Las siete claves del Amor se encuentran más allá de los conceptos, de las creencias, de las interpretaciones, de la cultura, de las tradiciones y de las limitaciones aprendidas, y se pueden reconocer de una manera muy simple:
1. EL AMOR SIEMPRE DA COMO RESULTADO LA PAZ INTERNA, LA FELICIDAD Y LA SATISFACCIÓN en las relaciones y en todo lo que se hace. Si éste no es el resultado en la propia vida, la respuesta es sencilla: la persona no está actuando desde su centro de comprensión, ni dando lo mejor de sí misma.
2. EL AMOR ES UNA LEY QUE SIEMPRE SE VERIFICA CON RESULTADOS QUE PRODUCEN SATISFACCIÓN. Todo aquello que no deja paz y armonía en el interior de la persona es el resultado de actuar desde los conceptos y las creencias aprendidas, y es lo que lleva directamente a la infelicidad en las relaciones.
3. LA FELICIDAD EN LAS RELACIONES ES EL RESULTADO DE AMAR Y APOYAR LA FELICIDAD DE AQUELLOS CON QUIENES UNO SE RELACIONA. A aquél que ama el trabajo, la vida, la tierra, las plantas o las personas, y siempre las está cuidando y valorando sin esperar nada, eso mismo —el trabajo, la vida, la tierra, las plantas y las personas— le devolverá abundancia y satisfacción. Todo aquello que la persona entrega le es devuelto, porque éste es el resultado natural del Amor.
4. ES VOLUNTARIO lo que se decide sembrar en la vida, pero la cosecha es obligatoria, de forma que lo mismo que se siembra, después hay que recogerlo. Si se siembra constantemente alegría, entusiasmo, colaboración, servicio, apoyo, optimismo, comprensión, valoración y respeto, se recogerán abundantes cosechas de Amor, felicidad, bienestar y satisfacción en todas las relaciones. El egoísmo es propio del oportunista, que, sin haber sembrado nada, espera recoger la cosecha, y a esto lo llama justicia. Pero la realidad es que aquél que nada siembra, nada recogerá; y, como suele decirse, el que siembra vientos recogerá tempestades. Se parte aquí de un principio elemental al que se llama “la cosecha de la vida”: cada uno cosecha lo que sembró. Cuando alguien recoge cosechas de sufrimiento, conflictos, agresión u odio, es clarísimo que la semilla que sembró fue de odio y de violencia. Sólo hay una forma de recoger abundantes cosechas de satisfacción: sembrar semillas de Amor; de lo contrario, la cosecha será bastante lamentable.
Obsérvese qué resultados se obtienen en la vida en los cuatro aspectos mencionados: salud, relaciones, recursos y adaptación al medio; y considérese que para aspirar a obtener un resultado diferente se requiere una semilla distinta. Si alguien empieza a sembrar otra semilla, ahora mismo —aun antes de haber terminado de recoger la cosecha anterior— comenzará a prosperar una nueva cosecha que posiblemente anule a la anterior. Ésta es la Ley de Causa y Efecto.
5. El Amor es UNA COMPRENSIÓN PROFUNDA que se expresa con una actitud de servicio, agradecimiento, valoración, aceptación y respeto hacia las personas, las cosas y la vida. Valorar y agradecer constantemente todo aquello que la vida nos da termina por generar en nuestro interior la capacidad para disfrutar de todas las cosas y situaciones, y establecer excelentes relaciones que se caracterizan por un alto nivel de satisfacción.
6. El Amor es sentir en el interior de uno mismo que siempre se puede expresar uno con dulzura, delicadeza, tacto, prudencia, sencillez, confianza absoluta, entrega total, libertad completa y apoyo incondicional. Cuando se sienta la llamada del Amor, hay que expresar siempre la propia dulzura; entonces la persona encontrará que la vida es deliciosa, y las relaciones exquisitas; porque entonces sabrá que siempre hay muchas cosas y momentos lindos para compartir y disfrutar.
7. Actuar con Amor consiste en HACER SIEMPRE LO NECESARIO para que los demás se sientan felices de compartir con uno.
“¿UN NUEVO PARADIGMA DE LA REALIDAD?”, Gonzalo Rodríguez Fraile
