lunes, 4 de enero de 2010

Las caracterísiticas físicas nos indican ciertas debilidades.


El aspecto de la piel, la constitución, los rasgos del rostro o la postura son signos corporales externos que reflejan determinados desequilibrios y debilidades orgánicas que pueden ayudar a prevenir futuras enfermedades. Las medicinas orientales relacionan la aparición de las alteraciones externas con el desequilibrio energético de los órganos internos y basan sus tratamientos en la recuperación del orden endógeno. En este artículo, repasaremos brevemente los rasgos faciales más destacables, cuyo significado puede guiarnos a la hora de establecer un tratamiento natural preventivo.


Piel. Los grados de color son uno de los signos más indicativos de la salud interna:


Amarillo-anaranjado: indica problemas de bazo, páncreas, hígado y vesícula biliar.


Blanco mate: falta de sangre, anemia.


Blanco brillante: edemas subcutáneos.


Rojo: probables disturbios cardiacos.


Negro (marrón oscuro): Señala un mal funcionamiento del riñón, acúmulo de residuos y toxemia en la sangre.


Orejas. Unas orejas que empiezan al mismo nivel de los ojos y cuyo lóbulo es largo y queda a la altura de la boca indican una buena constitución. Un lóbulo pequeño es signo de dieta baja en minerales. En forma puntiaguda, señalan excesivo consumo de proteínas de origen animal, con tendencia a la agresividad, los prejuicios y la desconfianza. Si están rojas, puede que exista una infección renal y exceso de proteínas.


Cejas. Si están muy juntas, se asocian a problemas de hígado, páncreas, riñones y corazón. Si están separadas, indican tendencia a padecer problemas de pulmón, intestinos, vejiga y vesícula biliar.


Ojos. El iris debe estar en el centro del ojo. Si ambos iris están hacia la nariz, es señal de acidosis en la sangre e hipertensión; si miran hacia las orejas, indican tendencia a las enfermedades degenerativas. Los ojos saltones muestran alteraciones tiroideas.


Párpados. La hinchazón alrededor de los ojos, en especial del párpado superior, puede alertar de la existencia de cálculos en la vesícula biliar. La hinchazón en el párpado inferior es signo de estancamiento de sangre o cálculos de riñón o vejiga. El color violeta bajo los ojos suele revelar un exceso de fruta, azúcar y carne. El marrón muestra alteraciones en los órganos femeninos, mientras que el blanco significa anemia. La reiterada aparición de orzuelos se relaciona con un exceso de proteínas.


Nariz. Si es corta, ancha y hacia arriba, indica constitución fuerte; si es larga y comienza en la parte alta de la cabeza, corresponde a una genética más débil. Los capilares rojos sobre la punta son signo de hipertensión; en las alas, indican congestión bronquial por mucosidad, secundaria a dieta rica en lácteos, azúcar y aditivos.


Labios. En general, deben ser de color rosado, aunque con la edad se oscurecen. Una persona joven con labios oscuros sufre de mala circulación, alteraciones de la glándula pineal y es proclive a las enfermedades de los órganos sexuales. Los labios inflados indican trastornos digestivos.


Por Rosa Guerrero



Los surcos de la vida


Con el paso del tiempo, van apareciendo en el rostro diversas líneas. Nuestro estilo de vida, carácter y disfunciones orgánicas estampan su rúbrica.


En la frente: aparecen prematuramente en personas inteligentes, sensibles y nerviosas.


En el entrecejo: son propias de personas temperamentales. Indican problemas hepáticos.


Debajo de los párpados: señalan disfunciones digestivas por excesos con la comida.


Entre la nariz y los labios: la aparición de una línea horizontal indica problemas ováricos. Las verticales surgen precozmente en las personas fumadoras.


En los labios: son signo de una involución hormonal y deshidratación.



Fuente: Revista Integral



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