viernes, 30 de agosto de 2013

DEBATE: HIPOCRESÍA SÍ, HIPOCRESÍA NO


hipocresía.
(Del gr. ὑποκρισία).

1. f. Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
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Estimados colegas:
En la carrera estudié que la capacidad de fingimiento correlaciona con el ajuste social. 
Por tanto:

  • ¿Debe la hipocresía o fingimiento potenciarse ensayando esta destreza en quien no la tenga?
  • ¿Debe rechazarse por ser inmoral?.

Gracias por tu opinión

















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martes, 27 de agosto de 2013

EL DECÁLOGO DEL EMPRENDEDOR

1. Sé valiente. Es mejor pedir perdón, que pedir permiso. El valiente tiene ausencia de temor al fracaso y la determinación de ser un triunfador.
2. No tiene miedo a salir de la zona de confort. De hecho, salir de ella, le motiva. Quiere aprender y superarse.
3. Tiene un pensamiento firme y orientado al éxito. “VA, VA, VA”, como si no hubiera otra alternativa.
4. Cree en la buena suerte, confía en que “tendrá un final feliz”.Y por eso se esfuerza más, porque sabe que tiene premio.
5. Es optimista. No presta atención a lo que resta. Es capaz de apartar de su mente lo que no aporta. No busca excusas, busca soluciones.
6. Sabe sufrir, salta obstáculos y los ve como parte del camino. Tiene interiorizado que el que algo quiere, algo le cuesta.
7. Tiene un locus de control interno y se apoya en él. Se centra en lo que depende de él. Conoce sus fortalezas y debilidades.
8. El emprendedor tiene VALORES que le permitan alcanzar su reto: perseverancia, trabajo duro y ambición.
9. El emprendedor tiene estabilidad y control emocional. No se deja llevar por ataques de ira ni de euforia, está en equilibrio.
10. El emprendedor es alguien apasionado. Tiene puesta su ilusión, su corazón y ama lo que hace y a la gente que le apoya en el camino.
FUENTE: optimismo bruto

















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Eduard Punset - La Felicidad en Tiempos de Crisis

Eduard Punset habla sobre la felicidad en tiempos de crisis, en la sede de la Obra Social de CajaCanarias, dentro del II Foro Científico Social.

 














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EL PODER DE LA PERSISTENCIA






Juan Ballistreri 

persistir
(Del lat. persistere). 
1. intr. Mantenerse firme o constante en algo.
2. intr. Durar por largo tiempo.


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lunes, 26 de agosto de 2013

LA ZONA “SALVAJE”, UNA OPORTUNIDAD PARA SENTIRNOS MÁS ALLÁ DE NUESTRAS CULTURAS


"¿Qué pasaría si en el huerto de nuestra mente dejásemos una parcela salvaje, en la que no plantásemos ninguna semilla que otros nos hubiesen pasado? ¿Lo que creciese en ella tendría sentido llamarlo malas hierbas …?

Lo que no sabemos cómo usar lo llamamos inútil, pero en realidad es todo lo contrario porque nos habla de nuestra ignorancia, de los límites que estamos poniendo a nuestro pensar.

Estamos tan acostumbrados a repetir pensamientos y argumentos de “autoridades” que los vivimos como si fuesen nuestros. En algún momento decidimos que en nuestro huerto sólo se plantaría lo que nos hace sentir seguros, aquello que nunca nos pueda indigestar, no por casualidad las creencias comunes de una sociedad se llaman cultura, de cultivo. Pero hay venenos que actúan a muy largo plazo, por acumulación en nuestro organismo, tardan tanto en hacerse síntomas visibles que cuando estos aparecen no los ligamos con lo que habitualmente comemos, son los venenos de toda una cultura.

Tal vez si dejamos una parcela salvaje en nuestro terreno, de forma natural crezcan algunas hierbas medicinales, por supuesto que nadie nos las habrá recomendado tomar, tendremos que confiar sólo en nuestro sentir para decidir si las ingerimos o no. Si regamos con la presencia de nuestro corazón a este reducto de la inocencia cultural, nos sorprenderá en la primavera con la belleza del arco iris de mil flores salvajes, es el fruto de la libertad …

¿Quién habrá puesto las semillas en nuestra zona salvaje …? 

