Estudios previos sobre la agresión habían revelado que el comportamiento agresivo “reside” en una pequeña área del cerebro, conservada a lo largo de la evolución de los mamíferos, llamada el hipotálamo. Utilizando poderosas técnicas de biología molecular, investigadores del Instituto Tecnológico de California han realizado una serie de experimentos con ratones que consiguen determinar qué células del hipotálamo están involucradas en la agresión, y cuáles en el comportamiento sexual.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.