martes, 10 de marzo de 2009
Redes 13: Jugando con genes en el cuarto de estar
lunes, 9 de marzo de 2009
domingo, 8 de marzo de 2009
El cibercrimen se transforma en crimen organizado
La televisión no favorece el desarrollo cognitivo de los niños pequeños
Las características maternas, del niño y del hogar, influyen más en la inteligenciaUn estudio realizado con más de 800 niños de tres años ha revelado que la televisión no ayuda a los más pequeños a ser más inteligentes. Al relacionar los resultados de diversos tests de inteligencia y de capacidades motoras y visuales realizados a los niños, con los datos aportados por las madres sobre los hábitos televisivos de los participantes, se constató que cada hora adicional de televisión vista en la infancia no tenía nada que ver con las puntuaciones obtenidas en los test. Además de no favorecer la inteligencia, estudios anteriores han demostrado que la televisión puede tener efectos nocivos en los niños, como riesgo aumentado de obesidad, problemas de atención o reducción de la calidad del sueño. Por Yaiza Martínez.Un estudio llevado a cabo con niños de tres años ha demostrado que ver la televisión antes de los dos años no mejora ni el lenguaje ni las aptitudes visuales y motoras de los pequeños. Ni siquiera si los niños ven programas para su edad, de los supuestamente "educativos". La investigación, que fue llevada a cabo en el Children's Hospital Boston (CMCH) y en la Harvard Medical School, respalda las directrices actuales de la Academia Americana de Pediatría (AAP) que recomienda que los niños no vean la televisión antes de los dos años. Asimismo, sugiere que las características maternas, del niño y del hogar influyen más en el desarrollo cognitivo del bebé que cualquier programa televisivo. Desarrollo del estudio Según declaró la directora del estudio Marie Evans Schimdt, del CMCH, al contrario de lo que venden algunos anuncios o creen algunos padres, ver la televisión no es beneficioso para el desarrollo del cerebro de los bebés. Según se explica en la revista especializada Pediatrics, el estudio analizó los datos de 872 niños del Proyecto Viva, que fue un estudio de cohorte (estudio longitudinal en el que los individuos analizados se seleccionan en función de la presencia de una determinada característica) sobre madres e hijos. En él, se realizaron visitas en persona inmediatamente después del parto, a los seis meses, y a los tres años después de nacer cada niño. Las madres rellenaron cuestionarios sobre los hábitos televisivos de sus hijos cuando éstos tenían uno y dos años. En concreto, las progenitoras informaron sobre la cantidad de horas de televisión que los niños veían en periodos de 24 horas. Después, estos datos fueron relacionados con los resultados de pruebas de lenguaje y de capacidades visuales y motoras de los niños a los tres años. Los tests aplicados fueron el Peabody Picture Vocabulary Test III (PPVT III) y el test Wide-Range Assessment of Visual Motor Abilities (WRAVMA). El PPVT mide el vocabulario receptivo y está relacionado con el cociente de inteligencia, mientras que el WRAVMA es una prueba para medir las habilidades motoras y espacio-visuales. Ninguna ventaja El presente estudio es el primero que investiga las relaciones a largo plazo entre la cantidad de televisión que ven los niños desde su nacimiento hasta los dos años, y sus capacidades cognitivas a los tres años. Los investigadores consideraron para la investigación, además de los tests mencionados y los datos aportados por las madres, factores sociodemográficos y ambientales que se sabe condicionan el desarrollo cognitivo de los niños: edad de la madre, educación, renta familiar, estado civil, igualdad, depresión post-parto, sexo del bebé, raza, peso al nacer, índice de masa corporal y hábitos de sueño. Utilizando modelos de regresión lineal, los investigadores igualaron las influencias de cada uno de estos factores y calcularon los efectos independientes de la televisión en el desarrollo cognitivo de los niños. Así, descubrieron que ver la televisión por sí solo no tiene ningún efecto mensurable en la cognición de los bebés. En concreto, "descubrimos que cada hora adicional de televisión vista en la infancia no estaba asociada con las puntuaciones en el Peabody Picture Vocabulary Test III o en el test Wide-Range