lunes, 31 de diciembre de 2007
PSICOPATIA. Robert Hare
Entrevista al mayor especialista del MUNDO.
Sonríe Robert Hare. A menudo y como mirando hacia otra parte, con la sonrisa levemente amarga de quien ha visto mucho, quizá demasiado, pero a pesar de ello no ha conseguido que su mensaje termine de calar . Los psicópatas no son solo los fríos asesinos de las películas. Están en todas partes, viven entre nosotros y tienen formas mucho más sutiles de hacer daño que las meramente físicas . Los peores, dice, llevan ropa de marca y ocupan suntuosos despachos, en la política y las finanzas. La sociedad no les ve, o no quiere verles, y consiente.
- ¿Por qué parece que en ciertos países hay más psicópatas que en otros?
- No es cierto. Es un problema universal, igual en todas partes, solo que en algunos países se tolera más. Por ejemplo, en Sudán, matar se considera un comportamiento aceptable. Incluso en Estados Unidos, comportamientos que hace 15 años no se aceptaban, ahora sí. Comportamientos claramente psicopáticos y que aparecen continuamente en el cine y la televisión. Violencia, maldad, premeditación, sangre fría, falta de remordimientos...
- ¿Es la falta de empatía el elemento clave de la psicopatía?
- Sí. La empatía es una característica humana y se puede representar en una curva. La mayoría estamos en el centro. Y ambos extremos son malos. Tampoco es buena demasiada empatía. La naturaleza nos ha dado la capacidad de conectar. Pero los psicópatas no tienen esa capacidad.
- ¿Es cierto que son más inteligentes que el resto?
- Si hablan de medicina, parece que saben más que un médico, aunque el interlocutor sepa que no saben nada. Si van detrás de un político y le hacen una foto, ya dicen que son amigos. Parecen inteligentes, pero en realidad no son especialmente brillantes. Algunos sí, claro. Y cuando son inteligentes son más peligrosos.
- -¿Están mezclados con nosotros, en el mundo real?
- Por supuesto. Y la mayoría de los psicópatas no son asesinos. Están en la política o en los negocios. Y si cometen un asesinato es, a lo mejor, porque te has puesto en su camino o porque sencillamente no les has caído bien. Están en todas partes. Son personas que saben controlar a los demás pero parecen muy buenos. Tienen carisma y son líderes. Carisma sin conciencia.
- ¿Qué proporción de psicópatas hay entre la población?
- Cerca del 1%, según una estimación que hice hace diez años. Pero nuevos estudios demuestran que depende mucho de cómo se mida y de los criterios que se usen.
- Usted creó los test de psicopatía más utilizados...
- Sí. En dos versiones. La primera (PCLR) consta de veinte criterios y la segunda (PCL) mide doce. Es esta segunda herramienta, más sencilla, la que se más se utiliza. Los resultados se colocan en un diagrama con dos ejes. Uno de puntuación, entre 0 y 24, y otro de población. La mayoría de las personas tienen puntuaciones muy bajas, pero a partir de 18 puntos son psicópatas. Y, efectivamente, existe cerca de un 1% de la población con más de 18 puntos.
- ¿Se puede ser amigo de un psicópata?
- Sí, pero no mucho. Hay personas a quienes les encantan los psicópatas. Porque son divertidos. Te van a engañar y a chupar la esencia, pero resultan atractivos, aún a costa de ese precio tan alto. Al final, cuando ya no les sirves, te dejan. Los psicópatas son esponjas emocionales y absorben todo lo que tengamos. Pero si exprimes una esponja, suelta todo lo que cogió. Ellos no. Si los aprietas, sólo saldrá polvo.
- ¿Cómo influye ese 1% de psicópatas en el resto de la sociedad?
- Ese 1% puede tener impacto sobre millones de personas . Fíjese, por ejemplo, en los grandes escándalos financieros, con pérdidas para miles de personas. Detrás hay una mente psicópata. En los grandes negocios la psicopatía no es una excepción. ¿Qué tipo de persona cree usted que es capaz de robar a miles de inversores, de arruinarles aunque después se suiciden? Dirán que lo sienten, pero nunca devolverán el dinero . Es incluso peor que lo que hacen muchos asesinos.
- ¿Y los políticos?
- La política y el póker son dos ocupaciones cuyas reglas obligan a mentir y engañar. Si los políticos fueran sinceros no serían elegidos. Muchos son mentirosos a secas. No tienen forzosamente que ser psicópatas. Pero la política es un medio fantástico para que se desarrollen, el mejor ambiente, el ideal. Igual que los negocios, que cambian con mucha rapidez . Ahí los psicópatas se desenvuelven como pez en el agua.
- ¿Quiere decir que en círculos políticos y financieros hay más psicópatas que entre la población normal?
- Por supuesto que sí. Docenas de políticos de alto nivel deberían claramente estar en la cárcel. Son psicópatas, pero no puedo decir nombres. Tengo impresiones, y muchas. Pero debería aplicarles mi test. Me gustaría estudiar a algunos más a fondo. Y eso complicaría mucho la vida de los políticos honrados.
- ¿Cómo puede la sociedad defenderse?
- Es prácticamente imposible para la sociedad defenderse de eso. Porque son ellos los que, además, hacen las reglas, dictan los principios y gastan millones para explicar al mundo que lo que hacen es fantástico. No sé lo que podríamos hacer . Para esto las elecciones no sirven. La gran mayoría de las personas no funcionarían bien en estos puestos. Lo dejarían, no servirían. No quiero decir que todo el mundo en esas posiciones sea psicópata, pero sí digo que el porcentaje entre ellos es muy superior al 1% general. Y que con diez ejecutivos, o políticos psicópatas entre mil, ya sería suficiente. Un pequeño ejército de soldados puede ocupar un país entero.
- ¿Qué hacer entonces?
- Lo mejor y lo único que se puede hacer es intentar comprender. Y la sociedad no lo entiende porque la psicopatía es diferente. No hay patrones, como pasa, por ejemplo, con la esquizofrenia. Pasan años antes de identificar a un psicópata .
- ¿Se puede curar?
- No. No tenemos procedimiento alguno para curar porque no hay nada que curar . Es un comportamiento con anomalías neurológicas. Pero no hay pacientes que pidan ayuda, que sufran. El problema lo tienen los demás. Ellos están perfectos, y se sienten perfectos. Nunca podrán sentir empatía, ponerse en el lugar de otra persona, tener sentimientos hacia alguien. Ni siquiera por los seres más próximos, padres, hermanos, pareja, hijos... Los psicópatas no tienen emociones, y no es posible enseñárselas.
Diario ABC. Madrid. José Manuel Nieves.
domingo, 30 de diciembre de 2007
EL PÁJARO Y EL PANTANO
"Una bandada de pájaros que emigraba por el invierno, estaba muy cansado del trajín del día, pasaron un pantano y haciendo un esfuerzo muy grande iban hacia un hermoso bosque que se encontraba después del pantano.
Un pájaro que se dio por vencido por el cansancio decidió descansar en medio del pantano, en un árbol podrido, mientras sus compañeros lo dejaban solo, el pájaro se acostumbró a vivir allí y se resignó a comer gusanos y larvas que encontraba en el fango y se hallaba siempre sucio y empezó a oler feo por el pantano.
Sus alas se inutilizaron con el paso del tiempo puesto que nunca más volvió a volar.
En cierta ocasión una gran tempestad trajo tras de sí un tremendo ventarrón que destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el pantano y el pájaro se dio cuenta que pronto moriría si no hacía algo.
En un deseo repentino de vivir, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo. le costó mucho trabajo puesto que había olvidado como volaba, pero enfrentando el dolor del entumecimiento de las alas logro levantarse y cruzar el amplio cielo, llegando finalmente al hermoso, fértil bosque que por pereza y cansancio tiempo atrás no llegó.
Tuvo un nuevo amanecer un mejor aliento, se reencontró con viejos conocidos y mejoró su calidad de vida y tuvo motivos para volver a soñar en un futuro mejor.
Un pájaro que se dio por vencido por el cansancio decidió descansar en medio del pantano, en un árbol podrido, mientras sus compañeros lo dejaban solo, el pájaro se acostumbró a vivir allí y se resignó a comer gusanos y larvas que encontraba en el fango y se hallaba siempre sucio y empezó a oler feo por el pantano.
Sus alas se inutilizaron con el paso del tiempo puesto que nunca más volvió a volar.
En cierta ocasión una gran tempestad trajo tras de sí un tremendo ventarrón que destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el pantano y el pájaro se dio cuenta que pronto moriría si no hacía algo.
En un deseo repentino de vivir, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo. le costó mucho trabajo puesto que había olvidado como volaba, pero enfrentando el dolor del entumecimiento de las alas logro levantarse y cruzar el amplio cielo, llegando finalmente al hermoso, fértil bosque que por pereza y cansancio tiempo atrás no llegó.
Tuvo un nuevo amanecer un mejor aliento, se reencontró con viejos conocidos y mejoró su calidad de vida y tuvo motivos para volver a soñar en un futuro mejor.
NOTA: TEXTO FACILITADO POR ANA OREJAS
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sábado, 29 de diciembre de 2007
UN AMANTE
Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.
Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.
Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:
"Depresión" y la infaltable receta del antidepresivo de turno.
Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan:
ES UN AMANTE.
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto.
Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica! Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.
A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición:
Amante es: "Lo que nos apasiona". Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby...
En fin, es "alguien" o "algo" que nos pone de "novio con la vida" y nos aparta del triste destino de durar.
Y qué es durar?
- Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia.
Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.
Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y un protagonista... de la vida.
Piensa que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante...
La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:
"Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida"
JORGE BUCAY
Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.
Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:
"Depresión" y la infaltable receta del antidepresivo de turno.
Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan:
ES UN AMANTE.
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto.
Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica! Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.
A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición:
Amante es: "Lo que nos apasiona". Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby...
En fin, es "alguien" o "algo" que nos pone de "novio con la vida" y nos aparta del triste destino de durar.
Y qué es durar?
- Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia.
Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.
Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y un protagonista... de la vida.
Piensa que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante...
La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:
"Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida"
JORGE BUCAY
El Pescador Satisfecho
Un industrial rico y emprendedor se horrorizó cuando vio a un pescador tranquilamente recostado en su barca contemplando el mar y fumando su pipa después de haber vendido el pescado.
¿Por qué no has salido a pescar?- le preguntó el hombre emprendedor.
Porque ya he pescado bastante por hoy- le respondió el apacible pescador.
¿Por qué no pescas más de lo que necesitas?- insistió el industrial.
¿Y qué iba a hacer con ello?- preguntó a su vez el pescador.
Ganarías más dinero- fue la respuesta- y podrías poner un motor nuevo y hacer más potente tu barca. Así podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces.
Ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nailon, con lo que obtendrás más peces y más dinero. Pronto ganarás para tener dos barcas… y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico y poderoso como yo.
