Los bebés poseen ciertas bases morales, la capacidad y la voluntad de juzgar las acciones de los demás, un cierto sentido de la justicia y desde los seis meses, saben la diferencia entre el bien y el mal, según una publicación en la revista dominical de The New York Times.
Paul Bloom, psicólogo de la Universidad de Yale en Connecticut y autor del artículo, destaca que de acuerdo a varias investigaciones, los humanos tienen un sentido rudimentario moral desde el comienzo mismo de la vida y con la ayuda de experimentos bien diseñados, se pueden ver destellos de pensamiento y juicio moral incluso en el primer año de vida.
En uno de los estudios, los investigadores de Yale reunieron a bebés de entre seis meses y un año para mostrarles un espectáculo de marionetas con animadas figuras geométricas. La historia muestra una pelota roja tratando de subir una colina con la ayuda de un cuadrado amarillo, que la empuja por detrás. En momentos, la pelota roja se ve obligada a bajar la colina por la culpa de un triángulo verde que la molesta y empuja hacia abajo.
Los nuevos estudios encontraron que los bebés tienen cierta comprensión de cómo piensan los mayores y por qué actúan como lo hacen.
Después de ver el espectáculo, se les pidió a los bebés elegir un personaje. Una gran mayoría mostró una clara preferencia por los juguetes útiles, prestaban más atención a los "buenos" que a los "malos" y preferían quedarse con los primeros.
Entre otros experimentos, los investigadores idearon un acto de moralidad, en el que un oso intenta abrir una caja. El oso se une a un compañero que le ayuda a levantar la tapa, y de pronto, aparece otra marioneta que obstinadamente se sienta en la caja.
También hicieron ver a los bebés un espectáculo en donde un gato de peluche juega a la pelota con dos perros. Cuando el gato pasó la pelota a uno de los perros, éste se la devolvió. Cuando se la pasó al otro perro, tomó la pelota y salió corriendo.
En ambos estudios, los bebés de cinco meses de edad prefirieron al bueno, al que ayudó a abrir la caja y al que devolvió la pelota, señala la publicación.
Cuando las pruebas se repitieron con bebés de 21 meses de edad, se les dio la oportunidad de repartir golosinas a las marionetas. La mayoría de los pequeños castigó a los "malos", incluso con un golpe en la cabeza como castigo.
Cuando las pruebas se repitieron con bebés de 21 meses de edad, se les dio la oportunidad de repartir golosinas a las marionetas. La mayoría de los pequeños castigó a los "malos", incluso con un golpe en la cabeza como castigo.
Los investigadores de estos estudios creen que los padres se preocupan mucho por enseñar a los niños la diferencia entre el bien y el mal, pero quizás sea algo con lo que los bebés ya vengan al mundo.
FUENTE: Supermujer
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