¿Habrá sido nuestra propia sabiduría …? "

La Danza de la Vida

viernes, 23 de agosto de 2013

Debate: "El amor es un eterno insatisfecho"



"El amor es un eterno insatisfecho", como decía el filósofo español Ortega y Gasset. ¿Exigimos cada vez más a la pareja? ¿Sabemos amar? ¿Cómo hay que vivir el amor? Para que nos ayuden a responder a estas incógnitas hemos invitado a Manuel Cruz, Catedrático en Filosofía Contemporánea de la Universidad de Barcelona, Carla Gracia, escritora, entre otros, de "Las parejas felices tienen su secreto"; y Francesc Torralba, Profesor de Ética de la Universidad Ramon Llull de Barcelona.






















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CUENTO: EL HOMBRE QUE SE CREÍA MUERTO

EL HOMBRE QUE SE CREÍA MUERTO


Jorge Bucay en "Recuentos para Demián"

"No te des por vencido antes de ser vencido"

Había un señor muy aprensivo respecto de sus propias
enfermedades y sobre todo, muy temeroso del día en que le llegara la muerte.

Un día, entre tantas ideas locas, se le ocurrió que quizás él ya estaba muerto. Entonces le preguntó a su mujer:

—Dime mujer, ¿no estaré muerto yo?

La mujer rió y le dijo que se tocara las manos y los pies.

—Ves, ¡están tibios! Bien, eso quiere decir que estás vivo- Si estuvieras muerto, tus manos y tus pies estarían helados.

Al hombre le sonó muy razonable la respuesta y se tranquilizó.

Pocas semanas después, el hombre salió bajo la nieve a hachar algunos árboles. Cuando llegó al bosque se sacó los guantes y comenzó a hachar.

Sin pensarlo, se pasó la mano por la frente y notó que sus manos estaban frías. Acordándose de lo que le había dicho su esposa, se quitó los zapatos y las medias y confirmó con horror que sus pies también estaban helados.

En ese momento ya no le quedó ninguna duda, se “dio cuenta” de que estaba muerto.

—No es bueno que un muerto ande por ahí hachando árboles –se dijo. Así que dejó el hacha al lado de su mula y se tendió quieto en el piso helado, las manos en cruz sobre el pecho y los ojos cerrados.

A poco de estar tirado en el piso, una jauría comenzó a acercarse a las alforjas donde estaban las provisiones. Al ver que nada los paraba, destrozaron las alforjas y devoraron todo lo que había de comestible. El hombre pensó:

—Suerte que tienen que estoy muerto que si no, yo mismo los echaba a patadas.

La jauría siguió husmeando y descubrió el burro atado a un árbol. Fácil presa era de los filosos dientes de los perros. El burro chilló y coceó pero el hombre sólo pensó qué lindo sería defenderlo, si no fuera porque él estaba muerto.

En algunos minutos dieron cuenta del burro, sólo unos pocos perros seguían royendo algún hueso.

La jauría, insaciable, siguió rondando el lugar.

No pasó mucho tiempo hasta que uno de los perros olió el olor del hombre. Miró a su alrededor y vio al hachero tirado inmóvil en el piso. Se acercó lentamente (muy lentamente, porque el hombre era muy peligroso y engañador).


En pocos instantes, todos los perros babeando sus fauces rodearon al hombre.

—Ahora me van a comer –pensó—. Si no estuviera muerto, otra sería la historia.

Los perros se acercaron...
...y viendo su inacción se lo comieron.

Fantástico cuento para hacernos reflexionar, muy apropiado para los tiempos de desesperanza que corren. No nos demos por vencidos antes de estarlo, luchemos con todas nuestras fuerzas porque seguro que encontramos muchos recursos dentro y fuera de nosotros que nos ayudarán a superar los obstáculos que vamos encontrando a cada paso.


¡GRACIAS KAREMI RODRIGUEZ BATISTA! 