¿Y qué haría entonces?- preguntó de nuevo el pescador.
Podrías sentarte y disfrutar de la vida- respondió el hombre emprendedor.
¿Y qué crees que hago ahora?- contestó el apacible pescador.
Anthony de Mello
FASES DEL CAMBIO
El modelo transteórico de Prochaska y DiClemente
Prochaska y DiClemente son unos investigadores que intentaban comprender cómo y por qué cambian las personas, ya sea por sí mismos o con la ayuda de un terapeuta. Se dieron cuenta de que no todas las intervenciones terapéuticas eran aplicables a todas las personas ni todos funcionaban de la misma manera, y en vez de empezar a hablar de rasgos de personalidad, conflictos inconscientes o creencias irracionales, estimaron que debía haber algo diferente.
Todos pasamos por las mismas etapas a la hora de realizar el cambio: precontemplación, contemplación, determinación, acción, mantenimiento y recaída. Las representaron gráficamente en forma de rueda.
PRECONTEMPLACIÓN: La persona no tiene todavía ni idea de que tiene un problema, y menos aún de que va a tener que intentar resolverlo. Según Prochaska y DiClemente se sabe que tiene un problema, pero no se es consciente de él.
CONTEMPLACIÓN: Un importante avance. Ya se sabe que tiene un problema, ya se es consciente de él. Prochaska y DiClemente dicen que se está ambivalente: Considera y rechaza el cambio a la vez. Tan a la vez que tan pronto habla de las razones para cambiar como para quedarse como está. De aquí surgió la entrevista motivacional.
DETERMINACIÓN: Un "fugaz" momento de lucidez y se resuelve la ambivalencia por el lado del cambio. Se decide a hacer algo, que no es lo mismo que hacerlo de verdad.
ACCIÓN: Aquí ya se está decidido a cambiar y da los pasos necesarios en esa dirección. Muchas veces hemos se enseñan técnicas para la fase de acción a contempladores, siendo un error. Cuando la persona llega a la fase de acción y da los pasos para producir un cambio puede hacer dos cosas: Recaer o mantenerse. Estas son, obviamente, las dos fases que faltan.
MANTENIMIENTO: Se esfuerza por no perder lo que ha conseguido en la fase de acción. Supone un trabajo considerable, porque la tarea fundamental es prevenir la recaída.
RECAÍDA: Cuando no se mantienen los logros conseguidos, se vuelve a iniciar la rueda, probablemente desde la fase de contemplación.
SOBRE FRACASOS TERAPÉUTICOS
Como terapeutas cognitivo-conductuales, tradicionalmente hemos asumido que la persona está en la fase de acción y como tal le hemos propuesto estrategias de afrontamiento y cambio.
Sin embargo, en muchas ocasiones nuestros acercamientos terapéuticos no han tenido el resultado esperado, y cosechábamos rotundos fracasos (que no siempre fueron reconocidos) por no considerar en qué fase se encontraba el paciente.
El ejemplo más típico son, sin duda, las terapias de exposición. Todos hemos visto el cambio de la cara de algún agorafóbico que parece querer resolver su problema cuando le decimos que tiene que salir a la calle y afrontarlo.
Hay quien lo resuelve muy bien con lo de "cuando estés preparado".
El modelo de Prochaska y DiClemente no nos dice qué tipo de técnicas o qué modelo teórico debemos emplear como base de nuestra intervención, pero sí nos permite tener alguna estimación de la probabilidad de que la persona coopere con el tratamiento que le estamos administrando, y nos facilita la toma de decisiones realistas y fundamentadas sobre los pasos a seguir, al mismo tiempo que puede ayudarnos a explicar "incomprensibles" errores pasados.
Juan Carlos Vicente Casado
Ver también
viernes, 28 de diciembre de 2007
LA VENTANA DE JOHARI
La comunicación humana puede ser interpretada desde varios puntos de vista que nos pueden ayudar en múltiples situaciones prácticas. Tanto nos puede servir para mejorar nuestra comunicación pública, como la atención a nuestros clientes. Una de las teorías más extendidas es la ventana de Johari. Según esta teoría, cada persona puede ser considerada como una superficie cuadrada que se divide en una serie de cuadrantes en función del nivel de conocimientos que sobre esa persona posee ella misma y poseen también los demás. Dicha teoría puede describirse gráficamente de la siguiente forma:
I. Acción libre : El cuadrante más deseable, al ser todos los comportamientos conocidos no tenemos que aparentar nada y comunicamos lo mismo a través de los diferentes niveles -verbal, no verbal, paraverbal -que intervienen en la comunicación. Sería el nivel donde se produce la comunicación persuasiva.
II. Area de lo secreto: Los comportamientos conocidos por nosotros y desconocidos por los demás. Conductas que voluntariamente ocultamos a los otros.
III. Punto ciego: Aquellos comportamientos conocidos por los demás, pero desconocidos por nosotros mismos. En el caso por ejemplo, cuando escuchamos por primera vez nuestra voz reproducida por una cinta de cassette. Ello es debido a que estamos acostumbrados a percibir el sonido de nuestra voz a través de las vibraciones de los huesos del cráneo, mientras que cuando lo hacemos mediante el reproductor de cassette, lo hacemos directamente a través del oido. Por ello comunicarnos desde el punto ciego causa mensajes contradictorios entre los diferentes elementos de comunicación empleados, dado que los elementos no verbales y paraverbales usados en la comunicación, muchas veces no se corresponden con lo que estamos expresando me-diante los elementos verbales. La causa es que no somos conscientes de este hecho y creemos que nuestro mensaje es ajustado.
IV. Inconsciente: Comportamientos desconocidos para nosotros como para los demás.
El cuadrante donde comunicamos mejor y en el que resulta más deseable que se produzca la comunicación es en el área de la acción libre, y por tanto nos interesa que este cuadrante sea lo más grande posible con relación al resto. Y esto lo podemos conseguir aumentando el área de acción libre, disminuyendo el punto ciego, reduciendo el área de lo secreto, o una combinación de ambas posibilidades.
(1) Paraverbales; lo que rodea al mensaje verbal emitido por el sujeto, son las expresiones faciales, tonos de voz, movimientos de manos, posición del cuerpo frente a su interlocutor.
Necesidades frente a deseos
La diferencia entre necesidades y deseos es de grado. En un extremo del espectro se encuentra las necesidades de vida y muerte, como la necesidad de alimento y agua. Si no se satisfacen estas necesidades, uno literalmente fallece. En el otro extremo del expectro figuran los deseos menores y más caprichosos. Estos son objetos de lujo que contribuyen a confort, pero no son esenciales para la supervivencia. Puede usted tener el deseo de un helado de pistacho con crema de caramelo, pero no se morirá si no lo consigue.
En la zona intermedia del espectro está la línea divisoria entre necesidades y deseos. Es en este grupo intermedio donde las personas con baja autoestima tienen problemas.
Si tiene usted baja autoestima, le resultará dificil perseguir necesidades de supervivencia. Pero sus necesidades y deseos menos vitales parecen poco importantes, especialmente si chocan con los de otra persona. Además, usted tiende a identificar necesidades esenciales como meros deseos y descuidar su satisfacción. Piensa que está comportándose estoicamente y sacrificando su confort con los demás; pero en realidad es usted un mártir inconsciente de su baja autoestima. Usted no está simplemente incómodo, sino que está entregando necesidades emocionales, sociales, intelectuales o espirituales importantes por temor a herir u ofender a alguien.
Por ejemplo, usted puede quedarse en casa todas las noches, en vez de matricularse en una escuela nocturna, porque piensa que su ausencia por las tardes sería molesta para su familia. Aunque en realidad le gustaria a usted conseguir un título, siente que no deberia robar tanto tiempo y energia a su familia. Por esta razón nunca lo plantea. Y con ello tiene una sensación cada vez mayor de entropía y estancamiento. El hecho es que tiene usted una intensa, genuina y legítima necesidad de aprender, cambiar y progresar. Se está usted ahogando y produciéndose un verdadero sufrimiento al considerar erróneamente su necesidad genuina con un innecesario capricho.
La línea divisoria entre necesidad y deseo varía en cada persona. A veces usted necesita absolutamente hablar con alguien sobre un problema personal inquietante, mientras que otras veces el mismo problema parece menos apremiante, algo que usted meramente desea resolver pero puede posponer para más adelante.
Igualmente, puede tener umbrales de necesidad inferiores en algunas áreas más que en otras, por ejemplo usted puede tener necesidades emocionales muy intensas pero necesidades intelectuales relativamente débiles. Puede sentirse forzado a intimar con la gente en un gran grupo afectivo de familiares y amigos, pero tener muy modestas ambiciones en lo relativo al trabjo y viceversa.
Es usted el único que puede juzgar la fuerza relativa de sus necesidades y deseos. Si usted siente que algo que desea es importante para usted, entonces es importante y tiene usted el derecho de pedirlo. No importa si todo el resto del mundo piensa que lo que usted quiere es un mero objeto de lujo. Para usted es una necesidad crítica y no será feliz hasta que la pida y consiga.
AUTOESTIMA, EVALUACIÓN Y MEJORA / Mckay y Fanning / pag. 146-147
En la zona intermedia del espectro está la línea divisoria entre necesidades y deseos. Es en este grupo intermedio donde las personas con baja autoestima tienen problemas.
Si tiene usted baja autoestima, le resultará dificil perseguir necesidades de supervivencia. Pero sus necesidades y deseos menos vitales parecen poco importantes, especialmente si chocan con los de otra persona. Además, usted tiende a identificar necesidades esenciales como meros deseos y descuidar su satisfacción. Piensa que está comportándose estoicamente y sacrificando su confort con los demás; pero en realidad es usted un mártir inconsciente de su baja autoestima. Usted no está simplemente incómodo, sino que está entregando necesidades emocionales, sociales, intelectuales o espirituales importantes por temor a herir u ofender a alguien.
Por ejemplo, usted puede quedarse en casa todas las noches, en vez de matricularse en una escuela nocturna, porque piensa que su ausencia por las tardes sería molesta para su familia. Aunque en realidad le gustaria a usted conseguir un título, siente que no deberia robar tanto tiempo y energia a su familia. Por esta razón nunca lo plantea. Y con ello tiene una sensación cada vez mayor de entropía y estancamiento. El hecho es que tiene usted una intensa, genuina y legítima necesidad de aprender, cambiar y progresar. Se está usted ahogando y produciéndose un verdadero sufrimiento al considerar erróneamente su necesidad genuina con un innecesario capricho.
La línea divisoria entre necesidad y deseo varía en cada persona. A veces usted necesita absolutamente hablar con alguien sobre un problema personal inquietante, mientras que otras veces el mismo problema parece menos apremiante, algo que usted meramente desea resolver pero puede posponer para más adelante.
