La motivación es la disposición de ánimo idónea para hacer o no hacer algo. O dicho en forma metafórica: es la llama que despierta y mantiene las ganas de una persona de hacer o no hacer algo. Estar o no motivado es la clave del trabajo bien hecho y, en definitiva, del éxito. Alguien que no esté motivado difícilmente podrá aguantar mucho tiempo realizando una tarea y, de aguantar, la calidad del resultado no será la deseada. Los jefes de departamento y los jefes de equipo muchas veces se desesperan por conseguir que aquellos que están bajo su mando trabajen motivados por la causa. Curiosamente, la mayoría de tácticas de motivación que hoy en día se utilizan en el mundo empresarial están totalmente equivocadas. Es por esa escasez de buenos motivadores por lo que están tan solicitados en el mundo empresarial. Sé un buen motivador y te convertirás en indispensable para tu empresa.
En este artículo voy a descifrar para ti uno a uno los secretos de la motivación. Obviamente, las herramientas que abajo explicaré pueden usarse tanto para motivar a los demás como para motivarse uno mismo.
Los Diferentes Tipos de Motivación
¿Qué es la motivación? La motivación es, como ya dije antes, despertar y mantener la voluntad propia o de otro de hacer o no hacer algo. ¿Es que hay más de un tipo de motivación? Sí, en atención a la combinación que hagamos de sus cuatro elementos ¿Qué elementos forman la motivación? La motivación está formada por cuatro elementos: (1) la motivación externa; (2) la motivación interna; (3) la motivación de huída de algo que no se quiere; (4) la motivación de conseguir algo que se quiere. ¿Cuáles son los diferentes tipos de motivación que hay según combinemos sus diferentes elementos? (1) la motivación externa de huída de algo; (2) la motivación externa de conseguir algo; (3) la motivación interna de huída de algo; (4) la motivación interna de conseguir algo.
Veamos en qué consiste cada elemento de la motivación:
La motivación externa
Quien llama a la motivación no es el propio individuo que tiene que hacer o dejar de hacer la tarea sino otra persona. Es el típico caso del jefe que ordena a su empleado que haga o deje de hacer algo.
La motivación interna
Quien llama a la motivación es el propio individuo que tiene que hacer o dejar de hacer la tarea. El ejemplo es cuando uno decide ponerse a escribir un Blog porque quiere, sin influencias externas para que lo haga.
La motivación de huída de algo que no se quiere
Quien pretende motivar lo hace con la amenaza de un castigo. Por ejemplo, si no acabo esta tarea esta noche no como postre. O bien, si no haces la tarea te despido.
La motivación de conseguir algo que se quiere
Quien pretende motivar lo hace con el anuncio de un premio o recompensa de conseguir algo que se quiere. Si estudio para el examen duro aprobaré la carrera y podré empezar a trabajar. Si haces lo que te digo te asciendo.
En este punto es importante diferenciar entre lo que realmente se quiere y lo que uno cree que quiere o que se obliga a creer. Tan sólo quien hace algo por conseguir lo que realmente quiere está motivado de su forma óptima, todo lo demás será una falsa apariencia de motivación, que aunque pueda funcionar para casos puntuales y de duración corta en el tiempo nada pueden con los objetivos a largo plazo que requieran un gran esfuerzo para conseguirlos que, en definitiva, son los que normalmente tienen más valor.
De las diferentes combinaciones de los cuatro elementos enunciados tan sólo una de ellas es verdadera motivación y ésta es: la motivación interna de hacer o conseguir algo que realmente se quiere.
La verdadera motivación
La única clase de motivación que te permitirá romper cualquier muro que se interponga entre tú o tus trabajadores y el objetivo es: la motivación interna de hacer o conseguir algo que realmente se quiere.
Esta motivación es aquella en la que tú decides que quieres hacer algo porque realmente te llena por dentro o que quieres conseguir algo que anhelas con todo tu corazón.
¿Cómo descubrir qué es lo que realmente quiero hacer o conseguir?
Debes conocerte bien a ti mismo. Para ello hazte las siguientes preguntas que propongo y contéstalas con total sinceridad:
- ¿En qué estarías dispuesto a dedicar tu tiempo y esfuerzo sin cobrar dinero a cambio?
- ¿Por qué estarías dispuesto a hacerlo? ¿Qué es lo que te llena de ello?
- ¿Qué te gustaría tener sin importarte qué piensen de ello los demás?