Assessment of Visual Motor Abilities a la edad de tres años", escriben los científicos en Pediatrics. Según los especialistas, los padres deben entender, por tanto, que los niños y los bebés que empiezan a andar no aprenden ni se benefician de ninguna manera de ver la televisión a una edad tan temprana. Por otro lado, diversos estudios previos han demostrado que la exposición a la televisión en los niños está asociada a un riesgo aumentado de obesidad, a problemas de atención y a una reducción de la calidad del sueño. Más razones para evitarla La relación entre televisión y bebés también fue analizada anteriormente, desde otra perspectiva, por científicos de la Tufts University de Boston, en Massachussets. En este caso, tal y como explicamos en Tendencias21 los investigadores constataron que la televisión puede condicionar el comportamiento de niños muy pequeños, de un año de edad. Se supo entonces que, con sólo 12 meses, los niños son capaces de decodificar a la perfección un vídeo de 20 segundos de duración, imitando los comportamientos en él reflejados, y tomando como modelo las reacciones de sus protagonistas. Los científicos concluyeron que los bebés son especialmente sensibles al efecto de la televisión, que afecta a sus emociones y a sus comportamientos. Asimismo, la doctora Marie Evans Schimdt, en un estudio anterior al del CMCH, constató que la televisión –incluso cuando está puesta y los niños no le hacen caso- puede afectar al desarrollo normal de los niños. Al parecer, la distracción de ese "ruido de fondo" constante tendría un efecto considerable en la capacidad de concentración de los pequeños. Jueves 05 Marzo 2009 Yaiza Martínez Fuente: Tendendia21 . |
viernes, 6 de marzo de 2009
LA ATENCIÓN CONSCIENTE O MINDFULNESS ES UNA TÉCNICA PSICOTERAPÉUTICA QUE PUEDE AYUDAR A LOS PACIENTES DROGODEPENDIENTES
http://www.infocop.es/view_article.asp?id=2249&cat=38 ¿Qué sucede cuando el adicto no ha sido capaz de afrontar las situaciones de riesgo y termina consumiendo la droga? Uno de los aspectos más significativos, aunque no el único, cuando el paciente drogodependiente consume es que "el aliciente de la gratificación inmediata se convierte en la figura dominante del campo perceptivo y la realidad de las consecuencias completas del acto pasa a un segundo término". Con frecuencia, como refiere Marlatt, "el individuo anticipa los efectos positivos inmediatos de la actividad (consumir la sustancia), mientras ignora o no presta atención a las consecuencias negativas involucradas a más largo plazo. Estas expectativas de las consecuencias positivas son un determinante principal del abuso de sustancias". Prestar atención a los efectos reforzantes y a la vez no prestar atención a las consecuencias negativas, se convierte en uno de los factores explicativos más importantes del proceso de consumo y recaída en los adictos. Este tipo de atención, sería automática e inconsciente. La experiencia relatada por los pacientes, tras una caída en el consumo o después de una recaída, confirma que durante el episodio de ganas compulsivas se produce una atención selectiva de carácter automático (no consciente) sobre los efectos "beneficiosos" que se derivan del consumo y una enajenación sobre los efectos "perniciosos", conduciendo así a una toma de decisión para el consumo. Pero, ¿es posible una decisión distinta cuando sólo se dispone en la conciencia de los efectos reforzantes de la sustancia? O, lo que es lo mismo ¿es posible evitar una caída en el consumo o la recaída si la atención está "atrapada" por los efectos beneficiosos? Durante este proceso de focalización atencional selectiva automática que ocurre en la mente del adicto la capacidad atencional consciente quedaría bloqueada, "atrapada", por los pensamientos sobre los efectos reforzantes del consumo ("consume y estarás bien"), así como por todos aquellos pensamientos encaminados a justificar la conducta de consumir ("es la última vez", "nadie lo va a saber", "yo ya lo controlo", etc.). Estos datos apoyarían la hipótesis de que la focalización atencional selectiva automática (déficit de atención consciente), durante el episodio de deseo, actuaría como un potente factor de riesgo en el consumo, siendo pertinente la exploración y evaluación diagnóstica de este aspecto en los pacientes adictos.