Igualmente, puede tener umbrales de necesidad inferiores en algunas áreas más que en otras, por ejemplo usted puede tener necesidades emocionales muy intensas pero necesidades intelectuales relativamente débiles. Puede sentirse forzado a intimar con la gente en un gran grupo afectivo de familiares y amigos, pero tener muy modestas ambiciones en lo relativo al trabjo y viceversa.
Es usted el único que puede juzgar la fuerza relativa de sus necesidades y deseos. Si usted siente que algo que desea es importante para usted, entonces es importante y tiene usted el derecho de pedirlo. No importa si todo el resto del mundo piensa que lo que usted quiere es un mero objeto de lujo. Para usted es una necesidad crítica y no será feliz hasta que la pida y consiga.
AUTOESTIMA, EVALUACIÓN Y MEJORA / Mckay y Fanning / pag. 146-147
jueves, 27 de diciembre de 2007
EL PSICOPATA
Hitler un psicópata genocida
La modernidad no siempre es sinónimo de sagacidad, ni menos de información puntual a los miembros de esa moderna sociedad, y pongo por testigo a un tipo de individuo, el psicópata, que siendo el sujeto más peligroso de la historia de la humanidad, campa por sus respetos en el tejido social, exhibiendo falsas virtudes de su falsa personalidad y ocultando su maldad, con tal impunidad que le habilita para seguir ejecutándola bajo el manto de la ejemplaridad y excelencia. Fíjense que siendo el psicópata un individuo cuyo rasgo más distintivo es su inmoralidad (1), su capacidad de disimular ésta, revistiéndola de virtud, así como su habilidad camaleónica (2) de pasar de ser un dechado de virtudes a transformarse en un hábil reptil que ataca y se esconde, ha conseguido incluso engañar a la Psiquiatría y zafarse de ella para que no se le estudie su patología mental.
Hoy día el término psicopatía ha desaparecido de los libros de Patología Mental, estudiándose sólo aquellos psicópatas, los hermanos pobres de los psicópatas ricos que ahora estudiamos, que por transgredir abiertamente la ley, suelen entrar en prisión bajo el diagnóstico de Trastorno Antisocial de la Personalidad (3).
Hoy día el término psicopatía ha desaparecido de los libros de Patología Mental, estudiándose sólo aquellos psicópatas, los hermanos pobres de los psicópatas ricos que ahora estudiamos, que por transgredir abiertamente la ley, suelen entrar en prisión bajo el diagnóstico de Trastorno Antisocial de la Personalidad (3).
El psicópata es un individuo inmoral, que escondido detrás de una máscara simulada de cordura y excelencia, es sin duda la persona más peligrosa en cualquier grupo social en libertad; y no lo duden, la prontitud en su diagnóstico es una de las acciones más rentables que quepa imaginar. Apunten un dato, a veces la Psiquiatría se aleja tanto de la sociedad a la que sirve, que a los Médicos Internos y Residentes de esta especialidad (MIR) no se les facilita conocer a este peligroso enfermo mental. En esta macabra élite se encuentran todo tipo de sujetos, desde Presidentes y presidenciables, grandes artistas y Magistrados estrella, hasta psicópatas domésticos y vulgares que lo único que consiguen es bajar la calidad de nuestra convivencia de cada día ,y no lo duden, hacernos sufrir.
El psicópata hizo su aparición en los libros de Psiquiatría en 1903 (4) y desapareció hacia los años 80 del pasado Siglo, cuando la llamada moderna Psiquiatría, acaudillada por un movimiento muy particular de renovación que impuso Norteamérica, decidió alejarse de los intereses sociales, para enrocarse sólo en la investigación de los pacientes que pedían ayuda a los médicos, y por tanto que ellos mismos sufrían, olvidando a aquellos que hacen sufrir a la sociedad, y de qué manera (3). Precisamente coincidiendo con la desaparición de este diagnóstico en los libros de Medicina, aparece la obra de un Psiquiatría, Hervey Cleckley, La Máscara de la Cordura (5), como especie de protesta inconsciente de la sociedad que usó a este autor como su portavoz y que constituye, esta obra, una pieza magistral de descripción clínica de la enfermedad. No es casualidad que el Dr. Cleckley escribiera inmediatamente antes de la mencionada obra, otra, Las tres caras de Eva, película llevada al cine por Nunnally Johnson, en donde se analiza la personalidad múltiple de Eva White, que no es más que la exposición diferida de los diferentes comportamientos o caras que caracterizan al psicópata, Eva pasa de mujer idílica a casquivana empedernida y a mostrar sus instintos de psicópata criminal filicida.
Es tal la capacidad de camuflaje de estos individuos, cuya presencia numérica en la sociedad es asombrosa, y que cada día nos rozamos con alguno de ellos, que con la intención que aprendamos a detectarlos, vamos a estudiar su diagnóstico a través de cuatro de sus rasgos, haciendo justo lo contrario que hace la Medicina: primero nos ocuparemos de sus virtudes, después de las relaciones personales que suelen establecer en los grupos en los que opera; seguidamente de los lugares que acostumbran a frecuentar, finalizaremos haciendo una concesión a la Psiquiatría, es decir, ocuparnos de los rasgos negativos de su conducta, de eso que los médicos llamamos síntomas de la enfermedad y en los que acostumbramos a basar los diagnósticos y que como se demuestra aquí puede ser, en ocasiones, una estrategia equivocada.
Una persona excelente de la cual pocos desconfían
El psicópata, hombre o mujer, es un ser que brilla a través de un liderazgo virtuoso, de una conducta ejemplar, de una inigualable capacidad de seducción y de una integración y entrega a los objetivos del grupo en que se encuentra y que la mayoría encomia. No importa que virtud sea la que destaque en su comportamiento, porque ellos dominan todo su catálogo, y cuando sospecha que alguien le descubre, lo trata con elegancia y encanto, sin darse por aludido, y espera, se oculta al más puro estilo saurio, emergiendo como el Guadiana por otro lugar y circunstancia. Saben mostrarse caritativos, exhiben una extraña compasión frente al dolor, propalan la amistad envuelta en ternura, aunque a caballo ésta entre la frialdad y la emoción sincera, y suelen tener actuaciones brillantes en defensa de un valor social deseable. Para demostrar que su bienhacer llega a la excelencia, trabaja denonadamente en la preparación pública de un caso, de un acto, de un suceso, de los que se responsabiliza de su organización, siempre que esto tengan un beneficio en cortocircuito inmediato y con renta personal; igual organizan una colecta para un menesteroso, que preparan un evento para celebrar una efeméride u organizan un encuentro, siempre que ellos sean los beneficiarios, y en cualquier caso, mucho mejor, si este trabajo comporta la muerte social de algún envidiado. Se muestran generosos y atentos, próximos y solícitos, y cuando en una reunión se le demuestra que la verdad es justo lo contrario de lo que él dice, camaleónicamente vira con prontitud su argumentación y exclama: ¡precisamente yo estoy en su misma línea!, dando a continuación datos a favor de la tesis contraria de la que hasta entonces había defendido.
Las relaciones que suelen establecer
Quizás sea por una de las aficiones y conocimientos profesionales del autor de este artículo, pero les puedo decir que un lugar óptimo para descubrir un psicópata, es ver como se mueve en los grupos sociales y organizaciones a las que pertenece, créanme que produce admiración el entretejido de sus conductas perversas, contienen sabiduría estratégica, cosa que le hizo poner en su tarjeta profesional a un psicópata de mi experiencia, dedicado profesionalmente a la extorsión: Fulano de Tal y Tal, Ingeniero Social. Pero cualquier persona mínimamente educada su percepción, y si se aposta en la esquina de la vida de un psicópata, observándolo fijamente y con el sombrero de ala calado, descubrirá que establece cuatro tipos de relaciones :
Tiene seguidores. El psicópata suele ser un líder que crea "una pandilla", que le sigue fielmente y con escasa crítica, individuos éstos de débil personalidad, no muy dotados intelectualmente, a quienes les inyecta su odio que ejecutan ciegamente atacando al elegido por el Jefe, pero cuando se escruta en proximidad a la víctima-seguidor, éste confiesa admiración, orgullo y hasta seguridad de pertenecer a la pandilla, pero con algo de miedo, que le hizo expresar a uno de ellos, cuando un compañero le propuso hacer algo distinto a lo que el Jefe proponía, el interlocutor le respondió: "pero ten en cuenta que Luz me ha propuesto lo contrario", al tiempo que esbozaba una ligera subida de hombros como haciendo un gesto de puntos suspensivos y de tímida interrogación. Por eso se dice del psicópata que es un sádico.
Tiene aliados. Busca brazos en los que apoyarse pidiendo favores para ejecutar la maldad, a cambio de ofrecer una lealtad de la que carece, pero al tiempo el aliado percibe una cierta amenaza si no cumple lo prometido, ya que procura escoger a personas con cierta ascendencia sobre ellos, a los que puede chantajear y hundir si no cumplen. Por eso se dice que el psicópata en un ser inseguro.
Tiene seducidos. El psicópata suele ser un ser aparentemente encantador, excelente y ejemplar, que se abre camino seduciendo al mostrar su mejor cara, que no es más que aspectos de su persona basados en la mentira y simulación. Por eso es difícil desenmascaralo, ya que cuando alguien se atreve a hacerlo provoca la incredulidad de los seducidos, que no dan crédito al cambio mental que se ven obligados a hacer si hicieran caso a esa crítica. Por eso se dice que el psicópata es un perverso.
Tiene enemigos. Su envidia y la consecuencia directa de ésta, la crueldad, le hace ser un ingeniero del mal, estratega fino para destruir aquellos a los que envidia o a los que conocen su maldad. Por eso se dice que el psicópata es cruel.
Los rasgos negativos que camufla
El psicópata junto a su locuacidad y encanto, suma una autoestima ilimitada, que la mayor parte de las veces no corresponde a la realidad, ya que suelen brillar porque se lo proponen, se ensalzan y se relamen su propia piel al estilo de los félidos, pero en el fondo son intelectualmente vacíos y estéticamente vulgares. Esto no es óbice para que existan verdaderos genios en un sector particular de cualquier actividad, que además tienen comportamientos psicopáticos, al final veremos la diferencia. Son sujetos, los psicópatas, que carecen del más mínimo remordimiento, no siente conmiseración o lástima y son irresponsables, mentirosos, manipuladores en extremo e hipócritas hasta provocar la sonrisa del interlocutor, cuando entre lo que dicen y lo que debieran decir, existen unas distancias bipolares. Son exquisitos difamadores, envidiosos en extremo y crueles hasta el espanto, siendo el único objetivo de su vida la vanagloria y el organizar todo tipo de estrategias con un doble objetivo, su brillo personal y el daño a todo aquel al que envidia, especialmente si éstos le demuestran su inferioridad intelectual, bajeza moral y suciedad de comportamiento. No se le conoce amigo alguno, no tiene ningún tipo de relaciones afectivas en profundidad que no sean sus amantes, ni muestran solidaridad que no sea ésta una pieza más de su estrategia para hacer el mal; a las mujeres las seducen, con las esposas son desleales, están en permanente estado de caza y explotación, suelen ser un parásito de alguien al que engañan, como padres son despegados y carentes de normas, y las caras que muestran, sin salirse de un solo espacio, son más numerosas que las de la baraja. Pero eso sí, todo en el marco de la ejemplaridad y de la excelencia y yendo tan lejos en sus fechorías, como aconseja su estratégica prudencia, pero todo supuesto con la mínima expresividad que son capaces.
