenido el trabajo
Si el trabajo es aburrido difícilmente conseguirás motivar a nadie. Debes preguntar o percibir si a la persona encargada de hacer el trabajo le gusta hacerlo. Si no, trata de encargárselo a alguien que sí le guste hacerlo. “¿Por qué? Yo pago para que trabajen no para que se diviertan”. Tú lo que realmente quieres es obtener los mejores resultados posibles ¿no? Pues teniendo a tus empleados aburridos o molestos difícilmente los conseguirás. Así que hazme caso y trata de que ellos se lo pasen bien trabajando. Lo dicho, si a un trabajador no le gusta una tarea se le encarga a otro que sí le guste. Puede que si le preguntas te responda lo que él cree que tú quieres oír, por lo que la mayoría de las veces tendrás que utilizar tu intuición y deducción para decidir en la asignación de tareas. Si no hay nadie que disfrute haciendo ese trabajo entonces debes de hacer lo posible para que el trabajo sea lo más entretenido o llevadero posible. Algunos trucos para hacer el trabajo tedioso en llevadero son: la división del trabajo en pequeñas tareas; repartir la realización de cada parte en momentos separados durante el día; recompensar con un premio simbólico cada tarea realizada; y cualquier otra cosa que haga la tarea divertida para el trabajador. Eso ya dependerá de la tarea en cuestión.
Hasta aquí las prácticas recomendadas para motivarte o motivar a los demás, como apoyo o hasta que encuentres la verdadera motivación.
Confío en que te sean de utilidad. Recuerda, estas son prácticas que puedes utilizar hoy mismo muy fácilmente y sin ningún coste. ¿Qué hay más barato y valioso a la vez que una sonrisa y un apretón de manos? Suerte y caña al mono.
Fuente
http://davidcantone.com/las-6-practicas-del-buen-motivador/
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