XLII
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Cuando me lo contaron, sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.
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Cayó sobre mi espíritu la noche,
en ira y en piedad se anegó el alma.
¡ Y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor ... Con pena
logré balbucear breves palabras...
¿ Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacía un gran favor... Le di las gracias.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836 - 1870)
http://www.gksdesign.com/atotos/becquer/rimas4.htm#XLII
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