Los lugares que suelen elegir
El psicópata prospera en aquellos escenarios de menor fiabilidad y mayor facilidad para el olvido, donde la consecuencia de los actos se borra con facilidad, ya que la goma que se usa para ello es la falsedad, el cambio, el poder y la seducción. Su presencia no es tan frecuente en el mundo donde la validez del personaje se mide más y las consecuencias de sus actos se olvidan menos, al dejar éstos huellas indelebles, por ejemplo: la Bolsa sube hoy y baja mañana, en política los fenómenos tienen una alta mutabilidad, en deporte no digamos, e igualmente en las agrupaciones religiosas, donde la represión jerarquizada y el silencio suelen ser la norma de obligado cumplimiento, y añadan el vasto campo de la Administración de Justicia, donde la psicopatía impregna el ambiente hasta hacerlo turbio como las aguas más contaminadas. Pero no ocurre lo mismo en la actividad empresarial o en la científica, donde la consecuencia de un acto se evalúa por la trascendencia objetiva, difícil de borrar o disimular, y en donde la improvisación y el fuego artificial tiene menos cabida.
GRANDES Y PEQUEÑOS PSICÓPATAS
No esperen que les dé nombres de grandes psicópatas, porque es fácil ver la inconveniencia de hacerlo, y si aquí se hiciera una lista de ellos, la cara de extrañeza del lector nos llegaría a través de las ondas del correo: ¿pero cómo, ese?, pues quítele la rica vestimenta de rey que exhibe y lo podrá valorar desnudo. Piense que hay desde conocidos Jefes de Estado actuales, hasta genios del arte y magnates de las finanzas de ahora, pero también Presidentes de todo y Jefes de lo inimaginable; y si este conglomerado público es importante su consideración, el que sin duda es más dañino es el psicópata doméstico, el padre y el esposo, el hijo y el compañero, el jefe y el líder de pequeños grupos, o sencillamente, el amigo que, con sorpresa, nos traiciona.
EL CASO DE UN PSICÓPATA DOMÉSTICO
Luz era un sesentón, hoy fallecido, casado y sin hijos, de cultura universitaria, él mismo se titulaba Doctor en Letras, aunque nadie vió su título de Licenciado y menos el de Doctor colgado en las paredes de su lujoso apartamento, hogar que exhibía con profusión a sus aliados y seducidos para que vieran lo que ganaban si le obedecían. Su matrimonio marchó de manera óptima, él residia a 1.500 Km. de distancia de su mujer; estuvo retirado muchos años y dedicado a todo tipo de actividades placenteras, siendo su esposa una hacendada y vocacional trabajadora, rayando en la adicción, cuya residencia, como se ha dicho, estaba a 90 minutos de avión de la de su marido. Protagonizaron encuentros semanales o bimensuales, con un viaje que ella siempre hacía al lugar de él, momento en que Luz se mostraba solícito y extremadamente encantador, la agasajaba en extremo, y ella convencida de la fidelidad de su compañero, aunque, digamos en voz baja, el catálogo de las amantes del amante esposo fué siempre difícil calcular. Luz se trasladó de joven al lugar de su residencia por razones profesionales, fracasó en todo tipo de actividades que intentó, ya que eran trabajos que requerían una personalidad equilibrada, siendo su única actividad durante largos años, hacer creer a su mujer dos cosas, que ella contaba con orgullo y complacencia a sus amigos: que era bueno para su salud que continuase trabajando de esa forma, y que él, como fiel esposo, la aguardaba sacrificado en su paraíso de bienestar y sol que sólo él sabía cultivar para cuando ella llegase.
La actividad de Luz fué intensa, entre los viajes de placer que realizaba con su mujer a los países más exóticos, sufragados por ella siempre, claro, y la intensa actividad social que llevaba a cabo en su lugar de residencia, no le quedaba excesivo tiempo, especialmente si se contabiliza el que gastaba en organizar todo tipo de trampas y estrategias para ser el líder en los grupos sociales organizados de los que era miembro. En todos ellos había conseguido, que o bien tales grupos se fragmentesen en dos, o que la mitad de ellos los abandonasen por la atmósfera que terminaba creando.
SUGERENCIAS PARA EL PROFESIONAL
Las personalidades psicopáticas se incluyen dentro de lo que se denomina Trastorno del carácter, en donde el individuo utiliza masivamente la disociación, identificación proyectiva e introyectiva, quedándose el sujeto con la parte idealizada de sí mismo y colocándose fuera, y atacada, la peor de todo lo que se deriva una existencia narcisística, exigente, controladora, voraz y envidiosa. Psiquiátricamente existe una dimensionalidad gradual que se extiende, entre el Trastorno Antisocial de Personalidad, que son los psicópatas que transgreden frecuentemente la ley y acaban en la prisión, se sitúan después los psicópatas que hemos estudiado, a los que les caracteriza un mayor control sobre sí mismos, razón por la que evitan la punición por parte de la sociedad, y finalmente están aquellas personalidades normales pero con rasgos psicopáticos, permanentes o puntuales (6).
Ángel Martínez Pina
El psicópata hizo su aparición en los libros de Psiquiatría en 1903 (4) y desapareció hacia los años 80 del pasado Siglo, cuando la llamada moderna Psiquiatría, acaudillada por un movimiento muy particular de renovación que impuso Norteamérica, decidió alejarse de los intereses sociales, para enrocarse sólo en la investigación de los pacientes que pedían ayuda a los médicos, y por tanto que ellos mismos sufrían, olvidando a aquellos que hacen sufrir a la sociedad, y de qué manera (3). Precisamente coincidiendo con la desaparición de este diagnóstico en los libros de Medicina, aparece la obra de un Psiquiatría, Hervey Cleckley, La Máscara de la Cordura (5), como especie de protesta inconsciente de la sociedad que usó a este autor como su portavoz y que constituye, esta obra, una pieza magistral de descripción clínica de la enfermedad. No es casualidad que el Dr. Cleckley escribiera inmediatamente antes de la mencionada obra, otra, Las tres caras de Eva, película llevada al cine por Nunnally Johnson, en donde se analiza la personalidad múltiple de Eva White, que no es más que la exposición diferida de los diferentes comportamientos o caras que caracterizan al psicópata, Eva pasa de mujer idílica a casquivana empedernida y a mostrar sus instintos de psicópata criminal filicida.
Es tal la capacidad de camuflaje de estos individuos, cuya presencia numérica en la sociedad es asombrosa, y que cada día nos rozamos con alguno de ellos, que con la intención que aprendamos a detectarlos, vamos a estudiar su diagnóstico a través de cuatro de sus rasgos, haciendo justo lo contrario que hace la Medicina: primero nos ocuparemos de sus virtudes, después de las relaciones personales que suelen establecer en los grupos en los que opera; seguidamente de los lugares que acostumbran a frecuentar, finalizaremos haciendo una concesión a la Psiquiatría, es decir, ocuparnos de los rasgos negativos de su conducta, de eso que los médicos llamamos síntomas de la enfermedad y en los que acostumbramos a basar los diagnósticos y que como se demuestra aquí puede ser, en ocasiones, una estrategia equivocada.
Una persona excelente de la cual pocos desconfían
El psicópata, hombre o mujer, es un ser que brilla a través de un liderazgo virtuoso, de una conducta ejemplar, de una inigualable capacidad de seducción y de una integración y entrega a los objetivos del grupo en que se encuentra y que la mayoría encomia. No importa que virtud sea la que destaque en su comportamiento, porque ellos dominan todo su catálogo, y cuando sospecha que alguien le descubre, lo trata con elegancia y encanto, sin darse por aludido, y espera, se oculta al más puro estilo saurio, emergiendo como el Guadiana por otro lugar y circunstancia. Saben mostrarse caritativos, exhiben una extraña compasión frente al dolor, propalan la amistad envuelta en ternura, aunque a caballo ésta entre la frialdad y la emoción sincera, y suelen tener actuaciones brillantes en defensa de un valor social deseable. Para demostrar que su bienhacer llega a la excelencia, trabaja denonadamente en la preparación pública de un caso, de un acto, de un suceso, de los que se responsabiliza de su organización, siempre que esto tengan un beneficio en cortocircuito inmediato y con renta personal; igual organizan una colecta para un menesteroso, que preparan un evento para celebrar una efeméride u organizan un encuentro, siempre que ellos sean los beneficiarios, y en cualquier caso, mucho mejor, si este trabajo comporta la muerte social de algún envidiado. Se muestran generosos y atentos, próximos y solícitos, y cuando en una reunión se le demuestra que la verdad es justo lo contrario de lo que él dice, camaleónicamente vira con prontitud su argumentación y exclama: ¡precisamente yo estoy en su misma línea!, dando a continuación datos a favor de la tesis contraria de la que hasta entonces había defendido.
Las relaciones que suelen establecer
Quizás sea por una de las aficiones y conocimientos profesionales del autor de este artículo, pero les puedo decir que un lugar óptimo para descubrir un psicópata, es ver como se mueve en los grupos sociales y organizaciones a las que pertenece, créanme que produce admiración el entretejido de sus conductas perversas, contienen sabiduría estratégica, cosa que le hizo poner en su tarjeta profesional a un psicópata de mi experiencia, dedicado profesionalmente a la extorsión: Fulano de Tal y Tal, Ingeniero Social. Pero cualquier persona mínimamente educada su percepción, y si se aposta en la esquina de la vida de un psicópata, observándolo fijamente y con el sombrero de ala calado, descubrirá que establece cuatro tipos de relaciones :
Tiene seguidores. El psicópata suele ser un líder que crea "una pandilla", que le sigue fielmente y con escasa crítica, individuos éstos de débil personalidad, no muy dotados intelectualmente, a quienes les inyecta su odio que ejecutan ciegamente atacando al elegido por el Jefe, pero cuando se escruta en proximidad a la víctima-seguidor, éste confiesa admiración, orgullo y hasta seguridad de pertenecer a la pandilla, pero con algo de miedo, que le hizo expresar a uno de ellos, cuando un compañero le propuso hacer algo distinto a lo que el Jefe proponía, el interlocutor le respondió: "pero ten en cuenta que Luz me ha propuesto lo contrario", al tiempo que esbozaba una ligera subida de hombros como haciendo un gesto de puntos suspensivos y de tímida interrogación. Por eso se dice del psicópata que es un sádico.