Por ejemplo: ¿tendrías un Porsche Cayenne si hubiera un consenso popular en que es un automóvil hortera y demasiado ostentoso? No digo que lo sea, pero que pasaría si toda la gente de tu alrededor lo pensará y tu supieras que lo piensan. Lo más seguro es que optaras por otro modelo mejor visto por la sociedad. Piensa el mismo ejemplo para los ascensos. ¿Si un puesto al que quieres ascender estuviera muy mal visto? ¿Querrías aún ese ascenso? Yo creo que no. Por eso, yo digo que las cosas materiales no se quieren realmente sino sólo en apariencia. La sociedad, los medios o quien tú más prefieras, nos obliga a quererlas. Por todo ello, afirmo que cuando hacemos algo para conseguir una cosa que realmente no queremos (queremos tan sólo en apariencia) no puede haber una verdadera motivación.
Responde a las preguntas arriba planteadas y sabrás que es lo que realmente quieres, será entonces cuando podrás motivarte de verdad a ti mismo.
¿Cómo saber qué cosas realmente quieren los demás?
Se les puede preguntar directamente qué quieren pero es posible que no lo sepan ni ellos. Conocerse a uno mismo es algo más difícil de lo que parece. ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste media hora a reflexionar sobre ti, sobre lo que quieres, sobre tu vida? Pues si no nos conocemos a nosotros mismos difícilmente conoceremos al prójimo. Lo primero, como ya dije arriba, es conocerse a uno mismo. Una vez sepas que quieres tú te será mucho más fácil saber qué quieren los demás. Seguramente lo que quieres tú y lo que quiere otro es muy parecido sino igual. Por lo tanto, seguramente lo que logre motivarte a ti también lo logrará con el otro.
De no ser así, deberás profundizar en la persona y descubrir qué es lo que realmente despierta en él la pasión de trabajar duro con una sonrisa en la cara.
Sí, muy bien. ¿Pero cómo se hace eso?
Para descubrir la llama que puede encender la verdadera motivación en otros necesitamos estar a solas con esa persona y compartir tiempo con ella. A no ser que tú tengas una bola mágica de cristal que entre dentro de los sujetos difícilmente se puede saber que se cuece en el interior de una persona sin compartir tiempo con ella. Tú mismo no sabrías realmente lo que quieres si no hubieras pasado un rato a solas preguntándote cosas y reflexionando sobre ello. Es de cajón ¿verdad? Sí, sé que suena a mucho trabajo acercarse a cada trabajador a conocerlo mejor pero créeme, si quieres resultados en tareas largas y difíciles no hay otra forma mejor de conseguirlos que mediante la verdadera motivación.
Una vez a solas, debes conversar con él o ella de diferentes temas: sus hobbies, su familia, su vida, sus lugares de veraneo, sus amigos, sus proyectos y todo lo que se te ocurra que pueda ser relevante. Guía tus preguntas por sus respuestas. Tiene que ser una conversación lo más distendida y natural posible, nada conseguirás preguntando como un robot o como en una entrevista de trabajo. Debes interesarte de verdad por sus respuestas. Él percibirá tu cercanía por lo que confiará más en ti y se sincerará más con cada respuesta que te dé. Por último, una magnífica forma de conocer a las personas es compartir con ellas viajes, salidas, cenas y toda clase de eventos fuera del trabajo.
Vale, descubierto lo que realmente quiero y lo que realmente quieren los demás. ¿Y ahora qué?
Ahora ya sólo falta concentrar tus esfuerzos en asociar el trabajo que hay que hacer con lo realmente quiero. Por ejemplo, quiero bajar peso porque mi médico me ha dicho que de lo contrario puedo sufrir un ataque al corazón. Seguramente esta persona no logrará bajar de peso por falta de motivación. Sí, puede que lo intente durante un tiempo pero al final desistirá. ¿Por qué? Pues simplemente porque no está aplicando la verdadera motivación sino una de las motivaciones aparentes. En este caso se está sirviendo de la motivación externa (es el médico quien le motiva para bajar de peso, si fuera por él o ella no lo haría) y de huída (pues huye de la amenaza de enfermedad). Bien, la correcta forma de motivarle sería haciéndole ver a esta persona que ella realmente quiere bajar de peso para conseguir una mejor calidad de vida con la que cuidar a sus hijos. Aquí, como veis, utilizamos una motivación interna (le hacemos ver que es ella la que realmente quiere bajar de peso) de conseguir algo, en este caso dos cosas, que realmente quiere [(1) una mejor calidad de vida y (2) cuidar a sus hijos].
Interioriza bien lo dicho en este artículo y tendrás las herramientas necesarias para ser el mejor motivador del mundo, ya sea en tu beneficio o en el de otros.
Fuente:
http://davidcantone.com/los-secretos-de-la-verdadera-motivacion-descifrados/.
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