Montse García


Fuente: psicomont

















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jueves, 22 de agosto de 2013

Seminario sobre la Religión

SESIÓN I
 

SESIÓN II
 

SESIÓN III
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GUÍA POSTADOPCIÓN PARA FAMILIAS ADOPTIA

ADOPTIA - GUÍA POSTADOPCIÓN PARA FAMILIAS


Autores: Agintzari S. Coop. de Iniciativa Social
Edita: Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia


A menudo, la preocupación de las familias adoptantes se centra exclusivamente en la fase inicial del proceso adoptivo, hasta la obtención del preceptivo certificado de idoneidad, y, en todo caso, se hace extensiva a la ulterior tramitación de su expediente en el país seleccionado. Sin embargo, es preciso prestar tanta o más atención a la fase posterior a la adopción, en la que a buen seguro surgirán problemas de diversa índole que van a exigir una preparación previa de las familias, con objeto de que puedan hacer frente a las dificultades que les vayan surgiendo tras la llegada del niño o de la niña.

A continuación dejo el enlace desde el que os podéis bajar esta guía en PDF.


Montse García


FUENTE: psicomont
















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miércoles, 21 de agosto de 2013

Confirman que la marihuana deteriora la capacidad cerebral

  • MarihuanaThinkstock Photos
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    Thinkstock Photos
Se ha instalado y crecido al amparo de discursos que la aseguran inocua. Se dice, de la marihuana, que no genera adicción, que es menos tóxica que el tabaco y que hasta puede resultar beneficiosa en algunas circunstancias. Tres "mitos" que gozan de una controvertida aceptación social y que la ciencia médica refuta a rajatabla. "Nada más alejado de la realidad", enfatizaron desde la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) al difundir que uno de cada cuatro pacientes en tratamiento en centros dependientes del organismo esteban siendo rehabilitados por adicción a la marihuana. Pues bien: una flamante investigación, realizada en Nueva Zelanda, asegura que su uso persistente, sobre todo en adolescentes, deteriora significativamente y de forma irreversible las funciones cerebrales.
La investigación es una de las más amplias que se han llevado a cabo sobre los efectos de la marihuana en el cerebro. Los científicos siguieron durante más de 20 años a un grupo de 1.000 jóvenes y encontraron que los que habían comenzado a usar marihuana antes de cumplir los 18 años -cuando su cerebro estaba aún desarrollándose- mostraban una reducción "significativa" en su coeficiente intelectual.
Un equipo de investigadores, dirigido por la profesora Madeline Meier de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, analizó el impacto del uso de marihuana en varias funciones neuropsicológicas de 1.037 individuos nacidos entre 1972 y 1973. Los científicos siguieron a los participantes hasta que cumplieron 38 años, realiándoles entrevistas y estudios periódicos. Tomaron en cuenta factores como dependencia de alcohol y/o al tabaco, uso de otras drogas y nivel de educación.
Al evaluar todos los casos, encontraron que los participantes que habían usado persistentemente marihuana mostraban un "amplio deterioro" en varias áreas neuropsicológicas, como funcionamiento cognitivo, la atención y la memoria. Quienes habían usado la droga al menos cuatro veces a la semana, año tras año, durante su adolescencia, sus 20 años y, en algunos casos, sus 30 años, mostraron una reducción en su coeficiente intelectual. La relación, concluyel el estudio, es inapelable: cuanto más fumaba el individuo, mayor la pérdida en el CI.
Uno de los puntos mas importantes del estudio fue demostrar que el daño era irreversible. Al dejar de usarla o reducir su uso no lograron restaurar completamente su pérdida de CI. Es decir, los efectos neurotóxicos son clarísimos y el daño es permanente.
El estudio fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Robin Murray, profesor de psiquiatría del King's College de Londres, explicó que el estudio es "una investigación extraordinaria. Es probablemente el grupo de individuos que ha sido más intensamente estudiado en el mundo y, por lo tanto, los datos son muy buenos. Hay muchos informes anecdóticos de que los usuarios de marihuana tienden a ser menos exitosos en sus logros educativos, matrimonios y ocupaciones. Este estudio ofrece una explicación de por qué puede ocurrir".

