Berlín,
05/12/2011
Discurso
Helmut Schmidt, excanciller alemán: “Alemania en, y con, Europa”
En
una intervención memorable en el marco del Congreso del SPD en
Berlín, el ex canciller Helmut Schmidt (1974-1982) dijo que el
discurso en clave nacionalista de "matón alemán" está
rompiendo Europa. También acusó al gobierno alemán de haber roto
el equilibrio histórico europeo entre centro y periferia, la fórmula
ideada hace sesenta años por los padres fundadores de la UE para
evitar la crónica enfermedad bélica del continente.
Merkel
ha sembrado la duda sobre la "consistencia" de la política
europea de Alemania, dijo."Los alemanes debemos rechazar el
egoísmo nacional".
Además
declaró que el euro "tiene mayor estabilidad que el dólar
estadounidense y en sus diez años de existencia es más estable que
el marco alemán en sus últimos diez años".
Schmidt
dio también la razón al principal filosofo alemán vivo, el
octogenario Jürgen Habermas, al suscribir su advertencia: "por
primera vez desde la fundación de la UE, la democracia
está en peligro". Hay que regular a los mercados, separar unos
bancos de otros, prohibir determinados negocios, y sólo así podrá
Europa ser "zona de estabilidad".
En su
discurso, Schmidt habló de historia y explicó dos cosas: 1) el
sentido histórico de la integración
europea, que fue "amarrar la contención de una Alemania
temida", y 2) el papel de las menguantes naciones europeas en el
mundo de hoy, que se convertiría en nada sin integración.
"Lucha
entre centro y periferia"
La
historia europea dijo Schmidt, es, "una serie interminable de
luchas entre la periferia y el
centro". Esa historia tiene una memoria viva y concreta de las
últimas ocasiones, "en las que los alemanes hicimos sufrir a
otros bajo nuestra posición de poder central".
Memoria,
que, "seguramente, mantendrá aun por muchas generaciones una
desconfianza latente contra los alemanes". Esa desconfianza fue,
precisamente, el impulso fundamental de la integración europea, y
alimentó también, "las resistencias iniciales de Thatcher,
Mitterrand y Andreotti hacia la reunificación alemana en 1989",
explicó. "Los hombres de Estado de aquella época, desde
Churchill, hasta Monet, pasando por Kenedy, De Gaulle, Eisenhower,
Adenauer, Marshall y otros, no actuaron por idealismo, sino por
conocimiento de la historia europea, para evitar la continuación de
aquella lucha entre centro y periferia". "Quien hoy no
entienda ese motivo original, no puede resolver la actual crisis
europea", afirmó.
Seguir
siendo algo en el mundo
El
ex canciller glosó la creciente pequeñez de Europa: durante
doscientos años en que gobernó el mundo, y hasta 1950, el
continente representaba el 20% de la población mundial, mientras que
en el 2050, cuando el planeta tenga nueve mil millones de
habitantes,representará el 7%.
Sin
integración y solidaridad no hay Europa, y sin Europa el mundo
quedará reducido a la
relación bipolar de Estados Unidos y China, fue su mensaje. Si ese
es el horizonte, "no puede
descartarse una marginación de los distintos estados europeos por su
propia culpa, y también una marginación de toda la civilización
europea en su conjunto".
Eurocrisis:
enfermedad interrelacionada
En
economía, los superávits comerciales de Alemania, semejantes por su
tamaño a los de China,
son inseparables del déficit de los demás. Las exigencias de
austeridad formuladas por el gobierno de Merkel, han generado, "una
preocupación creciente ante un dominio alemán".
"No
podemos propagar una extrema deflación, porque sin crecimiento
ningún Estado podrá sanear sus cuentas", dijo. "Necesitamos
un corazón compasivo para con nuestros vecinos y socios, y sobre
todo con Grecia".
"Si
a partir de nuestra fuerza económica los alemanes nos dejamos llevar
hasta exigir un papel
dirigente, e incluso un rol de "primus inter pares" en
Europa, la mayoría de nuestros vecinos
se levantará en defensa. Regresará rápidamente la prevención de
la periferia hacia un centro demasiado fuerte, las consecuencias
serán fatales para la UE y Alemania será aislada", explicó.
"Espíritu
de matón"
"Quien
ahora da a entender que hoy y en el futuro se hablará alemán en
Europa, quien, como un ministro de exteriores, dice que las visitas a
Kabul o a Trípoli, escenificadas para la
televisión, son más importantes que el contacto político con
Lisboa, Madrid, Dublín o Helsinki, cuando otro dice que hay que
evitar una "unión de transferencias", todo eso no es más
que espíritu nacional de matón alemán", dijo entre grandes
aplausos.
El
viejo canciller recordó que el ascenso alemán desde la posguerra
hasta hoy, no habría sido posible sin la ayuda de las potencias
vencedoras, "sin nuestra integración en Europa y en la alianza
atlántica, sin la ayuda de nuestros vecinos, y sin el fin de las
dictaduras comunistas".
"Nosotros
alemanes tenemos razones para agradecer, y al mismo tiempo tenemos el
deber de responder a la solidaridad recibida con nuestra propia
solidaridad hacia los vecinos".
"No
aleccionar con modelo"
Schmidt
dijo que la reforma de las instituciones europeas, "precisan no
sólo discernimiento y vigor, sino también de paciencia". Las
aportaciones alemanas no deben hacerse "para la tele", sino
en los órganos de la Unión Europea. El orden económico alemán,
"no debe presentarse como modelo, sino como mero ejemplo de una
posibilidad entre otras".
Parafraseando
a Jürgen Habermas el viejo canciller afirmó que los políticos han
sido tomados como rehenes por los mercados financieros. Su propuesta
en ese frente: separación de los bancos normales y los bancos de
inversión, y prohibición de diversos papeles y negocios
financieros. "Los bancos se han resistido por todos los medios a
la regulación, pero si los europeos tienen el valor de realizarla,
Europa se convertirá en una zona
de estabilidad. Para ello, los alemanes debemos rechazar el egoísmo
nacional", concluyó.
FUENTE: psoe.es
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