Tiene aliados. Busca brazos en los que apoyarse pidiendo favores para ejecutar la maldad, a cambio de ofrecer una lealtad de la que carece, pero al tiempo el aliado percibe una cierta amenaza si no cumple lo prometido, ya que procura escoger a personas con cierta ascendencia sobre ellos, a los que puede chantajear y hundir si no cumplen. Por eso se dice que el psicópata en un ser inseguro.
Tiene seducidos. El psicópata suele ser un ser aparentemente encantador, excelente y ejemplar, que se abre camino seduciendo al mostrar su mejor cara, que no es más que aspectos de su persona basados en la mentira y simulación. Por eso es difícil desenmascaralo, ya que cuando alguien se atreve a hacerlo provoca la incredulidad de los seducidos, que no dan crédito al cambio mental que se ven obligados a hacer si hicieran caso a esa crítica. Por eso se dice que el psicópata es un perverso.
Tiene enemigos. Su envidia y la consecuencia directa de ésta, la crueldad, le hace ser un ingeniero del mal, estratega fino para destruir aquellos a los que envidia o a los que conocen su maldad. Por eso se dice que el psicópata es cruel.
Los rasgos negativos que camufla
El psicópata junto a su locuacidad y encanto, suma una autoestima ilimitada, que la mayor parte de las veces no corresponde a la realidad, ya que suelen brillar porque se lo proponen, se ensalzan y se relamen su propia piel al estilo de los félidos, pero en el fondo son intelectualmente vacíos y estéticamente vulgares. Esto no es óbice para que existan verdaderos genios en un sector particular de cualquier actividad, que además tienen comportamientos psicopáticos, al final veremos la diferencia. Son sujetos, los psicópatas, que carecen del más mínimo remordimiento, no siente conmiseración o lástima y son irresponsables, mentirosos, manipuladores en extremo e hipócritas hasta provocar la sonrisa del interlocutor, cuando entre lo que dicen y lo que debieran decir, existen unas distancias bipolares. Son exquisitos difamadores, envidiosos en extremo y crueles hasta el espanto, siendo el único objetivo de su vida la vanagloria y el organizar todo tipo de estrategias con un doble objetivo, su brillo personal y el daño a todo aquel al que envidia, especialmente si éstos le demuestran su inferioridad intelectual, bajeza moral y suciedad de comportamiento. No se le conoce amigo alguno, no tiene ningún tipo de relaciones afectivas en profundidad que no sean sus amantes, ni muestran solidaridad que no sea ésta una pieza más de su estrategia para hacer el mal; a las mujeres las seducen, con las esposas son desleales, están en permanente estado de caza y explotación, suelen ser un parásito de alguien al que engañan, como padres son despegados y carentes de normas, y las caras que muestran, sin salirse de un solo espacio, son más numerosas que las de la baraja. Pero eso sí, todo en el marco de la ejemplaridad y de la excelencia y yendo tan lejos en sus fechorías, como aconseja su estratégica prudencia, pero todo supuesto con la mínima expresividad que son capaces.
Los lugares que suelen elegir
El psicópata prospera en aquellos escenarios de menor fiabilidad y mayor facilidad para el olvido, donde la consecuencia de los actos se borra con facilidad, ya que la goma que se usa para ello es la falsedad, el cambio, el poder y la seducción. Su presencia no es tan frecuente en el mundo donde la validez del personaje se mide más y las consecuencias de sus actos se olvidan menos, al dejar éstos huellas indelebles, por ejemplo: la Bolsa sube hoy y baja mañana, en política los fenómenos tienen una alta mutabilidad, en deporte no digamos, e igualmente en las agrupaciones religiosas, donde la represión jerarquizada y el silencio suelen ser la norma de obligado cumplimiento, y añadan el vasto campo de la Administración de Justicia, donde la psicopatía impregna el ambiente hasta hacerlo turbio como las aguas más contaminadas. Pero no ocurre lo mismo en la actividad empresarial o en la científica, donde la consecuencia de un acto se evalúa por la trascendencia objetiva, difícil de borrar o disimular, y en donde la improvisación y el fuego artificial tiene menos cabida.
GRANDES Y PEQUEÑOS PSICÓPATAS
No esperen que les dé nombres de grandes psicópatas, porque es fácil ver la inconveniencia de hacerlo, y si aquí se hiciera una lista de ellos, la cara de extrañeza del lector nos llegaría a través de las ondas del correo: ¿pero cómo, ese?, pues quítele la rica vestimenta de rey que exhibe y lo podrá valorar desnudo. Piense que hay desde conocidos Jefes de Estado actuales, hasta genios del arte y magnates de las finanzas de ahora, pero también Presidentes de todo y Jefes de lo inimaginable; y si este conglomerado público es importante su consideración, el que sin duda es más dañino es el psicópata doméstico, el padre y el esposo, el hijo y el compañero, el jefe y el líder de pequeños grupos, o sencillamente, el amigo que, con sorpresa, nos traiciona.
EL CASO DE UN PSICÓPATA DOMÉSTICO
Luz era un sesentón, hoy fallecido, casado y sin hijos, de cultura universitaria, él mismo se titulaba Doctor en Letras, aunque nadie vió su título de Licenciado y menos el de Doctor colgado en las paredes de su lujoso apartamento, hogar que exhibía con profusión a sus aliados y seducidos para que vieran lo que ganaban si le obedecían. Su matrimonio marchó de manera óptima, él residia a 1.500 Km. de distancia de su mujer; estuvo retirado muchos años y dedicado a todo tipo de actividades placenteras, siendo su esposa una hacendada y vocacional trabajadora, rayando en la adicción, cuya residencia, como se ha dicho, estaba a 90 minutos de avión de la de su marido. Protagonizaron encuentros semanales o bimensuales, con un viaje que ella siempre hacía al lugar de él, momento en que Luz se mostraba solícito y extremadamente encantador, la agasajaba en extremo, y ella convencida de la fidelidad de su compañero, aunque, digamos en voz baja, el catálogo de las amantes del amante esposo fué siempre difícil calcular. Luz se trasladó de joven al lugar de su residencia por razones profesionales, fracasó en todo tipo de actividades que intentó, ya que eran trabajos que requerían una personalidad equilibrada, siendo su única actividad durante largos años, hacer creer a su mujer dos cosas, que ella contaba con orgullo y complacencia a sus amigos: que era bueno para su salud que continuase trabajando de esa forma, y que él, como fiel esposo, la aguardaba sacrificado en su paraíso de bienestar y sol que sólo él sabía cultivar para cuando ella llegase.
La actividad de Luz fué intensa, entre los viajes de placer que realizaba con su mujer a los países más exóticos, sufragados por ella siempre, claro, y la intensa actividad social que llevaba a cabo en su lugar de residencia, no le quedaba excesivo tiempo, especialmente si se contabiliza el que gastaba en organizar todo tipo de trampas y estrategias para ser el líder en los grupos sociales organizados de los que era miembro. En todos ellos había conseguido, que o bien tales grupos se fragmentesen en dos, o que la mitad de ellos los abandonasen por la atmósfera que terminaba creando.
SUGERENCIAS PARA EL PROFESIONAL
Las personalidades psicopáticas se incluyen dentro de lo que se denomina Trastorno del carácter, en donde el individuo utiliza masivamente la disociación, identificación proyectiva e introyectiva, quedándose el sujeto con la parte idealizada de sí mismo y colocándose fuera, y atacada, la peor de todo lo que se deriva una existencia narcisística, exigente, controladora, voraz y envidiosa. Psiquiátricamente existe una dimensionalidad gradual que se extiende, entre el Trastorno Antisocial de Personalidad, que son los psicópatas que transgreden frecuentemente la ley y acaban en la prisión, se sitúan después los psicópatas que hemos estudiado, a los que les caracteriza un mayor control sobre sí mismos, razón por la que evitan la punición por parte de la sociedad, y finalmente están aquellas personalidades normales pero con rasgos psicopáticos, permanentes o puntuales (6).
Ángel Martínez Pina
El MITO DE NARCISO
El Alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen no tenía tapas, pero consiguió identificar a su autor: Oscar Wilde. Mientras hojeaba sus páginas encontró una historia sobre Narciso.
El Alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago. Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lago y se murió ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, a la que llamaron narciso.
Pero no era así como Oscar Wilde acababa la historia. Él decía que, cuando Narciso murió, llegaron las Oréades diosas del bosque y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce que era,en un cántaro de lágrimas saladas.
- ¿Por qué lloras? le preguntaron las Oréades.
- Lloro por Narciso repuso el lago.
- ¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! prosiguieron ellas-.
Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
- ¿Pero Narciso era bello? preguntó el lago.
- ¿Quién si no tú podría saberlo? respondieron, sorprendidas, lasOréades -.
En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.
El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo:
- Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yopodía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza.
- ¡Qué bella historia! dijo el Alquimista.
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miércoles, 26 de diciembre de 2007
COMO GANAR AMIGOS
A principios del S. XX, Dale Carnegie se dió cuenta que se ignoraba cómo se podía persuadir a las personas. En el libro "Cómo ganar amigos e influir en las personas", basado en la experiencia propia y de muchas mas personas, se recogen unas sencillas reglas que de observarse pueden cambiar sustancialmente su vida. Gran éxito de ventas en su día, tras un paréntesis en el olvido, vuelve a estar rabiosamente de actualidad. De hecho, gran parte del marketing moderno se basa en sus ideas. A continuación puede leer un extracto del libro.
REGLA 1. No critique, no condene ni se queje. La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse, tratando además de censurar a su oponente. La crítica es peligrosa, porque lastima el orgullo y despierta su resentimiento. En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. "No juzgues si no quieres ser juzgado" Nuevo Testamento. Cuando tratamos con la gente debemos recordar que no tratamos con criaturas lógicas. Tratamos con criaturas emotivas, criaturas erizadas de prejuicios e impulsadas por el orgullo y la vanidad. "No hablaré mal de hombre alguno y de todos diré todo lo bueno que sepa" Benjamin Franklin.