Fuertemente adictiva
Según datos del Registro Continuo de Pacientes en Tratamiento de SEDRONAR, en 2005 la marihuana motivó el tratamiento del 25% de los 2.369 pacientes que estaban siendo rehabilitados en 53 centros de todo el país. "Este alto porcentaje desmiente los discursos habituales sobre la marihuana, que insisten en instalarla como una droga que no genera mayores daños sobre la salud. Es mucha la gente que no puede dejarla ni manejarla y que está padeciendo las consecuencias de su consumo", destacó Diego Alvarez, que estaba al frente del Observatorio de Drogas del organismo en ese momento.
"Es un mito que la marihuana no tiene toxicidad. Es una droga con sustancias psicoactivas muy potentes, que impactan sobre el sistema nervioso central y el aparato cardiovascular", agregó la toxicóloga Norma Vallejo. "El uso crónico genera pérdida de interés y del deseo, fatiga, alteraciones de humor, disminución de la capacidad de concentración y depresión del sistema inmunológico. Además, afecta la fertilidad y aumenta las probabilidades de sufrir cáncer, enfermedades pulmonares y psicosis", subrayó. "Muchos aseguran que el porro es menos dañino que el tabaco, y no es así. Su toxicidad es mayor porque se fuma distinto: se retiene más en las vías respiratorias y, en el proceso de fumado, desprende más monóxido de carbono que un cigarrillo".
Los daños que puede generar la marihuana son múltiples y difieren mucho según la persona: como dicen en la jerga, "a cada uno le pega distinto". Pero hay algo que afecta a todos los consumidores por igual: la adicción. "La marihuana genera dependencia física y, sobre todo, psicológica. Como otras drogas, excita y provoca un aparente estado de bienestar porque actúa sobre el sistema de recompensa del cerebro. El mismo, al ser estimulado, pide más", destacó la especialista.
En el caso de la marihuana la adicción no está asociada necesariamente a la frecuencia de consumo. Tiene que ver con las particularidades de cada persona. Para evaluar si hay dependencia se observa si el consumidor desarrolló tolerancia (si el organismo se habituó y debe fumar más para lograr el mismo efecto), si su cotidianidad sufrió cambios (rutinas, hábitos, manejo del tiempo) y si hay manifestaciones que indiquen síndrome de abstinencia: "Si no puede dejar de fumar, si se pone irritable, transpira frío o no puede socializarse ni disfrutar cuando no fuma", explican los expertos.

Los efectos menos conocidos del cannabis
Según diversos estudios de sociedades científicas de gran prestigio internacional, el uso persistente de marihuana provoca pérdida de memoria, reduce el rendimiento y altera las capacidades cognitivas. Puede producir depresión, ansiedad, psicosis y, en el peor de los casos, esquizofrenia
Los poderes psicotrópicos del cannabis son conocidos por el ser humano desde hace miles de años. Sus 'propiedades embriagadoras', como decía Herodoto en el siglo V, se deben fundamentalmente al delta-9-tetrahidrocanabinol (THC), el cannabinoide responsable de sus efectos en el cerebro. Cuando se inhala esta sustancia, el THC llega rápidamente al cerebro a través de la sangre. Sus efectos se sienten a los pocos minutos y pueden durar hasta dos o tres horas. 
Una de las consecuencias menos conocidas tienen que ver con los trastornos psiquiátricos. El consumo de porros multiplica por dos las probabilidades de sufrir brotes psicóticos (con más riesgo a mayor dosis). Varios estudios coinciden en que la marihuana podría actuar como desencadenante de estos ataques en personas con una cierta predisposición genética. El riesgo se acentúa cuando el consumo se inicia antes de los 15 años.
A su vez, un informe elaborado por expertos de la Oficina de Control de Drogas de la Casa Blanca (EEUU), advierte de que los adolescentes que fuman marihuana tienen hasta un 40% más de riesgo de sufrir depresión, ansiedad, psicosis (alucinaciones) o algún tipo de enfermedad mental; especialmente en el caso de las chicas. Y aunque no se ha demostrado de una manera estadísticamente significativa que pueda causar esquizofrenia, sí parece que empeora sus síntomas y agrava los ataques.
No es lo mismo usar una droga que ser adicto a ella. Muchos consumidores no se convierten en adictos. Pero vale medir y conocer las consecuencias. Según datos del 2007, en nuestro país más del 6 por ciento de la población consume habitualmente marihuana, una cifra que convierte a la Argentina en el país de mayor consumo de América latina.

FUENTE: entremujeres









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