Viendo una zorra unos hermosos racimos de uvas ya maduras, deseosa de comerlos, busca medio para alcanzarlos, pero no siéndole posible de ningún modo, y viendo frustrado su deseo dijo para consolarse: "Estas uvas no están maduras".
Los mecanismos de defensa, son casi siempre inconscientes, necesarios y adaptativos, según Freud, los impulsos no pueden ser descartados, sino sólo reprimidos en el inconsciente impidiendo que lleguen a la conciencia aquellos impulsos, necesidades o situaciones, que si fueran reconocidas desencadenarían reacciones de angustias y desesperación.
Este mecanismo de defensa tan primario en el ser humano, son parte de la personalidad y serán saludables sólo si van evolucionando y adaptándose al medio y etapa de crecimiento. Como casi todo en la vida, lo que parece indispensable en algún momento y para algunas circunstancias, no puede transformarse en hábito si ha dejado de ser necesario.
Sí cuando no contábamos con el recurso psicológico necesario, el mecanismo de defensa fue primordial a la hora de manejar alguna situación de angustia o frustración, distanciando los peligros que acechan nuestro medio a través de la fantasía. Sin embargo, la angustia o la frustración se transforma en una señal al Yo, que es la instancia intrapsìquica que desencadena un sin fin de reacciones que servirán de defensa y adaptación.
Desde el punto de vista conductual, los seres humanos aprenden a proveerse a sí mismo de estimulación, con lo cual aumenta las probabilidades de anticipar alguna situación de riesgo o amenaza, aumentando, con ello, su adaptabilidad a eventos futuros similares a lo experimentado en etapas anteriores y que hayan tenido algún grado de similitud, es por ello que la vida tendrá que llevarnos a enfrentar el máximo de situaciones con conciencia adulta y desarrollar formar más eficientes de resolver nuestra etapa de crisis.
FUENTE: CRÓNICAS DE VIDA
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