Mindfulness y Terapia Atencional A lo largo de las últimas tres décadas ha surgido un creciente interés por las psicoterapias basadas en el mindfulness. Han sido varios los intentos de definir operacionalmente el concepto minfulness y, aunque no existe consenso sobre la traducción más apropiada al castellano, se han propuesto términos como "presencia atenta y reflexiva" o "atención y consciencia plena" para dicho término anglosajón. Nosotros pensamos que minfulness se traduciría más adecuadamente como atención consciente. El minfulness se define por prestar atención intencionadamente en el momento presente y sin prejuicios; es decir, tomando conciencia y prestando atención de un momento actual a otro. La adopción de una postura interior en la que los acontecimientos, siempre presentes, son observados sin valoración ni juicio, permitiría la objetivación de los mismos (sentimientos y pensamientos serían vivenciados como objetos emocionales o mentales). Las terapias basadas en el minfulness o atención consciente tienen entre sus objetivos la detección de dichos contenidos desde una actitud de aceptación (no valoración) de los mismos, tal y como son. Desde esta perspectiva, cada vez más autores contemplan el minfulness o atención consciente como un complemento de otros abordajes terapéuticos para el tratamiento de los trastornos por abuso de sustancias, compatibles y asociadas o insertas en psicoterapias de más amplio espectro, en especial en aquellas de orientación cognitivo-conductual. Los procedimientos o técnicas minfulness están siendo incorporados a distintas psicoterapias denominadas de tercera generación. Las terapias basadas en el minfulness o atención consciente han sido evaluadas ya en varios estudios con pacientes con diversos trastornos adictivos. .La intervención denominada prevención de recaídas basada en minfulness propone la práctica de una serie de técnicas encaminadas al desarrollo de la concienciación y aceptación de los pensamientos, sentimientos y sensaciones para hacer frente a las situaciones de alto riesgo de consumo. Por lo tanto, puede considerarse que el minfulness o atención consciente, en el ámbito de las psicoterapias, es un instrumento con potencial para ejercer un mejor control sobre aquellas conductas problema que queremos manejar. Ello sería posible a través de la implementación de técnicas psicoterapéuticas que posibiliten la puesta en marcha del proceso focalización atencional selectiva-consciente (no automática). Este grupo de técnicas bien podrían recibir el nombre de Terapia Atencional (TA), definida como el conjunto de estrategias psicoterapéuticas encaminadas a dotar al paciente de la capacidad de distanciamiento, en el episodio de impulsividad o deseo, de aquellos contenidos mentales y emocionales que van a sustentar la toma de decisión para el consumo. El artículo original puede encontrarse en la revista Adicciones: Blasco, J., Martínez-Raga, J., Carrasco, E., y Didia-Attas, J. (2008). "Atención y craving o ganas compulsivas. Avances en su conceptualización y su implicación en la prevención de recaídas".Adicciones, vol. 20, 4, 365-376.
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domingo, 1 de marzo de 2009
Aprender a cocinar nos hizo humanos
La especie humana es la única que cocina sus alimentos, una costumbre que fue clave en el gran desarrollo de nuestro cerebro y nuestra inteligencia. Pero es también la especie animal, junto con los chimpancés, donde existe una mayor violencia cruel hacia el otro.
Eduard Punset charla con el antropólogo Richard Wrangham, de
VIDEO
http://smartplanet.blip.tv/file/1283434/
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