Kinsey recopiló en su obra El comportamiento sexual en el hombre publicada en 1948, miles de entrevistas personales que, aunque adolecen de algunos problemas legales, metodológicos y técnicos importantes, sus resultados han coincidido en gran medida con los posteriores estudios sobre la conducta sexual masculina realizados en otros países y en otros momentos diferentes.
Sobre la base de más de 5.300 entrevistas personales con hombres de raza blanca, Kinsey llegó a una serie de conclusiones acerca de la homosexualidad:
El 37% de los hombres entrevistados experimentaron alguna vez un orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.El 13% de los varones sintieron deseos homosexuales, sin que se produjera por ello contacto físico alguno.El 25% de ellos tuvieron experiencias homosexuales no incidentales entre las edades de 16 a 55 años.El 18% mantuvieron igual número de relaciones heterosexuales que homosexuales durante un período mínimo de 3 años, entre las edades de 16 a 55 años.El 10% tuvo una conducta estrictamente homosexual durante un período de 3 años como mínimo y entre las edades ya reseñadas.Sólo un 4% manifestaba una conducta estrictamente homosexual durante toda su vida y ya manifiesta durante la adolescencia.La homosexualidad existía a todos los niveles sociales y ocupacionales.
De su trabajo de 1953 sobre el Comportamiento sexual en la mujer, Kinsey realizó 5.490 entrevistas a mujeres de raza blanca de las cuales el autor deduce que:
Un 13% de mujeres habían experimentado algún orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.
Sólo un 3% de las mujeres habían sido predominantemente homosexuales durante un período de 3 años como mínimo.
Las mujeres, en contraste con los hombres, no solían ser promiscuas y tenían sus relaciones homosexuales sólo con 1 ó 2 compañeras en el 71% de los casos.
Estos resultados, llevaron a Kinsey a confeccionar la Escala de Kinsey sobre la heterosexualidad-homosexualidad, donde el grado 0 manifestaba una heterosexualidad completa sin ambajes y el 6 una homosexualidad exclusiva y dominante. Kinsey afirma que la mayoría de las personas se encontraban dentro del número 1 o 2 en su escala.
Las conclusiones que extrajo Kinsey difería radicalmente de la apreciación de la homosexualidad como fenómeno minoritario: la mitad de los varones de la muestra estudiada habían tenido, según el autor, al menos una experiencia homosexual (a nivel físico o de fantasía), aunque era muy frecuente que hubieran tenido más de una, o incluso una vida homosexual exclusiva (4%). Por tanto, este tipo de sexualidad no era excepcional, lo que venía a indicar que la homosexualidad en sí no era un índice de patología mental, como sostendrían posteriormente Churchill en 1967, Silverstein en 1972 o Martin y Lyon también el mismo año, quienes argumentan en sus estudios que la mayoría de homosexuales masculinos y femeninos se identifican con su propio sexo, al contrario de lo que a menudo se considera en cuanto al afeminamiento del varón o la masculinización de la mujer.
El estudio de Kinsey recibió numerosas críticas en lo que a su metodología y resultados.
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