REGLA 2. Demuestre aprecio honrado y sincero. Sólo hay un medio para conseguir que alguien haga algo, y es el de hacer que el prójimo quiera hacerlo (beneficio propio), que le sea productivo. "Todo lo que usted y yo hacemos surge de dos motivos: el impulso sexual y el deseo de ser grande" Dr. Sigmund Freud. "El impulso más profundo de la naturaleza humana es el deseo de ser importante" Dr. John Dewey. Muchas personas que enloquecen o se suicidan encuentran en ese estado ese sentido de su importancia que no pudieron obtener en el mundo de la realidad. Ahora imagínese los milagros que usted y yo podremos lograr si damos al prójimo una honrada apreciación de su importancia. "Considero que el mayor bien que poseo es mi capacidad para despertar entusiasmo entre los hombres, y que la forma de desarrollar lo mejor que hay en el hombre es por medio del aprecio y el aliento. Nada hay que mate tanto las ambiciones de una persona como las críticas de sus superiores. Yo jamás critico a nadie. Creo que se debe dar a una persona un incentivo para que trabaje. Por eso siempre estoy deseoso de ensalzar, pero soy remiso para encontrar defectos. Si algo me gusta, soy caluroso en mi aprobación y generoso en mis elogios" Charles Schwab. Con frecuencia damos tan por sentada la presencia de nuestro cónyuge que nunca le manifestamos nuestro aprecio. Alimentamos los cuerpos de nuestros hijos y amigos y empleados; pero muy raras veces alimentamos su propia estima. La diferencia entre la apreciación y la adulación es muy sencilla. Una es sincera y la otra no. "Pasaré una sola vez por este camino; de modo que cualquier bien que pueda hacer o cualquier cortesía que pueda tener para con cualquier ser humano, que sea ahora. No la dejaré para mañana, ni la olvidaré, porque nunca más volveré a pasar por aquí." Dale Carnegie. "Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él". Emerson.
REGLA 3. Despierte en los demás un deseo vehemente. El único medio de que disponemos para influir sobre el prójimo es hablar acerca de lo que él quiere, y demostrarle cómo conseguirlo. "La acción surge de lo que deseamos fundamentalmente y el mejor consejo que puede darse a los que pretenden ser persuasivos, ya sea en los negocios, en el hogar, en la escuela o en la política es éste: primero, despertar en la otra persona un franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo entero consigo.. Quien no puede, marcha solo por el camino" Dr. Henry A, Overstreet. "Si hay un secreto del éxito, reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio" Henry Ford. Si un vendedor puede demostrarnos que sus servicios o sus productos nos ayudarán a resolver nuestros problemas, no tendrá que esforzarse por vendernos nada. Los pocos individuos que sin egoísmo tratan de servir a los demás tienen enormes ventajas. No hay competencia contra ellos. "El hombre que se puede poner en el lugar de los demás que puede comprender el funcionamiento de la mente ajena, no tiene por qué preocuparse por el futuro". Owen D. Young
Dale Carnegie
http://www.personal.able.es/cm.perez/carnegie.htm
AUDIO LIBRO COMO GANAR AMIGOS
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SEIS MANERAS DE AGRADAR A LOS DEMÁS
REGLA 1. Interésese sinceramente por los demás. Se pueden ganar más amigos en dos meses si se interesa uno en los demás, que los que se ganarían en dos años si se hace que los demás se interesen por uno. El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen todos los fracasos humanos. Durante años me he preocupado por conocer los cumpleaños de mis amigos. El interés, lo mismo que todo lo demás en las relaciones humanas, debe ser sincero.
REGLA 2. Sonría. Las acciones dicen más que las palabras, y una sonrisa expresa: "Me gusta usted. Me causa felicidad. Me alegro tanto de verlo". Hablo de una verdadera sonrisa, que alegre el corazón, que venga de adentro, que valga buen precio en el mercado.Tiene usted que disfrutar cuando se encuentra con la gente, si espera que los demás lo pasen bien cuando se encuentran con usted. Si está solo, silbe o tararee o cante. Proceda como si fuera feliz y eso contribuirá a hacerlo feliz. Todo el mundo busca la felicidad, y hay un medio seguro para encontrarla. Consiste en controlar nuestros pensamientos. La felicidad no depende de condiciones externas, depende de condiciones internas. No es lo que tenemos o lo que somos o donde estamos o lo que realizamos, nada de eso, lo que nos hace felices o desgraciados. Es lo que pensamos acerca de todo ello. "Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo" Abraham Lincoln. "El hombre cuya cara no sonríe no debe abrir una tienda" Proverbio chino. El valor de una sonrisa: No cuesta nada, pero crea mucho. Enriquece a quienes reciben, sin empobrecer a quienes dan. Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura a veces para siempre. Nadie es tan rico que pueda pasarse sin ella, y nadie tan pobre que no pueda enriquecer por sus beneficios. Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en losnegocios es la contraseña de los amigos. Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes, y el mejor antídoto contra las preocupaciones. Pero no puede ser comprada, pedida, prestada o robada, porque es algo que no rinde beneficio a nadie a menos que sea brindada espontánea y gratuitamente. Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.
REGLA 3. Recuerde que para toda persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en cualquier idioma. Jim Farley descubrió al principio de su vida que el común de los hombres se interesa más por su propio nombre que por todos los demás de la tierra. Haga el esfuerzo por aprender los nombre de pila (preste atención). El nombre pone aparte al individuo; lo hace sentir único entre todos los demás. La información que damos, o la pregunta que hacemos, toma una importancia especial cuando le agregamos el nombre de nuestro interlocutor.
REGLA 4. Sea un buen oyente. Anime a los demás a que hablen de sí mismos. Le hice pensar que yo era un buen conversador cuando, en realidad, no había sido más que un buen oyente. "La persona que sólo habla de sí, sólo piensa en sí, la persona que sólo piensa en sí mismo carece de toda educación" Dr. Nicholas Murray Butler. Recuerda que la persona con quien habla usted está cien veces más interesada en sí misma y en sus necesidades y sus problemas que en usted y sus problemas.
REGLA 5. Hable siempre de lo que interese a los demás. Hablar en términos de los intereses de la otra persona es beneficioso para las dos partes.
REGLA 6. Haga que la otra persona se sienta importante y hágalo sinceramente. ¿Qué hay en él que se pueda admirar honradamente? Trate siempre de que la otra persona se sienta importante. "Haz al prójimo lo que quieras que el prójimo te haga a ti". Jesus de Nazaret. Todos queremos la aprobación de todos aquellos con quienes entra en contacto. Queremos que se reconozcan nuestros méritos. Queremos tener la sensación de nuestra importancia en su pequeño mundo. No queremos escuchar adulaciones baratas, sin sinceridad, pero anhelamos una sincera apreciación. Para que la vida de una persona cambie totalmente puede bastar que alguien la haga sentir importante. Hábleles a las personas de ellos mismos y lo escucharán por horas.
Dale Carnegie
http://www.personal.able.es/cm.perez/carnegie.htm
REGLA 2. Sonría. Las acciones dicen más que las palabras, y una sonrisa expresa: "Me gusta usted. Me causa felicidad. Me alegro tanto de verlo". Hablo de una verdadera sonrisa, que alegre el corazón, que venga de adentro, que valga buen precio en el mercado.Tiene usted que disfrutar cuando se encuentra con la gente, si espera que los demás lo pasen bien cuando se encuentran con usted. Si está solo, silbe o tararee o cante. Proceda como si fuera feliz y eso contribuirá a hacerlo feliz. Todo el mundo busca la felicidad, y hay un medio seguro para encontrarla. Consiste en controlar nuestros pensamientos. La felicidad no depende de condiciones externas, depende de condiciones internas. No es lo que tenemos o lo que somos o donde estamos o lo que realizamos, nada de eso, lo que nos hace felices o desgraciados. Es lo que pensamos acerca de todo ello. "Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo" Abraham Lincoln. "El hombre cuya cara no sonríe no debe abrir una tienda" Proverbio chino. El valor de una sonrisa: No cuesta nada, pero crea mucho. Enriquece a quienes reciben, sin empobrecer a quienes dan. Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura a veces para siempre. Nadie es tan rico que pueda pasarse sin ella, y nadie tan pobre que no pueda enriquecer por sus beneficios. Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en losnegocios es la contraseña de los amigos. Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes, y el mejor antídoto contra las preocupaciones. Pero no puede ser comprada, pedida, prestada o robada, porque es algo que no rinde beneficio a nadie a menos que sea brindada espontánea y gratuitamente. Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.
REGLA 3. Recuerde que para toda persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en cualquier idioma. Jim Farley descubrió al principio de su vida que el común de los hombres se interesa más por su propio nombre que por todos los demás de la tierra. Haga el esfuerzo por aprender los nombre de pila (preste atención). El nombre pone aparte al individuo; lo hace sentir único entre todos los demás. La información que damos, o la pregunta que hacemos, toma una importancia especial cuando le agregamos el nombre de nuestro interlocutor.
REGLA 4. Sea un buen oyente. Anime a los demás a que hablen de sí mismos. Le hice pensar que yo era un buen conversador cuando, en realidad, no había sido más que un buen oyente. "La persona que sólo habla de sí, sólo piensa en sí, la persona que sólo piensa en sí mismo carece de toda educación" Dr. Nicholas Murray Butler. Recuerda que la persona con quien habla usted está cien veces más interesada en sí misma y en sus necesidades y sus problemas que en usted y sus problemas.
REGLA 5. Hable siempre de lo que interese a los demás. Hablar en términos de los intereses de la otra persona es beneficioso para las dos partes.
REGLA 6. Haga que la otra persona se sienta importante y hágalo sinceramente. ¿Qué hay en él que se pueda admirar honradamente? Trate siempre de que la otra persona se sienta importante. "Haz al prójimo lo que quieras que el prójimo te haga a ti". Jesus de Nazaret. Todos queremos la aprobación de todos aquellos con quienes entra en contacto. Queremos que se reconozcan nuestros méritos. Queremos tener la sensación de nuestra importancia en su pequeño mundo. No queremos escuchar adulaciones baratas, sin sinceridad, pero anhelamos una sincera apreciación. Para que la vida de una persona cambie totalmente puede bastar que alguien la haga sentir importante. Hábleles a las personas de ellos mismos y lo escucharán por horas.
Dale Carnegie
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LOGRE QUE LOS DEMÁS PIENSEN COMO USTED
REGLA 1. La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola. ¿Por qué demostrar a un hombre que se equivoca? ¿Has de agradarle con eso? ¿Por qué no dejarle que salve su dignidad? No te pidió una opinión. No le hacía falta. ¿Por qué discutir con él? Hay que evitar siempre el ángulo agudo. Sólo hay un modo de sacar la mejor parte de una discusión: evitarla. "Si discute usted, y pelea y contradice, puede lograr a veces un triunfo; pero será un triunfo vacío, porque jamás obtendrá la buena voluntad del contrincante" Benjamin Franklin. Piense, pues, en esto ¿Qué prefiere tener: una victoria académica, teatral, o la buena voluntad de un hombre? Muy pocas veces obtendrá las dos cosas. "El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor" y un malentendido no termina nunca gracias a una discusión sino gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación, y un sincero deseo de apreciar el punto de vista de los demás. "No debe perder tiempo en discusiones personales la persona que está resuelta a ser lo más que pueda, y menos todavía debe exponerse a las consecuencias, incluso a la ruina de su carácter y la pérdida de su serenidad. Ceded en las cosas grandes sobre las cuales no podéis exhibir más que derechos iguales; y ceded en las más pequeñas aunque os sean claramente propias. Mejor es dar paso a un perro, que ser mordido por él al disputarle ese derecho. Ni aun matando al perro se curaría de la mordedura" Abraham Lincoln. Para impedir que un desacuerdo se transforme en una discusión: Acepte el desacuerdo (Cuando dos socios siempre están de acuerdo, uno de ellos no es necesario.); quizás este desacuerdo es su oportunidad de corregirse antes de cometer un grave error. Desconfíe de su primera impresión instintiva. Controle su carácter. Primero escuche, dele a su oponente la oportunidad de hablar, déjelo terminar. Busque las áreas de acuerdo, exponga antes que nada los puntos y áreas en que están de acuerdo. Sea honesto; busque los puntos donde puede admitir su error, y hágalo, discúlpese por sus errores, eso desarmará a sus oponentes y reducirá la actitud defensiva. Prometa pensar y analizar con cuidado las ideas de sus oponentes; y hágalo en serio, sus oponentes pueden tener razón. Agradezca sinceramente a sus oponentes por su interés. Posponga la acción de modo que ambos bandos tengan tiempo de repensar el problema (sugiera otra reunión). Cuando dos personas gritan, no hay comunicación, sólo ruido y malas vibraciones.
