Cuatro de cada diez españoles habrían intercambiado mensajes picantes con personas que no son su pareja
Un estudio concluye que el 30% de la población es infiel
Un 35% de hombres y un 26% de mujeres reconocen haber sido infieles a su pareja. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por el instituto IPSOS. La encuesta, dirigida a una muestra de 824 participantes de entre 18 y 65 años, arroja luz sobre la tendencia del adulterio en España. Una cuestión controvertida, ya que si bien la inmensa mayoría de la población (83%) cree que es posible serle fiel a la misma persona toda la vida, contradictoriamente, un 65% considera que es factible estar enamorado de dos personas al mismo tiempo, siendo este porcentaje superior en cinco puntos en el caso de los varones.
La directora del Institut Clínic de Sexologia de Barcelona, Carme Sánchez, analiza los resultados de este informe. La psicóloga explica que, pese a que en la sociedad continúa predominando “la idea del amor romántico”, la realidad es que vivimos muchos más años que antes y esto provoca que se produzcan en nuestras vidas más cambios que en épocas anteriores. La consecuencia es que existe una tendencia “a la monogamia seriada”. Sánchez afirma que en el 20% de las parejas que llegan a su consulta ha habido infidelidades.
Según el estudio, las infidelidades de hombres y mujeres cada vez se asemejan más. El motivo, según apunta la portavoz en España del portal de encuentros extraconyugales Gleeden.com, Myriam Zanatta, es que “la discriminación hacia las mujeres infieles es menor que hace unos años”. Otro aspecto relevante es que no existe un perfil de persona más proclive que otra a ser adúltera. “Todo el mundo tiene la posibilidad de ser infiel”, asegura Sánchez, “siempre surge alguien que tira el anzuelo”. De hecho, a menudo sus pacientes no entienden por qué su pareja les ha engañado con otro u otra o por qué uno mismo lo ha hecho.
¿Qué es infidelidad?
“Dentro de lo que esté dentro de la fantasía no sería infidelidad”, afirma la psicóloga, y pone como ejemplo el que un hombre pueda llegar a pensar de manera erótica en una vecina o una compañera de trabajo. El problema surge, según Sánchez, “cuando hay conductas que implican a la otra persona”, como ocurre cuando se intercambian mensajes picantes con una tercera persona.
Sin embargo, un 52% de los hombres encuestados y un 41% de las mujeres opinan de manera diferente, ya que consideran que enviarse este tipo de mensajes, ya sea a través de whatsapp, correos electrónicos o chat, no constituye un acto de infidelidad. De hecho, un 38% confiesa haberlo hecho en alguna ocasión.
En esta misma línea, la mitad de la población admite haber flirteado con otra persona, y una tercera parte reconoce haber besado en la boca a alguien que no era su pareja. En el terreno de la fantasía, seis de cada diez encuestados de sexo masculino declara haberse masturbado pensando en alguien conocido de su círculo, frente a tres de cada diez mujeres que reconocen haberlo hecho.
Los hombres son más promiscuos
Otro dato significativo es que el 29% de los hombres encuestados ha mantenido relaciones sexuales de forma excepcional fuera de la pareja, contra el 18% de las mujeres que se manifiestan en este sentido. Un 41% de los hombres infieles aseguran haber tenido cuatro o, incluso, un número mayor de amantes, frente al 28% de las mujeres adúlteras que se han expresado en el mismo sentido. La mitad de las aventuras extramatrimoniales son de una sola noche, mientras que una tercera parte se llevan a cabo de manera ocasional.
Según el estudio, es a partir del quinto año de relación, cuando la pareja suele entrar en la rutina, que se producen más infidelidades. Pero, ¿qué pasa con el sentimiento de culpabilidad que podría acompañar al adúltero? La psicóloga Carmen Sánchez explica que no siempre el infiel siente arrepentimiento, ya que, aunque haya roto el compromiso de fidelidad, “a veces este pacto no se explicita demasiado”, o el adúltero se autojustifica con el argumento de que su cónyuge “no le hace el suficiente caso”.
Las consecuencias de la infidelidad
La mayoría (el 52%) cree que su pareja le perdonaría en caso de que se enterara del engaño, aunque para un 47% de los encuestados las circunstancias en las que se ha producido la aventura extraconyugal serían un factor determinante para la reconciliación. Del mismo modo, un 62% de los varones perdonarían una infidelidad si se terciara, frente al 51% de las mujeres que se muestran dispuestas a continuar con su relación de pareja a pesar de haber sido víctimas de un adulterio.
El motivo por el cual son más los varones que las féminas que tolerarían una aventura extramatrimonial es que “para muchos hombres una infidelidad puntual no es tanto una infidelidad”, ya que para ellos pesa más “la parte sexual”; sin embargo, lo más importante para ellas es “el apego emocional” que pueda tener su pareja con una amante, argumenta la psicóloga Carme Sánchez. En relación a esta cuestión, el también terapeuta de parejas y psicólogo Antoni Bolinches explica en esta entrevista en La Vanguardia.com las diferencias entre la infidelidad masculina y la femenina.
Por este motivo, a las mujeres les molesta especialmente descubrir que su marido mantiene conversaciones amorosas o subidas de tono con otra mujer a través de correos electrónicos o SMS. Los expertos consultados señalan que con las nuevas tecnologías tenemos más posibilidades de ser infieles, pero también es más fácil que nos pillen in fraganti. Por ejemplo, un caso verídico: una mujer que descubre que su esposo le es infiel porque su amante lo ha etiquetado en una fotografía que ha colgado en Facebook.
