El Instituto HeartMath nos dice que el corazón tiene una inteligencia muy rápida, la inteligencia emocional, de naturaleza intuitiva. Como dice la sabiduría popular: «El corazón tiene razones que la razón no entiende». Ante un problema que la mente no sabe cómo resolver se suele decir: «Sigue los dictados de tu corazón».
Dicho instituto ha demostrado que el corazón manda señales al resto del cuerpo. Hoy sabemos que la función cerebral depende mucho de las señales que manda el corazón.
La función de este instituto es demostrar científicamente lo que los maestros espirituales venían diciendo desde hace miles de años.
Esta inteligencia del corazón es un programa universal, es un programa de supervivencia para cada uno de nosotros. Está conectado al Campo Universal, y este a nuestro Inconsciente Biológico. El corazón sería la puerta de entrada a esa vasta inteligencia donde siempre podremos encontrar respuesta a nuestras preguntas.
Es una inteligencia para tomar grandes decisiones, para ello es necesario estar en una quietud mental, dejar que el corazón nos ilumine con sus intuiciones y con su sabiduría. A este tipo de escucha la podríamos llamar «inteligencia emocional».
El Instituto HeartMath también dice que el campo magnético del corazón, que es cinco mil veces superior al del cerebro, está conectado al campo magnético de la Tierra.
Afirman también que para mantener un campo magnético fuerte es necesario que nosotros estemos en coherencia, coherencia emocional donde la mente esté al servicio del corazón y que, por lo tanto, los actos que el individuo haga estén en coherencia con el corazón.
Lo más sorprendente es ver que el corazón trabaja de una manera armoniosa cuando uno se encuentra agradecido o apreciando, esas emociones son las que se manifiestan con un ritmo armonioso. Ver la gráfica.
Es por todos conocida la frase «perdonar es sanar», seguro es porque cuando no están presentes las emociones de rencor, resentimiento, odio, envidia o miedo (todas en el área de frustración) puede hacer su aparición la emoción que permite al corazón trabajar armoniosamente y por lo tanto influir positivamente en la salud.
Hemos visto —al graficar su emoción— como muchas personas pueden decir que se sienten bien, pero su realidad es otra. Y es que la emoción no habla el mismo lenguaje que el intelecto.
Se dice en Oriente que la emoción es equiparable a un caballo y el pensamiento al conductor, ellos no hablan el mismo idioma; el conductor no pide a los caballos con palabras «Por favor, detente», o «Por favor, gira a la derecha», el conductor debe transmitirle una emoción al caballo para que este obedezca o comprenda las ordenes que le dan. La orden debe vivenciarse, que se sienta en nuestra corporalidad, en nuestra visceralidad, de no ser así no se puede transmitir ni obedecer ni aun queriendo.
Cuando el campo magnético del corazón está fuerte, nuestro cuerpo manifiesta esta coherencia en una forma de armonía biológica, nuestros sistemas fluyen, nuestra mente está clara y nos sentimos relajados y en paz. Cuando nuestra mente está sometida a emociones tóxicas, nuestro corazón pierde coherencia magnética y nos sentimos desorientados y con desequilibrios fisiológicos. Y si seguimos por un tiempo en este estado de falta de coherencia, entonces enfermamos.
Al corazón no se le puede engañar, tiene unas 40.000 neuronas. Este cerebrito tiene una memoria, pero su memoria va más allá de lo que entendemos como memoria. La memoria del corazón está conectada a la memoria universal, al campo de las infinitas posibilidades.
Figura del Instituto HeartMath
Hay que unir los corazones de cada uno para aumentar la conciencia, o lo que es lo mismo, potenciar el campo magnético de la Tierra potenciando el campo magnético corporal.
FUENTE: Frag. del libro EL OBSERVADOR EN BIONEUROEMOCIÓN, pág 251-254, Autor: Enric Corbera, Editorial ULM PRODUCTIONS SCP
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