REGLA 2. Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada. No empiece nunca anunciando: Le voy a demostrar tal y tal cosa. Hace que quien lo escucha quiera librar batalla con usted, antes de que empiece a hablar. Si va usted a demostrar algo, que no lo sepa nadie. Hágalo sutilmente, con tal destreza que nadie piense que lo está haciendo. "Se ha de enseñar a los hombres como si no se les enseñara, y proponerles cosas ignoradas como si fueran olvidadas" Alexander Pope. Si alguien hace una afirmación que a juicio de usted está errada -sí, aun cuando usted sepa que está errada- es mucho mejor empezar diciendo: Bien, escuche. Yo pienso de otro modo, pero quizá me equivoque. "A veces notamos que vamos cambiando de idea sin resistencia alguna, sin emociones fuertes, pero si se nos dice que nos equivocamos nos enoja la imputación, y endurecemos el corazón" James Harvey Robinson. "Nuestra primera reacción a la mayoría de las proposiciones (que oímos en boca del prójimo) es una evaluación o un juicio, antes que una comprensión" Carl Rogers. "Ponte rápidamente de acuerdo con tu adversario" No hay que discutir con el cliente o con el cónyuge o con el adversario. No le diga que se equivoca, no lo haga enojar; utilice un poco de tacto, de diplomacia.
REGLA 3. Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente. Si sabemos que de todas maneras se va a demostrar nuestro error, ¿no es ucho mejor ganar la delantera y reconocerlo por nuestra cuenta? No es ucho más fácil escuchar la crítica de nuestros labios que la censura de labios ajenos? Diga usted de sí mismo todas las cosas derogatorias que sabe está pensando la otra persona, o quiere decir, o se propone decir, y dígalas antes de que él haya tenido una oportunidad de formularlas, y le quitará la razón de hablar. Cuando tenemos razón, tratemos pues de atraer, suavemente y con tacto, a los demás a nuestra manera de pensar; y cuando nos equivocamos -muy a menudo, por cierto, a poco que seamos honesto con nosotros mismos- admitamos rápidamente y con entusiasmo el error. "Peleando no se consigue jamás lo suficiente, pero cediendo se consigue más de lo que se espera".
REGLA 4. Empiece en forma amigable. "Si vienes hacia mí con los puños cerrados -dijo Woodrow Wilson- creo poder prometerte que los míos se apretarán más rápido que los tuyos, pero si vienes a mí y me dices: "Sentémonos y conversemos y, si estamos en desacuerdo, comprendemos por qué estamos en desacuerdo, y precisamente en qué lo estamos", llegaremos a advertir que al fin y al cabo no nos hallamos tan lejos uno de otro, que lo puntos en que diferimos son pocos y los puntos en que convenimos son muchos, y que si tenemos la paciencia y la franqueza y el deseo necesario para ponernos de acuerdo a ello llegaremos." "Una gota de miel caza más moscas que un galón de hiel". También ocurre con los hombres que si usted quiere ganar a alguien a su causa, debe convencerlo primero de que es usted un amigo sincero. Dijo Lincoln. La suavidad y la amistad son más poderosas que la furia y la fuerza.
REGLA 5. Consiga que la otra persona diga "Sí, sí", inmediatamente. Cuando hable con alguien, no empiece discutiendo las cosas en que hay divergencia entre los dos. Empiece destacando -y siga destacando- las cosas en que están de acuerdo. Siga acentuando -si es posible- que los dos tienden al mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito. Cuando una persona ha dicho No,todo el orgullo que hay en su personalidad exige que sea consecuente consigo misma. El orador hábil obtiene "desde el principio una serie de Síes", como respuesta. Discutir no da beneficios, es mucho más provechoso e interesante mirar las cosas desde el punto de vista del interlocutor y hacerle decir "sí, sí" desde un principio. Método socrático: obtener una respuesta de "sí, sí". Hacía preguntas con las cuales tenía que convenir su interlocutor. Seguía ganando una afirmación tras otra, hasta que tenía una cantidad de "síes" a su favor. Seguía preguntando, hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario se veía llegando a una conclusión que pocos minutos antes habría rechazado enérgicamente. Quien pisa con suavidad va lejos.
REGLA 6. Permita que la otra persona sea quien hable más. Casi todos nosotros, cuando tratamos de atraer a los demás a nuestro modo de pensar, hablamos demasiado, lo cual es un error. Dejemos que hable la otra persona. Si estamos en desacuerdo con ella, podemos vernos tentados a interrumpirla. Pero no lo hagamos. Es peligroso. No nos prestará atención mientras tenga todavía una cantidad de ideas propias que reclaman expresión. La verdad es que hasta nuestros amigos prefieren hablarnos de sus hazañas antes que escucharnos hablar de las nuestras. Rochefoucauld, el filósofo francés, dijo: "Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen".
REGLA 7. Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella. ¿No sería más sagaz hacer sugestiones y dejar que los demás lleguen por sí solos a la conclusión?. Al hombre hay que enseñarle como si no se le enseñara y proponerle lo desconocido como olvidado (Alexander Pope). Dejar que la otra persona sienta que la idea es suya. "La razón por la cual los ríos y los mares reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantiene por debajo de ellos. El sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos se coloca detrás" Lao Tsé.
REGLA 8. Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. Recuerde que la otra persona puede estar equivocada por completo. Pero ella no lo cree. No la censure. ¿Qué pensaría, cómo reaccionaría yo si estuviera en su lugar?. Al interesarnos en las causas es menos probable que nos disgusten los efectos. El buen éxito en el trato con los demás depende de que se capte con simpatía el punto de vista de la otra persona. "Se coopera eficazmente en la conversación cuando uno muestra que considera las ideas y sentimientos de la otra persona tan importantes como los propios. El modo de alentar al interlocutor a tener la mente abierta a nuestras ideas, es iniciar la conversación dándole claras indicaciones sobre nuestras intenciones, dirigiendo lo que decimos por lo que nos gustaría oír si estuviéramos en la piel del otro, y aceptando siempre sus puntos de vista".
REGLA 9. Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona. Frase mágica que sirva para detener las discusiones para eliminar malos sentimientos, crear buena voluntad y hacer que se lo escuche atentamente:"Yo no lo puedo culpar por sentirse como se siente. Si yo estuviera en su lugar, no hay duda de que me sentiría de la misma manera." La especie humana ansia universalmente la simpatía.
REGLA 10. Apele a los motivos más nobles. Por lo común la gente tiene dos razones para hacer una cosa: una razón que parece buena y digna, y la otra, la verdadera razón. A fin de modificar a la gente apelemos a sus motivos más nobles.
REGLA 11. Dramatice sus ideas. No basta con decir una verdad. Hay que hacerla vívida, interesante, dramática.
REGLA 12. Lance, con tacto, un reto amable. "La forma de conseguir que se hagan las cosas -dice Charles Schwab-es estimular la competencia. No hablo del estimula sórdido, monetario, sino del deseo de superarse". "Todos los hombres tienen temores, pero los valientes los olvidan y van adelante, a veces hasta la muerte, pero siempre hasta la victoria" Lema de la Guardia Real en la antigua Grecia. Eso es lo que encanta a toda persona que triunfa: el juego. La oportunidad de expresarse. La oportunidad de demostrar lo que vale, de destacarse, de ganar. El deseo de sobresalir. El deseo de sentirse importante.
Dale Carnegie
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REGLA 2. Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada. No empiece nunca anunciando: Le voy a demostrar tal y tal cosa. Hace que quien lo escucha quiera librar batalla con usted, antes de que empiece a hablar. Si va usted a demostrar algo, que no lo sepa nadie. Hágalo sutilmente, con tal destreza que nadie piense que lo está haciendo. "Se ha de enseñar a los hombres como si no se les enseñara, y proponerles cosas ignoradas como si fueran olvidadas" Alexander Pope. Si alguien hace una afirmación que a juicio de usted está errada -sí, aun cuando usted sepa que está errada- es mucho mejor empezar diciendo: Bien, escuche. Yo pienso de otro modo, pero quizá me equivoque. "A veces notamos que vamos cambiando de idea sin resistencia alguna, sin emociones fuertes, pero si se nos dice que nos equivocamos nos enoja la imputación, y endurecemos el corazón" James Harvey Robinson. "Nuestra primera reacción a la mayoría de las proposiciones (que oímos en boca del prójimo) es una evaluación o un juicio, antes que una comprensión" Carl Rogers. "Ponte rápidamente de acuerdo con tu adversario" No hay que discutir con el cliente o con el cónyuge o con el adversario. No le diga que se equivoca, no lo haga enojar; utilice un poco de tacto, de diplomacia.
REGLA 3. Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente. Si sabemos que de todas maneras se va a demostrar nuestro error, ¿no es ucho mejor ganar la delantera y reconocerlo por nuestra cuenta? No es ucho más fácil escuchar la crítica de nuestros labios que la censura de labios ajenos? Diga usted de sí mismo todas las cosas derogatorias que sabe está pensando la otra persona, o quiere decir, o se propone decir, y dígalas antes de que él haya tenido una oportunidad de formularlas, y le quitará la razón de hablar. Cuando tenemos razón, tratemos pues de atraer, suavemente y con tacto, a los demás a nuestra manera de pensar; y cuando nos equivocamos -muy a menudo, por cierto, a poco que seamos honesto con nosotros mismos- admitamos rápidamente y con entusiasmo el error. "Peleando no se consigue jamás lo suficiente, pero cediendo se consigue más de lo que se espera".