“Si estás todo el día liado con el Whatsapp, al final la gente de tu entorno se dará cuenta de que algo ocurre”, añade la directora del Institut Clínic de Sexologia de Barcelona. No obstante, según el estudio de IPSOS, seis de cada diez encuestados estaría dispuesto a perdonar una infidelidad que hubiera transcurrido a través de internet o por el móvil.
Los motivos del adulterio
Pero, ¿qué lleva a una persona a engañar a su pareja? El estudio de IPSOS también responde a esta cuestión. Y es que un tercio de los encuestados serían infieles para vivir una experiencia diferente (un 43% de los hombres, frente a un 24% de mujeres); un 18% para vengarse de la infidelidad de su pareja, un 17% para convencerse de que su cónyuge ya no es lo que necesita, y otros (12%) para volver a encender la llama de su vida matrimonial. No obstante, para más de la mitad simplemente basta sentir amor o deseo hacia otra persona para cometer una infidelidad.
En este sentido, hay otros motivos que explican el porqué de una infidelidad: para el 42% de mujeres y un 29% de hombres ser infiel les ayuda a ganar confianza en sí mismos, mientras que un tercio de los encuestados sostiene que tener una aventura extraconyugal puede salvar su relación de pareja. “A veces, la infidelidad ayuda a descubrir que lo que tiene en casa es mejor que lo que ha encontrado”, comenta Carme Sánchez. En estos casos, es peligroso confesarle el engaño a la pareja puesto que hay riesgo de perderla. En otras ocasiones, comenta Myriam Zanatta “los infieles explican que la relación extraconyugal les hace sentir mejor, con más autoestima y más libido”.
Según la psicóloga hay que diferenciar el adulterio ocasional del hecho de llevar una doble vida, es decir, mantener una relación con un amante durante mucho tiempo, algo que es “más complicado” y que muchas veces la otra parte de la pareja “acaba descubriendo” porque es difícil no dejar pistas.
El infiel a menudo “no se da cuenta” de que lleva a cabo ciertas conductas que pueden resultar sospechosas, como mejorar notablemente su aspecto físico o estar más pendiente del teléfono que de costumbre. “Tenerlo todo controlado es muy difícil: un whatsapp que llega en un momento inoportuno, esconder un regalo, fotos, vas dejando huellas”, añade la psicóloga, y sentencia: “Tener una doble vida supone también un estrés extra”.
Asimismo, la mayoría de los encuestados considera que es posible estar enamorado de dos personas a la vez. “Puedes buscar cosas diferentes en ambas”, ratifica la experta. A una, prosigue, la puedes amar porque “es el padre de tus hijos”; a la otra, porque en ella encuentras sexo, pasión y aventura; “dos aspectos diferentes de la estimación”. En este sentido es preciso diferenciar entre infidelidad y polioamor. Este último concepto hace referencia a las parejas en que las dos partes son conocedoras que el otro cónyuge puede estar amorosamente o sexualmente con otras personas.
Internet, el nido del amor extramatrimonial
La mitad de las relaciones extraconyugales empiezan en la red. Y es que las páginas especializadas en este tipo de encuentros cada vez ganan más adeptos –la mitad de los encuestados asegura que si tuviera que buscar un amante lo haría en uno de estos portales-. Este es el caso de Gleeden.com, una web que empezó a funcionar en el 2009 a raíz de un estudio de mercado que reveló que uno de cada tres usuarios de webs tradicionales para conocer a otras personas estaban casados o tenían una pareja estable. Actualmente, el portal cuenta con más de 110.000 usuarios registrados –dos millones en todo el mundo-.
“Nuestros miembros quieren tener una relación extraconyugal sin perder la vida que tienen, ni quieren abandonar a su pareja ni tampoco es que estén descontentos con ella”, argumenta la portavoz de la web en España, Myriam Zanatta. La mitad de los usuarios registrados en el portal tiene entre 35 y 50 años. “En un estudio reciente vimos que tanto a hombres como a mujeres no les importa que su amante sea bastante más joven que ellos”, comenta Zanatta, en cambio, prefieren que su pareja tenga una edad similar a la suya.
También es relevante el hecho de que las mujeres busquen algo más que sexo en un amante, sobre todo complicidad, buena compañía y amistad; sin embargo, los hombres “son más directos”, matiza Zanatta, ya que se decantan por las relaciones sin compromiso y sólo buscan sexo en el adulterio. Añade también que la mayoría de las relaciones que empiezan en esta web para infieles acaban consumándose más allá de la pantalla del ordenador. Lo cierto es que cada vez proliferan más portales de internet especializados en adulterios –además de Gleeden.com, otros ejemplos son Victoria Milan y Ashley Madison-.
“Hay tantos tipos de infidelidades como infieles hay”, sentencia Zanatta, que explica que la mayoría de adúlteros no busca una relación paralela, sino una vía de escape que le permita salir de la rutina y “poner un poco de picante en su vida, volver a sentirse deseados y atractivos”. Evidentemente, engañar al cónyuge también pasa factura, ya que sólo una de cada tres parejas estables acaba sobreviviendo al adulterio, según declaró a La Vanguardia.com Antoni Bolinches, uno de los máximos expertos en la materia, que no en vano recuerda en su libro Amor al segundo intento (Cossetània Edicions) la célebre frase de Benjamin Franklin sobre las infidelidades: “Donde hay matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio”.
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