Las palabras que usamos contienen información oculta sobre nosotros. Potentes herramientas informáticas permiten analizar los textos escritos o hablados con un enorme grado de detalle, clasificando las palabras no solo por su función gramatical o sintáctica, sino por la carga emocional, social y cognitiva que conllevan. Estos análisis se han llevado a cabo en estudios controlados, comparando sus resultados con los de otras pruebas que miden personalidad, inteligencia, o estado anímico.
Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje" señala Wittgenstein
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