REGLA 4. Empiece en forma amigable. "Si vienes hacia mí con los puños cerrados -dijo Woodrow Wilson- creo poder prometerte que los míos se apretarán más rápido que los tuyos, pero si vienes a mí y me dices: "Sentémonos y conversemos y, si estamos en desacuerdo, comprendemos por qué estamos en desacuerdo, y precisamente en qué lo estamos", llegaremos a advertir que al fin y al cabo no nos hallamos tan lejos uno de otro, que lo puntos en que diferimos son pocos y los puntos en que convenimos son muchos, y que si tenemos la paciencia y la franqueza y el deseo necesario para ponernos de acuerdo a ello llegaremos." "Una gota de miel caza más moscas que un galón de hiel". También ocurre con los hombres que si usted quiere ganar a alguien a su causa, debe convencerlo primero de que es usted un amigo sincero. Dijo Lincoln. La suavidad y la amistad son más poderosas que la furia y la fuerza.
REGLA 5. Consiga que la otra persona diga "Sí, sí", inmediatamente. Cuando hable con alguien, no empiece discutiendo las cosas en que hay divergencia entre los dos. Empiece destacando -y siga destacando- las cosas en que están de acuerdo. Siga acentuando -si es posible- que los dos tienden al mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito. Cuando una persona ha dicho No,todo el orgullo que hay en su personalidad exige que sea consecuente consigo misma. El orador hábil obtiene "desde el principio una serie de Síes", como respuesta. Discutir no da beneficios, es mucho más provechoso e interesante mirar las cosas desde el punto de vista del interlocutor y hacerle decir "sí, sí" desde un principio. Método socrático: obtener una respuesta de "sí, sí". Hacía preguntas con las cuales tenía que convenir su interlocutor. Seguía ganando una afirmación tras otra, hasta que tenía una cantidad de "síes" a su favor. Seguía preguntando, hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario se veía llegando a una conclusión que pocos minutos antes habría rechazado enérgicamente. Quien pisa con suavidad va lejos.
REGLA 6. Permita que la otra persona sea quien hable más. Casi todos nosotros, cuando tratamos de atraer a los demás a nuestro modo de pensar, hablamos demasiado, lo cual es un error. Dejemos que hable la otra persona. Si estamos en desacuerdo con ella, podemos vernos tentados a interrumpirla. Pero no lo hagamos. Es peligroso. No nos prestará atención mientras tenga todavía una cantidad de ideas propias que reclaman expresión. La verdad es que hasta nuestros amigos prefieren hablarnos de sus hazañas antes que escucharnos hablar de las nuestras. Rochefoucauld, el filósofo francés, dijo: "Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen".
REGLA 7. Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella. ¿No sería más sagaz hacer sugestiones y dejar que los demás lleguen por sí solos a la conclusión?. Al hombre hay que enseñarle como si no se le enseñara y proponerle lo desconocido como olvidado (Alexander Pope). Dejar que la otra persona sienta que la idea es suya. "La razón por la cual los ríos y los mares reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantiene por debajo de ellos. El sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos se coloca detrás" Lao Tsé.
REGLA 8. Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. Recuerde que la otra persona puede estar equivocada por completo. Pero ella no lo cree. No la censure. ¿Qué pensaría, cómo reaccionaría yo si estuviera en su lugar?. Al interesarnos en las causas es menos probable que nos disgusten los efectos. El buen éxito en el trato con los demás depende de que se capte con simpatía el punto de vista de la otra persona. "Se coopera eficazmente en la conversación cuando uno muestra que considera las ideas y sentimientos de la otra persona tan importantes como los propios. El modo de alentar al interlocutor a tener la mente abierta a nuestras ideas, es iniciar la conversación dándole claras indicaciones sobre nuestras intenciones, dirigiendo lo que decimos por lo que nos gustaría oír si estuviéramos en la piel del otro, y aceptando siempre sus puntos de vista".
REGLA 9. Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona. Frase mágica que sirva para detener las discusiones para eliminar malos sentimientos, crear buena voluntad y hacer que se lo escuche atentamente:"Yo no lo puedo culpar por sentirse como se siente. Si yo estuviera en su lugar, no hay duda de que me sentiría de la misma manera." La especie humana ansia universalmente la simpatía.
REGLA 10. Apele a los motivos más nobles. Por lo común la gente tiene dos razones para hacer una cosa: una razón que parece buena y digna, y la otra, la verdadera razón. A fin de modificar a la gente apelemos a sus motivos más nobles.
REGLA 11. Dramatice sus ideas. No basta con decir una verdad. Hay que hacerla vívida, interesante, dramática.
REGLA 12. Lance, con tacto, un reto amable. "La forma de conseguir que se hagan las cosas -dice Charles Schwab-es estimular la competencia. No hablo del estimula sórdido, monetario, sino del deseo de superarse". "Todos los hombres tienen temores, pero los valientes los olvidan y van adelante, a veces hasta la muerte, pero siempre hasta la victoria" Lema de la Guardia Real en la antigua Grecia. Eso es lo que encanta a toda persona que triunfa: el juego. La oportunidad de expresarse. La oportunidad de demostrar lo que vale, de destacarse, de ganar. El deseo de sobresalir. El deseo de sentirse importante.
Dale Carnegie
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SEA UN LÍDER
El trabajo de un líder consiste, entre otras cosas, en cambiar la actitud y conducta de su gente. Algunas sugerencias para lograrlo:
REGLA 1. Empiece con elogio y aprecio sincero. Siempre es más fácil escuchar cosas desagradables después de haber oído algún elogio.
REGLA 2. Llame la atención sobre los errores de los demás indirectamente.
REGLA 3. Hable de sus propios errores antes de criticar los de los demás. No es tan difícil escuchar una relación de los defectos propios si el que la hace empieza admitiendo humildemente que también él está lejos de la perfección. Admitir los propios errores, aun cuando uno no los haya corregido, puede ayudar a convencer al otro de la conveniencia de cambiar su conducta.
REGLA 4. Haga preguntas en vez de dar órdenes.
Hacer preguntas no sólo vuelve más aceptables las órdenes, sino que con frecuencia estimula la creatividad de la persona a quien se le pregunta.
REGLA 5. Permita que la otra persona salve su propio prestigio.
Sin pensar jamás que herimos el orgullo del prójimo. Aun cuando tengamos razón y la otra persona esté claramente equivocada, sólo haremos daño si le hacemos perder prestigio. "No tengo derecho a decir o hacer nada -escribió A. De Saint Exupéry- que disminuya a un hombre ante sí mismo. Lo que importa no es lo que yo pienso de él, sino lo que él piensa de si mismo. Herir a un hombre en su dignidad es un crimen.
REGLA 6. Elogie el más pequeño progreso y, además, cada progreso. Sea "caluroso en su aprobación y generoso en sus elogios". "El elogio es como la luz del sol para el espíritu humano; no podemos florecer y crecer sin él. Y aun así, aunque casi todos estamos siempre listos para aplicar a la gente el viento frío de la crítica, siempre sentimos cierto desgano cuando se trata de darle a nuestro prójimo la luz cálida del elogio" comento el psicologo Jess Leir. Las capacidades se marchitan bajo la crítica; florecen bajo el estímulo.
REGLA 7. Atribuya a la otra persona una buena reputación para que se interese en mantenerla.
REGLA 8. Aliente a la otra persona. Haga que los errores parezcan fáciles de corregir.
REGLA 9. Procure que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted sugiere.
Dale Carnegie
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REGLA 1. Empiece con elogio y aprecio sincero. Siempre es más fácil escuchar cosas desagradables después de haber oído algún elogio.
REGLA 2. Llame la atención sobre los errores de los demás indirectamente.
REGLA 3. Hable de sus propios errores antes de criticar los de los demás. No es tan difícil escuchar una relación de los defectos propios si el que la hace empieza admitiendo humildemente que también él está lejos de la perfección. Admitir los propios errores, aun cuando uno no los haya corregido, puede ayudar a convencer al otro de la conveniencia de cambiar su conducta.
REGLA 4. Haga preguntas en vez de dar órdenes.
Hacer preguntas no sólo vuelve más aceptables las órdenes, sino que con frecuencia estimula la creatividad de la persona a quien se le pregunta.
REGLA 5. Permita que la otra persona salve su propio prestigio.
Sin pensar jamás que herimos el orgullo del prójimo. Aun cuando tengamos razón y la otra persona esté claramente equivocada, sólo haremos daño si le hacemos perder prestigio. "No tengo derecho a decir o hacer nada -escribió A. De Saint Exupéry- que disminuya a un hombre ante sí mismo. Lo que importa no es lo que yo pienso de él, sino lo que él piensa de si mismo. Herir a un hombre en su dignidad es un crimen.
REGLA 6. Elogie el más pequeño progreso y, además, cada progreso. Sea "caluroso en su aprobación y generoso en sus elogios". "El elogio es como la luz del sol para el espíritu humano; no podemos florecer y crecer sin él. Y aun así, aunque casi todos estamos siempre listos para aplicar a la gente el viento frío de la crítica, siempre sentimos cierto desgano cuando se trata de darle a nuestro prójimo la luz cálida del elogio" comento el psicologo Jess Leir. Las capacidades se marchitan bajo la crítica; florecen bajo el estímulo.
REGLA 7. Atribuya a la otra persona una buena reputación para que se interese en mantenerla.
REGLA 8. Aliente a la otra persona. Haga que los errores parezcan fáciles de corregir.
REGLA 9. Procure que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted sugiere.
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EL EXPERIMENTO DE MILGRAM
El experimento de Milgram fue un famoso ensayo científico de psicología social llevado a cabo por Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale, y descrito en un artículo publicado en 1963 en la revista Journal of Abnormal and Social Psychology bajo el título Behavioral Study of Obedience (Estudio del comportamiento de la obediencia) y resumido en 1974 en su libro Obedience to authority. An experimental view (Obediencia a la autoridad. Un punto de vista experimental). El fin de la prueba era medir la buena voluntad de un participante a obedecer las órdenes de una autoridad aun cuando éstas puedan entrar en conflicto con su conciencia personal.
El investigador (V) persuade al participante (L) para que dé lo que éste cree son descargas eléctricas dolorosas a otro sujeto (S), el cual es un actor que simula recibirlas. Muchos participantes continuaron dando descargas a pesar de las súplicas del actor para que no lo hiciesen.
El investigador (V) persuade al participante (L) para que dé lo que éste cree son descargas eléctricas dolorosas a otro sujeto (S), el cual es un actor que simula recibirlas. Muchos participantes continuaron dando descargas a pesar de las súplicas del actor para que no lo hiciesen.
Los experimentos comenzaron en julio de 1961, un año después de que Adolf Eichmann fuera juzgado y sentenciado a muerte en Jerusalén por crímenes contra la humanidad durante el régimen nazi en Alemania. Milgram estaba intrigado acerca de cómo un hombre completamente normal, e incluso aburrido, y que no tenía nada en contra de los judíos había podido ser un activo participe del Holocausto. ¿Podría ser que él y el millón de cómplices únicamente siguiesen órdenes?
Milgram lo resumiría al escribir:
Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio Stanley Milgram.
The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974)
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